Capítulo 10

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Clarke caminó entre los soldados de Wonkru aquella noche, en lo alto del balcón la esperaba Indra que demostraba ser la Seda que hacía falta para la última guerra de la humanidad. Ella, con un traje que dejaba a la vista su poderío, un traje de cuero que le llegaba hasta las rodillas, ajustado en la cintura por un cinturón de cadenas diseñado por los herreros de Eligius, unas hombreras de piel que habían sacado de la alfombra de la habitación de Josephine, pantalón engomado negro, y botas y guantes también de cuero. Su pelo suelto ya llegaba hasta su espalda media; le habían hecho unas trenzas cosidas desde el nacimiento hasta el final de la coronilla. La gente vitoreaba con sus armas en alto, los guerreros con sus espadas; todos confiaban en ella. Tenía que hacerlo bien. Sheidheda no podía acabar con lo que habían construido. Wonkru, unido una vez por Octavia, los prisioneros de eligius IV, liderados por Diyoza, Sanctum, protegidos por Emori y Murphy.

Clarke sabía lo que tenía que hacer, pero su mayor objetivo era salvar a Madi.

Una semana antes, en Sanctum.

-¿Qué haces aquí? -Octavia corrió a los brazos de Levitt y puso un beso en sus labios. Bellamy los miró tres minutos y se volteó a Clarke, que si no estuvieran a punto de ir a la guerra con quizás los únicos seres humanos vivos además de ellos, tal vez se habría reído de los celos del mayor de los Blake.

-Decidimos que vamos a evitar la guerra. -Anunció Murphy. -Y para ello, necesitamos los portales.

-Tenemos los trajes suficientes, pero tenemos que hacer las cosas bien. -Continuó Raven.

-Nosotros iremos a Bardo. -Dijo Clarke uniéndose como un combo a Bellamy.

-La idea es activar todos los portales a la vez. Pero tal vez no haga falta cruzarlos. -Gabriel se levantó de su asiento, todos dirigieron la vista hacia él. -Pero como luego dejará de funcionar por aproximadamente diez minutos, los soldados ya deben estar en el campo de batalla, y alguien debe retener la guerra.

-Cadogan no se va a quedar tranquilo con lo que tiene, porque sabe que Madi tiene el código. -Informó Gaia y Clarke la miró sorprendida.

-¿Cómo lo sabe? ¿Dónde está el cuaderno de Madi?

-Debajo de su cama.

-Cadogan vendrá, y lo estaremos esperando. -Finalizó Clarke y salió del salón principal. Lo que ella no imaginaba era que Cadogan era el que esperaba, esperaba el momento indicado.

Clarke fue a ver a Madi, que jugaba con sus nuevos amigos en el patio. La miró de lejos, y luego vió que había dejado su cuaderno en un banco a bastante distancia. Cuando lo agarró la niña miró rápidamente, como si hubiera detectado una amenaza. Como si tuviera el sistema de la flama en su cabeza. Clarke simuló una sonrisa, aunque estaba muy preocupada por ella. Cuando se había ido el cuaderno no estaba tan lleno de dibujos.

Pudo verse a sí misma durmiendo, el día que huyeron el gorila con Lexa. Sonrió emocionada, no podía creer como Madi podía recordar y plasmar un momento con tanta claridad.

Y luego siguió el dibujo que la dejó helada. El dibujo de aquel planeta misterioso, al que habían nombrado Promissum, que significaba Promesa en latín. Aquello era maravilloso, ahora podía imaginarlo en sus sueños, podía sentirlo como una realidad, y podía luchar por ello.


-Es extraño, porque a pesar de sentirme tan presionado por todo lo que ocurre, consigues que lo olvide todo. -Habló Murphy luego de haber permanecido con los ojos cerrados unos cuantos minutos. Emori lo miró, hacía bastante no podían tener un momento de paz para dormir juntos, y aquella noche se habían podido desligar de sus responsabilidades.

Do Better (Bellarke)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora