She is Special © (Parte uno- TERMINADA).

"Mi amigo"

Los días pasaron y yo era muy feliz, todo volvía a la normalidad. Seguía con mis clases, aprobando con buenas notas y dando clases a los niños.

Estaba un poco melancólica porque este pequeño grupo, el periodo de prueba ya había expirado y traerían a unos nuevos pero eso no evitaba que extrañara a estos pequeños de ahora.

En unos días tendríamos un pequeño convivio antes de que se vayan y deseo de todo corazón que la siguiente etapa de su vida sea lo mejor porque vienen cambios diferentes en su vida a partir de este momento.

-Kim, tienes una visita. -anunció la señorita Hill.

Estaba bastante sorprendida de ello sin saber quién sería.

-Estaré fuera para que puedan platicar.

La señorita Hill salió y esperé en su lugar que la habitación se inundara de ese aroma tan masculino pero no, era un aroma dulce y fresco, era Kathy.

-Hola Kim -su voz era cautelosa.
-Hola Kathy. -me quede parada en mi lugar.

No sabía si estaba dándole la espalda o estaba frente a ella pero no me importaba.

-Vine sola por si te lo preguntabas.
-Lo sé.
-Joe me contó lo de la última charla. Mira que estoy algo celosa porque creo que le afecto lo que le dijiste.
-Lamento el daño "moral" que pude haberle causado. -escuché un suspiro por su parte.
-No es eso Kim, él realmente quiere ser tu amigo, así como yo también. Claro que nadie puede obligarte a convivir con personas que no quieres, pero yo entiendo. También soy chica.
-Pero no estás ciega.
-No necesito estarlo para comprenderte. Entender es otra cosa. Sé que es difícil confiar en las personas, tal vez te han hecho mucho daño y por eso alejas a las personas de tu vida pero no todos somos iguales, deberías darnos una oportunidad. Imagino que solo estás esperando escuchar las carcajadas o que te digan algo hiriente para seguir adelante y olvidarte de esas personas. Al menos Joe y yo no somos así te lo aseguro.
-¿Tú que puedes saber de ello? Joe también cree conocerme y no lo hacen, de verdad que no.
-Sé que estás molesta. Y puedo comprender un poco porque soy estudiante de psicología. Joe está estudiando leyes ¿has notado que es demasiado preguntón y obtiene las respuestas que quiere? Pienso que va a ser muy bueno en lo que hace.
-¿A qué quieres llegar a está platica?
-Que en caso de que necesites de Joe o de mí no tengas problema con ello y deja de pensar que es lástima lo que sentimos. Por mi parte no dejaré de venir una que otra vez pero si de verdad no quieres que me tope contigo puedes decírmelo. No hay rencores.
-Yo...

Era difícil decir algo, ella ha sido muy educada y decirle algo como "vete" sería feo.

-No hay problema, después me lo dejarás saber. Tal vez tengas una decisión. Nos vemos.
-Adi... No puede ser, está aquí. -iba a despedirme pero supe de inmediato que Joe estaba aquí.
-Me das miedo Kim ¿Cómo supiste? Acaba de llegar. -dijo Kathy.
-Es algo difícil de explicar -admití.
-Bien, te dejo con este guapo.

Escuché como se dieron un beso y después solo estaba él.

Juro que me sentía como una niña pequeña con padres postizos, esto era más que patético.

-Parece que tienes menos problemas para llevarte con Kathy que conmigo.
-Ambos se quieren mucho. -sonreí.
-¿Eso qué tiene que ver?
-Nada, solo es lindo.
-Pero no nos has visto, quiero decir es...
-No necesito ver para saber cuándo alguien se quiere o alguien siente algo por ti.
-Me imagino que has de sentir todo el tiempo las emociones por la gente que te rodea y te quiere, tal vez hay alguien por ahí especial ¿No?

Quise responderle pero no lo haría. No había más que mi familia y los niños. Solamente.

-¿Van a venir por ti hoy?
-Siempre lo hacen solo espero la llamada.
-¿Puedo preguntar algo sin que te ofendas?
-Es curioso que lo digas porque desde el momento que dices "sin que ofendas", ya es una ofensa por como lo insinúas.
-Bien entonces replantearé la pregunta ¿Podrías responder una curiosidad que tengo? -sonreí un poco mientras negaba.
-Adelante.
-¿Cómo realizas llamadas, o mandas un texto?

Pensé que preguntaría por algo peor o diría una cosa que me pondría en una dificultad pero no una simpleza como esta y por primera vez en mucho tiempo reí con ganas tiempo después Joe también reía conmigo.

-¿Qué? -preguntó entre risas.
-Es muy graciosa tu pregunta pero responderé. -tomé un respiro para tranquilizarme y parar de reírme. -Es un teléfono especial, funciona por comando de voz y solo con mi voz nadie puede utilizarlo así que si quiero hacer una llamada solo tengo que decir una cosa y el nombre del contacto, para el mensaje solo digo lo que quiero. Imagino el celular se encarga de escribirlo y pido que sea enviado, si me llega, me dice el nombre del remitente y el móvil lo lee por mí. Es como si el teléfono tuviera vida propia y me contestara.
-Eso es fabuloso. No mueves ni un dedo.
-No puedo creer que seas tan flojo.
-¿Quieres que te acompañe a la salida en lo que llegan por ti?
-Siempre salgo hasta que me llaman, así no estoy tanto tiempo ahí fuera.
-Estarías conmigo.

Mordí mi labio inferior batallándome la respuesta.

-Como quieras, ya tengo una rutina así que da igual, no es como si hiciera una diferencia.
-¡Auch! -se quejó.
-¿Estás bien? -asustada extendí mi mano sin saber que pasó.
-Sí, solo fue una expresión como "eso fue un golpe bajo". Dijiste prácticamente que soy nada.
-Yo no dije que fueras nada. -respondí de inmediato.

Mi móvil sonó diciendo el nombre del remitente sabiendo que era mi momento de irme.

-Da miedo tu celular embrujado, te acompaño al estacionamiento.
-Gracias. -sonreí tímidamente.

Caminamos en silencio por todo el pasillo, aunque Joe me llevaba tomándome por el brazo.

La puerta del auto se abrió y Joe me ayudó a entrar en él.

-Oh, hola Joe, gracias. -escuché la voz de mi padre.
-Señor Banks, es bueno verlo otra vez.
-Lo mismo digo hijo ¿quieres un aventón a tu casa?
-Le agradezco pero tengo mi auto, solo quería tener una charla con su hija antes de que se fuera.
-Me alegro conocer el primer amigo de mi hija y que sea tan atento. -a tientas busqué el brazo de papá y le di un apretón.

No tenía por qué decir eso. En A B S O L U T O.

-Parece que ya encontré tema para la siguiente charla con Kim, hay cosas que aún no me ha contado.
-No creo que necesites saber de mí más de lo que ya sabes. -le respondí -Papá, tengo hambre ¿podríamos apurarnos a llegar a casa? -eso era mentira pero estos dos hombres me estaban avergonzando.
-Siendo así tal vez algún día de estos podrías llevarla a casa. -propuso mi padre. -Se pondrían al corriente.
-Eso sería genial ¿no es así Kim? -ese fue Joe.

Ya estaba muy muy incómoda y estaba experimentando una extraña sensación en mi cuerpo como si mi sangre hubiese sido cambiada por algo que quemara dentro de mis venas.

-No lo creo.
-Cuando menos se dé cuenta te estará contando su vida. -dijo mi padre.
-También lo creo. Me despido porque tendré un partido esta noche y me reuniré con unos amigos. Hasta luego señor Banks, Kim te veo mañana, supongo.

Mi padre arrancó el auto y en todo el camino estuvo emocionado porque Joe realmente fuera mi amigo, era una especie de gran logro y más que fuera un chico. Papá quería que lo invitara a casa y tuvieran una charla. Por favor, ni que me fuera a casar.

Nunca haría eso ni le permitiría a Joseph llevarme a casa. Mis padres tienen una buena impresión de él y parece ser ese chico genial para ellos pero sé que no tardará en salir por la puerta en el primer momento en que se le presente.

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