〖Capítulo 16〗

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Min SooMin

JungMin se había ido con In Ha y YoonGi, me pareció gracioso como le dijo tía a la chica haciendo sonrojar a Min. Jungkook y yo teníamos un tiempo a solas para poder hablar. Cuando lo ví con mi hijo, o mejor dicho, nuestro hijo, todo se me revolucionó en un momento.

Ambos salimos al balcón en busca de un lugar más privado para ambos. Cuando el aire fresco nos golpeó la cara, tomé aire reteniéndolo en mis pulmones por unos momentos y luego soltándolo y relajando completamente mis hombros. Metí mis manos en los bolsillos traseros de mi pantalón en busca de mendigar un poco el frío. Miré a la cuidad, encontrándome con un Seúl alumbrado en su totalidad pareciéndome hermoso.

Llegamos hasta el límite del balcón Separándonos la baranda de metal. Miré a Jungkook de reojo, encontrándolo guapo de más, a pesar de los problemas que ambos teníamos y nuestras mentiras enormes y dolorosas, no podía negar que él era la persona que me había hecho feliz después de YoonGi. El silencio nos invadió haciéndose escuchar nuestras respiraciones pesadas por el ambiente tan helado que hacía.

—Lo siento —dijo la primera palabra rompiendo el tortuoso silencio, me sentí poca al ver que él había sido el que rompió el hielo cuando quería ser yo.

—Lo siento yo también —dije igual, chocando con su mirada a mi lado —No debí de ocultarte algo como eso —me encogí de hombros.

—Yo tampoco debí ocultarte que estaba casado —oirlo decir eso, realmente se sentía doloroso, yo quería ser todo para él —Y solo quiero que sepas que no te lo dije porque nos estamos divorciando y quería formar una familia realmente....contigo —volví a chocar con sus negros ojos, viendo como estos brillaban ante aquella declaración que podía y a la vez no ser sincera.

Las mentiras nos rondaron por tanto tiempo que ahora era un poco difícil creer algo, incluso llegué a dudar en un momento en que si conocía realmente o no a Jungkook.

—Ambos cometimos errores, nos enojamos, nos frustramos, lloramos, sufrimos, y nos falta perdonarnos ¿no crees? —me miró con esa pizca de esperanza y luz que adornaban casi siempre en sus orbes, sintiendo tal vez que esto era un acercamiento a mí cuando solo intento sentirme bien con él y conmigo misma —Yo te perdono Jungkook —sonrió.

—Yo...Yo también SooMin —se acercó a mí y yo retrocedí, su mirada de felicidad cambió automáticamente a una de confusión.

—Pero solo eso —iba a agarrar una de mis manos pero nuevamente se lo impedí —permiteme un tiempo, dejame pensar las cosas, y creo que tú también necesitas pensarlas, puedes venir a ver a JungMin siempre que puedas, y quiero que te dirijas a mí como una conocida y nada más hasta que yo realmente pueda sentirme bien.

—Pero...me perdonaste. ¿Cómo...?

—Y lo haría miles de veces más Jungkook —lo encaré —Te quiero como no te lo puedes imaginar, pero no sé si te conozco realmente —sonreí con amargura.

—Yo, yo quiero casarme contigo SooMin —aquello me hizo sorprender, y trague fuerte.

Mentiría si dijera que no quería porque lo que más deseaba en esos momentos era hacer una familia con él, junto con JungMin sería mi sueño perfecto, solo que la perfección no existe en la vida real, y yo necesitaba un tiempo lejos de él para aclararme todo el remolino que he vivido en tan poco tiempo, me siento tan exhausta mentalmente que...quiero descansar.

—Dame un tiempo, por favor, es lo único que te pido —tomé tí esta vez sus manos sintiendolas cálidas.

—¿Y si te das cuenta en ese tiempo que yo no soy el hombre de tu vida? —preguntó, temiendo lo mismo que yo pero con más profundidad.

—Si en cinco año lo seguiste siendo, porqué cambiaría en solo unos días, semanas o meses —meditó aquello. Llevó mis manos cerca de su rostro y depositó un beso en mis nudillos, haciéndome recorrer una descarga eléctrica que se sentido bien y bonito a la vez —¿Entramos? —le apunté.

—¿Me dejas...me dejas abrazarte? —preguntó con timidez, haciéndome sonreír, me di cuenta que era débil ante Jungkook y más a su ternura, porque hace unos momentos estaba evitándolo y ahora simplemente quiero que esté cerca.

Asentí. Segundos después, sentí sus brazos rodearme. Su calor corporal me hizo sentir cálida, además de una protección indescriptible. Cerré los ojos dejándome abrazar, dejando mi barbilla en hombro y su respiración chocó con mi cuello, erizandome de pies a cabeza.

Lo aparté unos minutos luego haciendo espacio entre los dos, si seguía así acabaría mandando todo al traste y diciéndole de una buena vez que aceptaba casarme con él. Le di una cálida sonrisa y me adelanté a entrar nuevamente al interior del apartamento seguida por el pelinegro.

Una vez estuvismo dentro, me encontré a In Ha y YoonGi compitiendo con JungMin en una guerra de cartas. Los tres reían y no pude evitar sentir ternura. Me raspé la garganta haciéndolos voltear hacia mí.

—Omma, tío Min y tía In Ha son muy malos jugando a las cartas —hizo un puchero mi niño demasiado adorable —¿Quieres jugar omma? Ven, has pareja con el Jungkook —me sorprendió escuchar su nombre en la boca de mi hijo, estaba claro que no le había dicho nada aún al niño.

—Em...

—Claro —respondió Jungkook por mí y fue a sentarse en el suelo.

JungMin palmeó el lado libre entre él y Jungkook para que yo me sentara y no tuve otra opción que ir. Otro reto que tenía que cumplir y uno muy difícil, era enfrentar a JungMin y la verdad de él. Decirle a un pequeño algo puede ser más difícil de lo pensado. Nunca sabes como puede reaccionar o actuar, e incluso, ellos pueden rechazar más rápido que cualquier adulto.



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Espero que les haya gustado.

Nos veremos luego😊

Reencuentro › jjk ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora