El peor día, sin fin.

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Le supliqué a la profesora Hill que no dijera nada a mis padres, no quería que lo supieran aún.

Joe me llevó a las regaderas de chicas, asegurandome que no había nadie. Me hizo sentarme en una baquilla y me pidió que esperara, se aseguró de que estuviera bien.

Estaba aún deprimida, nerviosa, con miedo y eso perduró aun así, hasta que escuché una puerta abrirse.

Volví a temblar, estaba sola en este lugar y había un sin fin de probabilidades de que esta tortura continuara.

Escuché una expresion de asombro y pronto supe que se trataba de Kathy.

-Kim, acabo de enterarme. Joe me dijo y lamento esto, de verdad. No sé como esos cerdos pudieron hacerte esto. -tomó mi mano.

-¿Tú tampoco viste nada? -quise ocultar mi molestia pero no pude.

-No, estaba... con Joe. -de nuevo ahí estaba ese tono de ella tan bajo y sin entusiasmo. -Eh...Te traje algo de ropa para que te quites eso. Jabón, lociones, shampoo ¿segura que no quieres ir a casa? Es mejor.

-No -respondí de inmediato.

-¿Por qué?

-Sé lo que pasará, la discusión que tendré con mis padres y no quiero oír más. Estoy cansada.

-Lo entiendo. Kim, pase lo que pase, sabes que nos tienes a Joe y a mí, no importa que. Ahora, me quedaré aquí para que nadie te moleste y te mostraré las regaderas no queremos un accidente.

Ella me encaminó hacia una de ellas guiándome por el pequeño cubículo para que me lo aprendiera y no pasara por un accidente, después ella cerró una puerta me imagino para darme privacidad.

Tomé la ducha algo más lenta de lo normal y aproveché para llorar todavía más.

Odiaba estos días y siempre me preguntaba ¿Por qué yo? Esto ya era más allá de haberme acercado a Hank, todo lo planeó desde el principio. También reconocí muchas voces de chicos que me molestaron cuando se toparon conmigo antes, los que me llamaban parásito inservible, monstruo, fenómeno, horrible, estorbo; a cada uno de ellos lo reconocí.

¿Qué problema tienen con una persona ciega? ¿Por qué burlarse? No somos muy diferentes solo que ellos pueden ver ¿es que acaso existe un gran abismo entre ver y no ver? ¿ese simple sentido te hace algo superior y no lo sé?

-Kim ¿todo bien? Tienes que darte prisa no tardan en ocupar estas áreas.

-Sí, ya voy.

Me apresuré en ponerme la ropa solo que tuve un problema con los jeans. No me cerraron y sentía vergüenza. Seguro era la ropa de Kathy y la sentía tan ajustada en mí.

Oh Dios hasta ahora me doy cuenta que soy de grandes dimensiones. ¿engordé? ¿estoy gorda en verdad?

Asustada tiento mi abdomen pero se siente plano, no como cuando era pequeña y sentía una especie de masa, en esos momentos no era consciente de que eso era estar gorda. Dejo escapar de mi boca, un sonido de asombro, de cualquier manera pude tomar un mínimo de piel en mis caderas.

-¿Qué sucede Kim? -escuché a Kathy algo preocupada.

-Es que no puedo salir. -quise ocultar la realidad pero ¿como le diría? No podía quedarme aquí toda la vida.

-¿Se atoró la puerta?

-No -recargué mi frente en una pared tenía que decirle. -Es que... el pantalón no me cerró. -dije con vergüenza.

-Oh Kim -escuché algo de risa por su parte -pero... ¿si te subió?

-Solo no puedo cerrarlo.

-No te preocupes Kim no pasa nada. Espérame.

She is Special © (Parte uno- TERMINADA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora