Min SooMin vive con su hermano Min YoonGi y ambos cuidan al pequeñó JungMin el cual es fruto de Jeon Jungkook y de ella, en una aventura que solo duró unos días y como bien dice la palabra, solo era una aventura, en la cual, ambos, se querían.
Jungk...
-Llegó hoy de los Estados unidos, y... -me dentengo sintiendo un nudo inmenso atravesarse en mi garganta, mis ojos comienzan a picar -no me recuerda -digo con un hilo de voz mirando los ojos oscuros del castaño.
-Oye, tranquila -me acerca a él haciendo que mi frente tope con su hombro y con una de sus manos da golpesitos en mi espalda -De seguro si te recuerda SooMin, tal vez le dio pena o no pensó encontrarse contigo al igual que tú -me dijo para consolarme, algunas lágrimas escurridizas mojaron la playera que traía mi hermano.
-¿Y JungMin? ¿Qué pasa si descubre que tiene un hijo? -me separo de él para mirarlo, ese era uno de mis principales preocupaciones, la culpa en gran parte es mía, y si se lo digo estoy segura que no lo tomará de la mejor forma por ocultárselo tanto tiempo.
-¿Tú quieres decírselo? -hace otra pregunta evaluando mi reacción y esperando mi respuesta.
Mi cabeza da vueltas en miles de suposiciones que pueden y la vez no pueden ser ciertas, estoy asustada, no quiero perder a JungMin pero a la vez Jungkook, ahora que volvió, se merece saber que tiene un hijo de cinco años.
-No lo sé -respondo sin más.
-Tú tranquila ¿vale?, vamos a ver que pasa, si el te dirige la palabra y entonces crees que debes contarle que tiene un hijo, lo haces, ¿sabes que te apoyaré en todo? Como siempre -asiento tratando de tragar mi nudo en la garganta aguantando las ganas de soltarme en llanto frente a YoonGi.
-Lo sé -me vuelve a abrazar.
-Omma, omma -JungMin vuelve a nosotros y yo intento de forzar una sonrisa para él -ya recogí los juguetes, y tengo hambre -YoonGi y yo soltamos una sonrisa, el mayor lo carga sentándolo en uno de sus muslos, yo le pellizco su mejilla derecha encontrándolo extremadamente adorable.
-¿Quieres ayudar a mamá a hacer la cena para tío Min y para nosotros? -le pregunto, el niño de momento hace una cara de preocupación.
-Pero no usaré cuchillos ¿cierto? -me río porque hasta ahora parece que lo he educado bastante bien.
-Sin cuchillos para el niño grande de la casa -amplia sus mejillas haciendo una sonrisa que me devuelve la felicidad automáticamente.
Sea lo que sea que pase, no dejaré que me quiten a JungMin por nada en el mundo. El es mi única familia junto con YoonGi y no puedo permitirme perderlo.
•••
Como todos los días hago mi rutina, luego de estar lista levanto a JungMin para que desayune y se aliste, me despido de él y de YoonGi luego de desayunar todos juntos, recojo mi bolso en la entrada y salgo del departamento. Cojo un taxi en la salida del edificio al cual le digo la dirección de la empresa. En el camino voy algo nerviosa, la simple idea de que vea a Jungkook me tiene de los nervioso y ansiosa. No puedo ocultar lo que siento, nunca lo dejé de sentir, Jeon Jungkook es mi primer y tal vez ultimo amor de mi vida, la persona que me dio el regalo que mas quiero en el mundo que lleva por nombre JungMin.
Cuando salgo del taxi entro a la empresa, saludo a la recepcionista del edificio y entro al elevador que tiene algunas personas dentro, marco el piso ya que las personas que iban dentro iban a otro piso distinto al mio. Unas paradas antes me quedo sola en el ascensor y espero llegar a la planta indicada. Cuando llego salgo y voy enseguida a mi puesto de secretaria, veo que me han dejado algunos papeles encima como es de costumbre todos los días.
Dejo mi bolso y la chaqueta detrás de la silla colgando, recojo los papeles para ordenarlos. Una vez hago una pequeña montaña de papeles ordenados, saco la agenda que siempre traigo conmigo para revisar que citas tiene el jefe Jeon para hoy. Una vez las reviso voy a su oficina, encuentro extraño no ver a In Ha, ya que siempre que me ve llegar va a saludarme o a contarme algo de ella y su pareja nueva, o tal vez de alguna fiesta que fue, mucho mas si encontró a alguien interesante en dicha fiesta.
Toco antes de entrar a la oficina, y luego del "adelante" entro cerrando detrás de mi. Recuerdo lo que me dijo Jungkook anoche sobre que le dijera a su padre, veo que el jefe está de espalda a mi, tapado por su silla.
-Señor, su hijo anoche llegó bien al departamento, además de que me dijo que le dijera que quería hablar con usted. Me puede decir a que hora y así lo llamo para avisarle, también tiene una cita con el...
-El hijo del jefe no necesita una cita para hablar con su propio padre, además, creo que estas buscando una excusa para hablar conmigo, SooMin -mis ojos se abren de par en par al distinguir quien está en la silla en vez de el jefe Jeon, me quedo petrificada, como una piedra inmóvil sin saber que decir o hacer. Jungkook sigue siendo el mismo, solo que esta vez no es tan tierno como hace cinco años. Coloca sus manos entrelazadas encima de la mesa mirándome sin ninguna expresión que yo pueda leer -¿Pasa algo SooMin? Ah, claro, pensaste que no te recordaba -de un momento a otro sus ojos brillan, el mismo brillo con el que me miraba hace cinco años, su expresión ya no es tan seria -Me desilusionas.
Chasquea la lengua, se pone de pié, anda vestido con un trage negro de corbata, su cabello negro y brillante va perfectamente acomodado y peinado.
-Tu...tú me ¿recuerdas? Pero ayer...
La puerta de abre detrás de nosotros, los dos automáticamente miramos para ver quien era, el jefe Jeon venía con un hombre de traje y podía asegurar que acababa de llegar porque traía su carpeta. Pasa junto a mí, hago una reverencia que no ve en lo absoluto. Cuando ve a su hijo se detiene y lo mira.
-Hijo, que sorpresa -por alguna razón, no hayo que el señor Jeon esté contento, mas bien parecía sorprendido por la llegada de su hijo, algo que por un momento me desestabiliza.
-Se lo iba a decir, pero cuando entré él era el que estaba aquí señor Jeon -salto yo, el me mira, luego mira al hombre que viene con el, vuelve a mirarme.
-SooMin, sirvele al señor Choi un café, por favor -me indicó, con su mirada me estaba diciendo que debía de sacar al señor que venía con el de allí, yo asentí, le sonreí amablemente al hombre.
-Venga conmigo señor Choi -el señor asintió y juntos salimos de la oficina.
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