Capítulo 15

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Luego de esa Navidad, no volvieron a verse. Aún más por el hecho de que estaban ocupados buscando residencias en donde quedarse mientras iban a la universidad.

Aunque Anne estaba más preocupada por calcular el dinero. Tenía suficiente para pagar el primer año en Queen's y su querido Matthew tenía ahorros suficientes como para ayudarle a pagar el segundo año, pero, ¿y los otros? De por sí con sus becas completas no debía preocuparse por los otros gastos, pero si quería pagar bien la universidad, debía buscarse un trabajo.

Así que, fue a una cafetería que estaba a unas cuadras de la que sería su residencia todos esos años, esperando que la pudieran contratar.

Está claro que sí la contrataron y que fue una verdadera suerte —para ella, no para la chica—, que la cajera en turno de noche estuviera en el hospital por un accidente.

Gilbert tenía todos sus puntos claros en la universidad. También había obtenido becas, pero decidió rechazarlas para que alguien que no tuviera las mismas posibilidades que él, pudiera aprovecharlas mejor.

Los primeros meses de la universidad, se adaptó al entorno de Toronto y todo lo que le rodeaba, siendo el chico callado y tímido y apenas teniendo un amigo más que un chico de su antigua escuela, Roy. Al menos, aquel chico no se veía tan reacio a tener una amistad con el pelinegro.

Y vivían en la misma residencia, fue fácil que se hicieran amigos.

—Eh, Blythe, estas avisado, mi cama es la de arriba —dijo él el primer día, señalando el camarote de dos camas que había en la habitación.

Gilbert simplemente asintió, y con eso se firmó el contrato de amistad.

Al igual que Gilbert, Anne tuvo que adaptarse a Queen's y a vivir en Charlottetown. No fue muy difícil, aunque el trabajo de noche era bastante ajetreado, pues dejaba de ser una cafetería para convertirse en un tranquilo karaoke.

Se descubrió a si misma siendo amiga de la chica abogada, Josie, de la actriz, Christine y la rubia amiga de Gilbert, Ruby. Vivían en la misma residencia —que casualidad—, y no era muy difícil entenderse.

¿El problema? Christine era la prima lejana de Diana y está fue a visitarla.

Se encontró con Anne.

Y pasaron cosas muy feas, como que Anne le cerró la puerta en la cara y Diana se enojó, provocando que gritara insultos no aptos para una señorita.

Ahí llegaron las dos rubias y la pelinegra, viendo el alboroto que se había armado. Claramente Ruby les contó todo lo que había pasado entre Diana y Anne.

Las tres decidieron que detrás de todos esos gritos e insultos, había una nostalgia y melancolía notable. Se podían dar cuenta de cómo se extrañaban.

Y la verdad era que sí. Por lo que, sin importarle lo que ellas quisieran, las obligaron a hablar.

Anne no habló. Habló Diana. Comenzó diciéndole la verdad sobre todo, y como sus padres la habían amenazado con volver a enviarla a la academia de etiqueta si no se alejaba de sus dos mejores amigas y de Jerry.

Luego de eso, Anne habló también. Y, para sorpresa de todos, se echó a llorar.

Se sentía tan culpable por haber pensado de Diana tan mal, cuando ella no había tenido más opción que aceptar lo que sus progenitores habían dicho.

Cuando menos se lo esperaban, las cosas iban bien.

Lo único malo era que ni Gilbert ni Anne se habían hablado. La excusa de esta era que su teléfono había sido atropellado y la excusa del pelinegro era que el suyo se lo habían robado. Ninguno sabía lo que le había pasado al otro, y sus mentes comenzaron a hacer lo que mejor hacían.

Suponer y especular cosas que podrían ser o no ciertas, tales como que realmente había sido un alivio tanto el uno como para el otro que dejaran de hablarse.

Y se encontraron tristes ante esa perspectiva.

***

Se supone que esta iba a ser una historia corta, y heme aquí, con dieciséis capítulos, un prólogo y un epílogo. Definitivamente no sirvo para hacer historias cortas.
Mañana subiré el último capítulo de esta historia, y quizá el epílogo, porque no quiero seguir extendiendola más.
Ah, y por creerme hada de agua y pasearme bajo la lluvia como estúpida —lluvia en pleno verano, por el clima bipolar—, estoy enferma y me duele la garganta.
Les amo mucho, se me cuidan.
–Lux🌠

Nevada (Anne x Gilbert)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora