Do Better (Bellarke)

Epílogo

*Promissum está inspirado en Switzerland. Para que tengan una visualización ambiental del capítulo.

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Una semana más tarde.

—Los quiero a todos trabajando. Ya tenemos todos los materiales para construir, Indra. No podemos perder más tiempo durmiendo en las tiendas, es mucha la gente. —Murphy estaba sentado frente a la mujer, a Seda. Ahora lideraba al antigüo Wonkru, pero ya no existía un comandante. 

—Mis hombres están listos para comenzar.

—Los míos también. —Afirmó Rosita sobre los que antes eran soldados de Bardo. 

—Entonces empecemos. —Declaró Raven. —Estos son los planos. Cada lote tiene que tener estas características, las cañerías deben ser simples pero funcionales. Los herreros ya están trabajando en ello, mientras tanto, necesito que construyan los cimientos. —Extendió el papel sobre la gran mesa y Clarke se levantó. —Clarke, ¿Sabes si el generador de agua potable está funcionando bien? 

—Es la tercera vez que me lo preguntas en dos días. Anda excelentemente, y las huertas van de maravilla también. —Explicó Clarke y miró a Rosita, que fue la que les dió unos cuantos consejos sobre jardinería. En Bardo había todo un equipo destinado a la agricultura. —Indra, necesito hablar contigo. 

La mujer se levantó y se dio por finalizada la reunión. Salieron del quincho improvisado de reuniones y caminaron por el césped verdoso hasta el arroyo, que estaba a pocos metros. 

—Tengo que darte algo, pero estaba esperando a que fuera el momento correcto. Supongo que no existe uno en estas ocasiones. —Clarke rebuscó en su bolsillo, y sacó la flama. —Sé que Sheidheda probablemente esté muerto y la flama esté vacía. Pero quería que fueras tú la que la destruyera. Este… —Le enseñó la flama, completamente limpia, tomándola con su dedo índice y pulgar. La luz la iluminó, era un artefacto hermoso, y a la vez, había sido su más grande enemigo a lo largo de los años. —...este es un ciclo que hay que cerrar, y debes ser tu quién lo cierre. Por Lincoln, por Lexa, por Gaia.

¿Quién lo diría? Su más grande enemigo no habían sido los Wallace, los terrestres, Pike, ALIE, los Prime, Cadogan ni Sheidheda. Todo este tiempo había estado ahí, en los hombros de todos ellos, generando un peso enorme, alimentándose. La flama era perfecta, pero la perfección no existe. 

Indra tomó la flama con sus dedos, se agachó, la puso sobre una piedra y con otra dio un fuerte impacto, que la destruyó en pedazos.

—yu gonplei ste odon. 

Ocho meses después.

—Ey… —Clarke acarició el pelo de Bellamy, que abrió los ojos lentamente antes de regalarle una sonrisa. —Buen día. 

Él la abrazó por la cintura y la llevó encima suyo para darle un beso mientras escuchaba sus risas. La cama era tan cómoda que podían dormir hasta el mediodía, pero había trabajo, como siempre. 

Entonces alguien golpeó la puerta de madera repetidas veces. 

—Chicos, ¡Emori está en trabajo de parto! —Exclamó Raven. —¡Arriba, vamos!

Se escuchó cuando salió corriendo, y ellos se miraron riendo. 

—Vamos. —Dijo él pero se mantenía sosteniendola con fuerza contra su pecho. 

—Primero quiero dar una vuelta. —Le dijo ella de manera sospechosa, y él asintió y volvió a besarla. 

Luego salieron de la cabaña rocosa, y miraron al frente. Montaña arriba, la cascada, acompañada de un inmenso bosque. Abajo, una pradera con ciertos relieves. Las cabañas estaban dispuestas de forma que tuvieran una distancia prudente entre sí, y cada una tenía una vista panorámica del paraíso.