#002. ...Suddenly appear

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El tiempo pasa extrañamente rápido cuando no tienes tiempo para otras cosas que no sean las necesidades de tu aldea. El título de Kazekage y una vieja mala reputación son difíciles de manejar, pero eso no lo hará renunciar sus obligaciones, después de todo cada vez siente que encaja más en el mundo, su aldea, su familia, en la vida misma.

Después del ataque de Akatsuki a la Aldea de la Arena, su captura y haber pasado por las puertas de la muerte, de nuevo su vida dió un vuelco, quizá para algo mejor por extraño que parezca, pero es que resulta que la muerte al parecer siempre ronda en los momentos importantes de su vida.

De nuevo había sido salvado por Naruto, otro tipo de sonrisa brillante y tan noble como un santo, muy similar a Lee. Definitivamente le debía tanto a ese rubio, el primero a quien pudo llamar amigo, y el que junto a la abuela Chiyo le dió una nueva oportunidad para acercarse a su (ahora aceptado mentalmente) gran amor.

Mientras viajaban de vuelta a la Aldea de la Arena no pudo evitar pasar la mayor parte del camino girando su cabeza hacia donde sea que el moreno se encontrase, tan vivaracho como siempre mientras saltaba de rama en rama, corría o intentaba competir con sus compañeros de equipo.

—¡Vamos!, Si logras llegar a la roca de allá primero demostrarás que la fuerza de la juventud no se desperdicia Neji.— soltó a viva voz mientras apretaba sus puños frente a su cabeza, con los ojos brillantes por la adrenalina, era una adorable vista para Gaara, a quien cargaban en la eapalda pues no podía ponerse de pie aún.

—No digas tonterías, aún debemos llevar a Lord Kazekage hasta su aldea, no es momento para jugar.— habló el chico Hyuga con una expresión cansada. —Compórtate y deja de hacer el tonto Lee.

Bueno, era obvio que nadie apreciaba tanto la genialidad de Lee como él... Y quizá ese extraño Sensei con cejas igualmente espesas que las de su discípulo, pero vamos, ni siquiera él lo veía y apreciaba tanto como Gaara, tampoco la chica de cabellos rosaceos amiga de Naruto. Chica afortunada, no sabía que tenía al tipo más noble y lindo que podrías conseguir de todas las naciones, una parte de él bullía en cólera de sólo ver que no era él el receptor del dulce cariño de Lee.

Mientras se detenían un momento para descansar antes de llegar a la aldea pudo ver aún con más detalle al azabache que descansaba plácidamente sobre una roca mientras bebía agua, aún con suficiente energía para charlar con todos. ¿Por qué no con él? Nunca con él.

—Lord Gaara, ¿Cómo se siente?— ah, le había tomado desprevenido. —¡No se preocupe, la Aldea de la Hoja lo protegerá a toda costa y sus subordinados también!. — y de nuevo ahí estaba el fulgor en su mirada mientras veía al horizonte pero ahora sentado justo a su lado.

Y sus latidos lo traicionaron.

—Estoy bien. — ahora se sentía cohibido ante la soleada sonrisa perenne de su compañero. —Pero por favor no me llames "Lord" ni "usted"... Me resulta extraño.

El otro lo miró asombrado, Gaara en verdad era otro, le gustaba más este nuevo Gaara. —Me siento afortunado entoces Gaara. Aunque comenzamos algo extraño, ¡Somos amigos! — y de nuevo el pelirrojo tuvo que cerrar los ojos para evitar que tanta luz dañase su retina.

Ah, escuchar su nombre en su boca le sabía a gloria.

—Lee, no molestes al Kazekage. — reprendió la chica compañera del azabache. — Por favor discúlpalo, tiene demasiada energía y el doble de ganas de ser amigo de todos.

Pero él no era "todos" él quería ser especial, sólo para Lee.

—No me molesta.

Y el otro lo miró con ojos esperanzados, tan tiernos que apenas pudo resistir no besar sus párpados.

—¿Ves TenTen?, Gaara es mi amigo. — y de nuevo su pobre corazón apenas pudo resistir no salirse de su caja torácica.

Una pena que sus orejas y mejillas le traicionaran vistiéndose de rojo brillante.

—Ah, ¡Tu rostro está rojo!, ¿Seguro no te sientes mal?, No te esfuerces demasiado. — pidió con preocupación.

—Estoy bien, sólo tengo calor. — se excusó avergonzado.

—Entonces bebe. — ofreció extendiendo el contenedor del que anteriormente había bebido agua. —Si no deseas tomar de aquí te conseguiré más.

Gaara miró la botella, lo miró a él, miró la botella y se puso aún más rojo. —Estoy bien con esta. — ahora estaba el doble de avergonzado mientras tomaba lo ofrecido y bebía lentamente. — Gracias. — dijo quedamente mientras le devolvía el frasco a su dueño.

Ah, eso contaba como beso indirecto. Probablemente lo más cercano que estaría a bersar a su amor platónico.

Puede que la gran mayoría de los que estaban ahí fuesen lo suficientemente densos para no notar como Gaara miraba cada tantos minutos (o segundos) a Rock Lee, o puede que todos estuviesen lo suficientemente concentrados en otras cosas para no ver lo rojo que se puso el Kazekage por la extraña interacción con el moreno. Pero hubo una persona que no ignoró todo esto, pues demasiado preocupada por su hermano menor, había pasado gran parte del viaje analizando su estado, para al final temirnar descubriendo algo más en todo eso.

Ah, su hermano pequeño cada vez era más como cualquier chico de su edad. Estaba enamorado.
Vaya gustos raros pero ¿Quién era para juzgarle, verdad?

Close to youDonde viven las historias. Descúbrelo ahora