"Aún si todo el mundo se vuelve su enemigo le protegeré". No dejaba de pensar en las palabras que dije aquella vez, mientras corría por el pasillo.
"Si es la única manera de protegerte... En malvado me convertiré"
Me quede en shock al recordar esas palabras.
Una idea atravesó mi mente....
Ihnale profundamente y corrí hacia el cuarto donde mi hermana guardaba su ropa.
Tomé el vestido que ella usaba más a menudo, uno naranja con detalles negros.
Me desvestí lo más rápido que pude.
Me puse el vestido y acomode mi cabello para que fuera como el de ella, no me alcanzaba muy bien lo largo.. Pero serviría.
Me coloque frente al espejo y me observe. De verdad... Que éramos iguales.
Corrí hacia el cuarto de mi hermana con una capa negra, mi camisa y mi pantalón en mis brazos.Al entrar la vi con su pijama blanca, se veía preocupada frente a la ventana; ella entendía lo que estaba pasando.
Volteó y se sobresalto al verme.
—¿Mikey qué estás...?—
La callé poniendo mi ropa en su mano y mi dedo en sus labios.
—Por favor escape lejos querida majestad... Tome mi ropa y nadie la podrá reconocer...— Noté lagrimas caer por sus mejillas. —No sabrán este secreto de gemelos jamás; Tomaré su lugar y nadie lo notará—
—¡Mikey!— Me gritó negando con la cabeza.
—Todo estará bien... Nada me pasará, ya no debes de llorar— Me acerqué y besé su frente.
Se aferró a mi y me abrazó como nunca antes lo había hecho.Escuché las voces y pasos en los pasillos.
—Dése prisa...— Sonreí tiernamente.
Ella sin poder contener el llanto salió corriendo por el pasillo opuesto al que escuchaba las voces... Ella seguirá ese pasillo y saldrá por la puerta trasera de la cocina. Huirá por los jardines traseros y podrá escapar.
Pude notar lágrimas en mis ojos y las limpié de inmediato. Me acerqué a la jaula con los pájaros que ahora tenían un lindo moño naranja en una de sus patas, la abrí y tome a ambos, acto seguido abrí la ventana de la terraza y los liberé.
El cielo ya estaba iluminado por el sol... Y un hermoso cielo azul se podía contemplar. Quizá eran ya las 8:30 am.
Sonreía al notar las aves alejarse; cuando sentí una presencia detrás de mi. Era una espada.
Volteé y vi a Rachel... No la que conocía, una Rachel cruel y llena de odio.
Me miraba con desprecio.
Fingí la voz de mi hermana y aparte la espada.
—¡Ah! ¡Tan brusca como un hombre!—
Ella se enfureció y levanto la espada dispuesta a asesinarme.
—¡Rachel no!—Gritó el chico que estaba a su lado y sostuvo su mano impidiendo que bajara la espada.
—Así no está bien... Tenemos que llevarla a la justicia, completando tu venganza aquí no será nada—
—Bien...— Bajó la espada y me sujetó de los brazos. Yo no puse ninguna fuerza.[....]
Seguía mirando a través de unas pequeñas rejas desde la celda donde me habían metido.... Escuchaba voces dictando la condena.
Aun no comprendo porque Rachel no me asesinó en ese momento... Más bien, al mirarme quedó en shock unos segundos. Como si recordara algo... Quizá lo mismo que yo.
Fue aquella vez que conocimos a Rachel y a su esposo por primera vez en un baile. Ambos se veían tan unidos... Se amaban. Mi hermana y yo les sonreímos al presentarse y nos inclinamos.
Supongo que se sorprendió al comparar las imágenes... Donde nos presentábamos ambos y ahora, donde estaba solo y acorralado.
Sonreí débilmente mientras notaba que mis mejillas se llenaban de lágrimas. No se si me sentía aliviado o vació.
—Entonces... A las 3:00 pm. La hora en la que las campanas suenan— Escuché.
Me deslicé hasta quedar sentado y abracé mis piernas mientras lloraba descontroladamente.
El tiempo pasó muy rápido, mas de lo que pude darme cuenta.
Fue el ruido de la reja abriéndose lo que me hizo alzar la mirada.
Era Rachel...
—Es hora...— Dijo con crueldad.
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La Saga del Mal (TMNT)
Fiksi PenggemarHace mucho tiempo existió un reino lleno de inhumanidad, y ese lugar era gobernado por la joven Princesa Michelle de catorce años de edad, poseía lujosos y elegantes muebles. Así como un sirviente con un rostro similar al de ella, todo lo que quisie...