La dama del lago

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Érase una vez, en un imperio, no tan lejano como otros reinos; vivía un emperador que deseaba dejar su trono a favor de uno de sus tres hijos. Lo normal era legarle el puesto a su hijo mayor, pero este era hijo de la segunda emperatriz, mientras que el hijo menor, el más joven de todos, era hijo de la primera emperatriz. Con aquel dilema y deseando que su hijo mediano también pudiera optar a ser emperador, decidió ponerlos a prueba.

- Aquel de los tres que me traiga lo más valioso del mundo, heredará el trono y será el próximo emperador. – anunció frente a sus tres hijos y la corte.

Aceptaron el mandato y partieron de viaje en busca de lo más valioso. El hermano mayor era un hombre codicioso y creía que las gemas y las joyas eran lo más importante del mundo. Y con la idea de que el dinero es poder, partió al centro del imperio en busca de la más cara y maravillosa piedra preciosa. El hermano mediano era conocido por su fuera y su capacidad en las artes militares, por ello no se demoró en partir a los confines del imperio para hallar una espada mágica que se decía era capaz de cortar montañas por la mitad. Finalmente, el más pequeño se quedó sin ideas al saber lo que irían a buscar sus hermanos. Observando el escudo de la familia imperial decidió ir al bosque de las bestias para capturar al ciervo blanco, que representaba el estatus de la familia y la humildad hacia el pueblo. Acompañado de su mejor amigo registraron y acamparon en aquel bosque días, mientras temían el ataque de las bestias o al día límite para volver. Cuando ya daban el viaje por arruinado, descubrieron un precioso claro en aquel oscuro bosque donde bebía de un manantial un majestuoso ciervo blanco. Cuando este levantó la cabeza, su poderosa cornamenta los asombró. Sin percatarse habían entrado en el claro y eran claramente visibles, pero por alguna razón aquel animal no había huido. Desmontaron de sus caballos e intentaron acercarse al cérvido, pero algo los interrumpió. Junto al albino animal había una hermosa mujer, de vestido puramente blanco y largos cabellos rubio platino que, con mirada esmeralda, los paralizó. El amigo consiguió salir del estupor y codear un poco al joven para que se presentara. Él se presentó como el hijo menor del emperador.

- Encantada, soy La Dama del Lago.

Cualquier persona del imperio conocía a La Dama del Lago, desde el anciano más viejo al niño más pequeño, conocidas eran sus historias y leyendas que hablaban de ella y sus contiendas. Famosa por haber sido la que consiguió que las bestias dejaran de atacar el imperio y este pudiera crecer y prosperar. De sus sacrificios, su poder y su belleza sobrenatural que la condujo a que el emperador de aquella época le diera el título de "La Dama del Lago" que equivalía a no tener que arrodillarse frente al emperador mismo, tratándose de iguales. Pero este joven, ni su amigo, habían abierto un libro por orden de la segunda emperatriz, así que ignoraron toda cortesía o decoro y la trataron como una campesina más. Le explicaron el caso y la prueba del emperador para legar su trono y le pidieron permiso para poder llevarse al ciervo, que juraron sobre lo más sagrado que lo devolverían y que lo protegerían durante la travesía. Ella aceptó, pero con la condición de acompañarlos. Así pues, los tres emprendieron camino hasta el palacio, llegando por los pelos al día limite. Para evitar problemas el ciervo había sido transformado por la Dama en un corcel blanco de melena negra. En la sala del palacio se presentaron el hijo mayor con una corona hecha con las más caras y brillantes gemas, creando la joya más deseada del imperio, el hijo mediano llegó con la espada partemontañas y la armadura de un legendario guerrero que se decía se había enfrentado a bestias gigantes y finalmente, el pequeño enseñó al esplendido ciervo blanco de gran cornamenta y elegante porte. Los tres esperaban la resolución del emperador, pero este solo tenia ojos para la mujer que se ocultaba al fondo de la estadía. Pidió que se presentara y en escuchar su nombre, todos se arrodillaron frente a ella con solemnidad. El emperador pidió que le dejaran a solas con la invitada.

- ¡Oh! Hermosa y sabia Dama, ayuda a este pobre emperador con su dilema ¿Qué hijo crees que es el adecuado para reinar?

- El hijo mayor es avaricioso, llevará al imperio a la pobreza; el hijo mediano es agresivo e impulsivo, su reinado desbocará un sinfín de guerras de las que se perderá más de lo que ganaran; Y el último hijo es un ignorante, eso lo vuelve un títere fácil para los que quieren poder y juegan en las sombras.

Aquella verdad que nadie se atrevía a decirle lo entristeció, pero la Dama decidió ayudarlo.

- La ignorancia se puede curar.

El emperador decidió celebrar una fiesta de bienvenida para la honorable invitada. La Dama del Lago bailó con el emperador y con sus tres hijos, luego se retiró a descansar. Al día siguiente, de mañana, se presentó el menor de los hermanos a disculparse por su actitud la primera vez que se conocieron, la Dama prometía perdonarlo si leía los libros que ella le ofreciera. Así lo aceptó. A media tarde, apareció el hijo mediano que deseaba retarla aun duelo de espadas, del cual ella se negó. Al anochecer, el hijo mayor pidió que lo honrara con su presencia en la cena, pero ella se negó. 

Los días se volvieron semanas y las semanas meses y mientras el hijo menor era empujado a leer más y más libros por la Dama, esta se dedicaba a rechazar las invitaciones del hijo mayor y los duelos del mediano. Hasta que una noche, el mayor, harto de los rechazos y de no conseguir lo que quería, entró en los aposentos de la Dama y la secuestró. La escondió en una habitación secreta y la engrilletó. Su belleza lo cautivó más que cualquiera de las joyas que decoraban la estancia en la cual ella estaba encerrada. No tardó mucho en llegaran la segunda emperatriz, quien pensaba usar a la Dama para favorecer a uno de sus dos hijos, y el hijo mediano quien protestaba de que la Dama del Lago era una estafa. Cuando los tres estuvieron dentro de aquella sala y la puerta se cerró del todo. La Dama se transformó en un enorme reptil con cabeza de cobra, pero con la mandíbula llena de dientes, el cuerpo cuadrúpedo robusto y una cola larga y afilada como una espada. Su verdadera apariencia. Y los devoró a los tres de un bocado antes de que les diera tiempo siquiera a gritar por su vida. Salió de allí y regresó a palacio para anunciar que se marchaba ya que su trabajo había concluido. Y así, el hijo más joven, que para entonces ya había leído más libros que cualquier sabio, pudo reinar sin preocuparse por sus hermanos ni madrastra ya que estos desaparecieron y nadie nunca fue capaz de encontrarlos por mucho que se les buscó. Y colorín colorado, este cuento se ha terminado.

Caperucita roja y otros cuentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora