—T...tranquila— Dije balbuceando.
Ella me abrazó y siguió llorando, quizá estaba delirando por el cansancio.
—Hey... ¿Por qué no te invito algo de comer?— Sonreí un poco —Debes estar hambrienta—
Me miro y trato de tranquilizarse.
—S...si... Pero lo quiero rápido—
—¿Uh?—
—Quiero decir... Si por favor—
Me levanté y caminé hacia la cocina.[MICHELLE POV]
¿Quién era esta aldeana? ¿Por qué me había ayudado? ¿Cuánto tiempo ha pasado?
Todos esos pensamientos invadían mi mente mientras trataba de ignorar al terrible dolor que sentía en el cuerpo; quizá era el cansancio, jamás había caminado tanto.
—Solo... No permitas que te reconozca—
Quité los broches y el moño que sostenían mi cabello y los arrojé por la ventana que estaba a mi lado. Pude divisar las olas formandose a 1 km de donde estaba esta extraña cabaña.
Esa chica regresó con un pan y un vaso de agua ¿¡Qué clase de comida era esta!?
—Y bien...— Se dispuso a preguntar con algo de miedo en su voz.
—¿Cómo te llamas?—
—Michelle...— Contesté distraída al ver la comida.
Luego me di cuenta de mi error, pero ya era demasiado tarde.
—Que lindo nombre— Sonrió tiernamente. —Mucho gusto Michelle, yo soy Leonna—
¿No se... Había dado cuenta? ¿Es que no me conocía?
—Mucho...Gusto— Contesté algo nerviosa.
—¡Bueno! Entonces come, tienes mucha energía que reponer, Michelle— Sonrió y se levanto para después seguir hablando.
—No pareces ser de por aquí, me gustaría enseñarte el lugar y poder ser amigas—
—¿Ami...gas?— Balbuceé confundida, nunca había tenido una amiga antes... Nadie había sido realmente mi amigo a excepción de mi hermano.
—¡Por supuesto!— Sonrió. —¿Tienes donde quedarte Michelle?—
Negué con la cabeza —Realmente no...—
Sonrió —Puedes vivir aquí conmigo, realmente amaría algo de compañía—
Era tan amable... Tan inocente.
—Gracias— Sonreí un poco y me dispuse a acomodar la charola en la que me había traído la comida, supongo que eso era un gesto amable ¿No?
Tropecé y caí al suelo torpemente.
Al principio ella se asustó y me ayudó al levantarme. Pero entonces su expresión cambió al verme riendo.
¿Riendo? ¿Estaba riéndome?
Al parecer si. Pero no me molestaba en lo absoluto; con ella me sentía a salvo... En confianza.
—Lo siento... Soy demasiado torpe— Sonreí y ella se tranquilizó.
—No creo que lo seas— Se agachó y recogió la bandeja con el plato y el vaso, que por suerte no se habían roto. —De hecho veo que eres una chica dulce y que siempre ayuda a los demás—
Unas palabras que sentí como golpeaban mi estomago; la verdad siempre quise ayudar a los demás, pero al ser princesa no lo podía permitir, "Es mejor ser temida que querida". Pero bueno... Ya no era una princesa.
Asentí ligeramente y ella se fue a dejar la bandeja.
Me senté de golpe en la cama, mis piernas aún me dolían y necesitaba descansar; pero fue un dolor agudo en mi pierna lo que me hizo volver a levantarme.
Se sentía como algo encajándose, algo en el bolsillo del pantalón de mi hermano que no había notado antes.
Metí la mano en el bolsillo y tome lo que estaba e su interior.
Era un frasco pequeño con una nota enrollada y...
Y....
Mi mirada se cristalizaba y mis mejillas se humedecían nuevamente, esta vez con mas rapidez.
No podía ser verdad... la corona de flores, ahora marchita, que le di a mi hermano cuando éramos niños...
Lloré fuertemente mientras sostenía el frasco contra mi pecho y repetía el nombre de mi hermano.
Fueron pisadas las que me hicieron reaccionar y rápidamente guardé el frasco; quitaría el corcho despúes y... Leería aquella nota.
Leonna apareció desesperada al haberme escuchado.
—¿¡Que sucede!? ¿¡Estás bien!?—
Cubrí mi cara incapaz de contener las lágrimas.
—He hecho... Tantas cosas horribles... Lo he arruinado todo ¡Soy una estúpida! Yo...—
Me detuve en seco al sentir un extraño calor rodeandome.... ¿Me estaba abrazando?
—Descuida— Sonreía comprensivamente. -No estas sola, soy tu amiga, y estaré aquí para apoyarte Michelle—
Es verdad... Ella estaría para mi, y yo estaría para ella, que era...
Una amiga verdadera.
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La Saga del Mal (TMNT)
FanfictionHace mucho tiempo existió un reino lleno de inhumanidad, y ese lugar era gobernado por la joven Princesa Michelle de catorce años de edad, poseía lujosos y elegantes muebles. Así como un sirviente con un rostro similar al de ella, todo lo que quisie...