Nevada (Anne x Gilbert)

Capítulo 8

Pasó el año nuevo en Avonlea, y le dio la bienvenida a un nuevo año, que cambiaría todo en las vidas de Anne y Gilbert. Todo ese mes de diciembre lo habían disfrutado con alegría, haciéndose más amigos que nunca, sonriendo, bailando bajo el cielo estrellado, gritando a los cuatro vientos para decirle al mundo que se preparara, porque aún no los conocía a ellos.

—¿A dónde tienes pensado estudiar? —le preguntó la chica un día de enero, luego de quitar la nieve en la casa de Gilbert.

El chico metió las manos en sus bolsillos y se recostó sobre la pared, dejando escapar un suspiro cargado de aire gélido.

—Toronto.

Anne abrió sus ojos con sorpresa y se le quedó mirando.

—¿Irás a Toronto?

Gilbert esbozó una pequeña sonrisa ante el rostro asombrado de la chica Shirley-Cuthbert.

—Bueno... es el plan.

—¡Eso es fantástico! ¿Qué estudiarás? Anda, vas a estudiar medicina, ¿verdad? 

Asintió. —Me gustaría... eh... salvar a las personas —dijo, bajando la voz hasta que la última palabra fue solo un susurro.

La pelirroja lo miró con un nuevo brillo en sus ojos. Puede que el hecho de que los débiles rayos de luz hicieran ver el rostro de Gilbert mucho más hermoso, pero Anne estaba comenzando a pensar que le encantaba mirarlo. ¿Cómo podría el sol demostrar una belleza tan etérea en el rostro del muchacho? Y esos ojos, parecían tener otra mezcla de colores, no solo avellana. Y sus labios... esos labios finos y gruesos a la vez... quizá y solo quizá podría...

Anne negó con su cabeza ante ese pensamiento. ¿Por qué diablos querría besarlo? Estúpidas hormonas adolescentes, eso no iba a pasar. Jamás. Ni en un millón de años.

Estaba tan equivocada, que un mes después, en plena nevada, en pleno peligro, probaría sus labios por primera vez. Y, dios, ambos se harían adictos a los labios del otro.