She is Special © (Parte uno- TERMINADA).

Confianza.

Jamás, en el año que llevo en la preparatoria había tenido un día tan lleno de información y tareas, enserio que nunca había sido así y hoy estoy bastante estresada. Tampoco nunca había esperado con tantas ansias el descanso. Me estaba muriendo de hambre.

-Checaré el menú de hoy Kim, y vuelvo. -asentí.
-Está bien. -le respondí medio distraida apilando libros.
-Buen día señorita Hill, hola Kim.

Esa fue Kathy, sonaba entusiasmada además de que con ella había un olor exquisito.

Comida.

-O tal vez ya no tenga que ir, Kathy ha traído algo para ti. -respondió la señorita Hill.
-Sí, pensé que sería genial. Además, hace bastante tiempo que no paso a ver a Kim y traje algo para almorzar ambas, lo siento señorita Hill.
-No hay problema, es muy bueno en realidad. Yo las dejo, iré por mi almuerzo, te quedas en buena compañía Kim.

Después de eso, se marchó dejándome a solas con Kathy.

-Apuesto amarás lo que traje, es una hamburguesa, algo de jugo y de postre brownies de chocolate.
-¿Enserio? ¡Wow! Nunca antes he sabido que ofrezcan esto en la cafetería.
-Siempre hay menú especial pero...nada olvídalo. -no la conocía pero sé que era como si tuviera nervios.
-Pero ¿qué?
-Tu detestas...nos detestas a los populares y tienes razón. Somos unos afortunados en algunas cosas. Hay menú especial siempre pero son contadas las cosas que hay y con suerte si eres de los primeros lo consigues y... generalmente lo somos. No puedo quejarme de algunos privilegios aunque odie otras cosas después de todo.
-Eso explica muchas cosas. -obvieé.
-¿Cómo qué?
-La difícil elección que casi siempre tengo que escoger entre la peor cosa y la peor cosa. Es decir, entre el estofado asqueroso y la revoltura de sopas que tienen congelada y que ofrecen día a día con acumulación de días. -di con gusto la mordida a mi hamburguesa. Simplemente deliciosa. -¡Dios! -Kathy empezó a reír -es bastante asqueroso. Ódiame porque me comportaré como un popular pero me siento afortunada de no probar esas porquerías. -dijo en tono engreído y me hizo reír.
-Sí, suertuda. Así que cuéntame. -dije sin más.
-Contarte ¿qué?
-No estás aquí solo porque no has venido en días. No quiero sonar grosera y agradezco mi primer almuerzo decente pero hay algo más ¿no? ¿Te hicieron una mala jugada los tuyos porque se enteraron que hablas con una pobre ciega?

Quise que sonara a manera de broma o como si no me afectara, pero seamos sinceros, es lo más probable que haya ocurrido en su círculo.

-No Kim, nada de eso. Ni siquiera saben que existes...bueno algunos de ellos...perdón, quiero decir que...
-Déjalo así Kathy no hay problema.
-Eres bastante buena ¿no es así? -todo el entusiasmo de Kathy y sus bromas se esfumaron, escuchaba a alguien triste.
-¿A qué te refieres? -pregunté confundida.
-Que eres increíble. No ves pero sabes demasiado si necesidad de hacerlo.
-Entonces tengo razón.
-En parte, sí. Escucha, odio esa mesa popular y las pláticas superficiales. De hecho puedo sentarme donde quiera, por lo general me hablo con toda la escuela. No importa qué pero cada día es lo mismo con las chicas y los chicos de la mesa, la manera en que todos te observan como si lo que hiciéramos todo el tiempo fuera lo correcto cuando no es así. Si he soportado todo eso tanto tiempo es por Joe y siempre hablamos entre nosotros ignorando a los demás pero no esta vez. Discutimos. Y no es verdaderamente la razón por la que estoy aquí, de verdad encontré una amiga en ti y si no lo fueras no diría esto ni te contaría algo tan personal.

Eso sí era novedad y todo me había tomado por sorpresa.

-¿Fue grave por lo que discutieron Joe y tú?

¿Qué más podía decir? Yo nunca había estado en una situación así, ni sabía que se suponía debía decir, solo me quedaba decir lo primero que se me viniera a la mente.