Do Better (Bellarke)

Capítulo 5

Clarke armó una trampa para peces y la plantó en el agua. Mientras tanto Bellamy leyó una por una en orden de fechas las cartas de Echo.

Pasaron cinco meses desde que llegamos aquí, supuse que escribir lo que sentía me ayudaría a estar mejor sin ti. 
Estoy tratando de vivir el presente, sentirme mejor conmigo misma, y no necesitarte. Pero no puedo.
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Pasó un año desde que te escribí. Me siento mal y no quiero que Gabriel y Hope lo sepan. Estoy empezando a olvidarme de tu cara y de tu voz, pero sé que hago esto por ti. Se que para ti no ha pasado mucho tiempo, no tengo noción de cuanto ha sido exactamente, pero espero que Bardo no haya atacado Sanctum y estén bien.
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Voy por el segundo año aquí, y necesito hablar con alguien, porque no quiero hacer sentir mal a Hope. Ella me importa. Así que solo puedo escribirte a ti, aunque no vayas a leerlo. 
Todavía te extraño, aunque quede poco de ti en mi memoria. 
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Bueno, hace mucho no te escribo. Creo que ya no tuve la necesidad, porque estoy mejor. 
Falta poco para que podamos salir de aquí y volveré a verte, aunque va a parecerme muy extraño. Cinco años es mucho tiempo.
Siento que esto ya no me ayuda, porque pensar en ti solo me remarca lo poco que te recuerdo. Tengo miedo de no sentir lo mismo cuando vuelva a verte. 
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Mañana nos vamos, dejé unas pistas que apuntan hacia donde vamos a ocultar los trajes que nos sobren. Me aseguré de que solo los que pertenezcan a Wonkru puedan entenderlas. Si tu, Bellamy, estás leyendo esto por alguna razón, quiero pedirte perdón. Soy una persona muy distinta a la que conociste, espero que te alegre saber que me siento mejor conmigo misma, y puedas perdonarme.

Bellamy había pasado una hora leyendo y releyendo las cartas. Hasta que Clarke pasó por la puerta con un pescado pinchado en un palo y una sonrisa de punta a punta, que segundos después se borró.

—Ya me había olvidado cómo se pescaba, casi se me escapa y caigo al a… —En ese instante vio lo blanco que estaba el rostro de Bellamy. —¿Qué pasó?

—Estuvieron aquí cinco años. Y creo que… Echo me ha olvidado. 

—¿Cómo qué te ha olvidado? —Dejó el animal sobre la mesa y se acercó a él, que estaba sentado en la punta de la misma, junto a la chimenea. Corrió una silla para tomar asiento también, frente a él, y le arrebató la carta que continuaba repasando. 

—A mi solo me importa que sea feliz, conmigo o sin mi. Nunca nos pusimos cadenas, y sin embargo ya me había acostumbrado a que ella estuviera siempre. —Bajó la cabeza y reposó sus codos en su regazo, dejando colgar sus manos.

—La amas, ¿Verdad? —Preguntó Clarke y sintió cómo se formaba un nudo en su garganta sin razón. O si había una razón, pero ella aún se negaba a verla.

—Cuando pensé que habías muerto con el Praimfaya, y te había perdido, ella fue una gran compañía. La quise mucho. —Cuando terminó se dio cuenta de que una parte de sus dichos no encajaba. Pero no se corrigió.

—¿Y qué pasó cuando bajaron a la Tierra? ¿Qué cambió? —Clarke lo observaba. Él no podía mirarla a los ojos, ni tampoco responder a esa pregunta. 

—Voy a prender el fuego, se hace tarde y tenemos que descansar. Mientras tanto puedes leer la última carta, dice que nos dejó unas pistas para salir de aquí. —Se levantó de pronto mirando hacia otro lado, y salió de la cabaña. Clarke creyó que le había molestado, o que quizás se había entrometido mucho en algo que no le incumbía.

Diez minutos después pusieron el pescado al fuego, y se quedaron callados esperando. 
Lo único que los alumbraba era la fogata, y el calor que emanaba de ella podía mantenerlos sin temblar, a pesar del viento que llegaba desde la orilla.