Haciendo las pases. (Parte uno)

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Joe.

Este día había sido terrible.

Aún no me cabía en la cabeza todo lo que había sucedido, tampoco tenía la mínima idea de que es lo que Kim siente realmente, solo me hago una idea y no es suficiente.

No sé si quiera como debo sentirme.

Furioso, molesto, decepcionado, triste, no sé qué sentir. Esto ni siquiera me ha dejado pensar en otra cosa, ni si quiera en mi problema actual.

No puedo quitarme de la mente a Kim esta tarde tirada en la acera, la forma en que lloraba, la forma en que fue tratada después de que vi el video que le presentaron al director de todo lo ocurrido, fueron crueles y despiadados. Y si eso no fuera poco su hermano llega para rematar con todo.

Kim es una chica dulce y buena, amable, inocente, alegre ¿Cómo es posible que la traten así? Mucho menos merece ser maltratada y recibir rechazo de todos solo por ser ciega.

Ahora puedo entender el porqué de muchas cosas cuando la conocí.

Admito que en un principio me reí de que tenía un trauma si alguien la tocaba, la forma en que se ponía. Nunca había visto algo así, jamás; pero ahora entiendo su fobia, ha vivido demasiada crueldad por parte de todos.

Tuve la idea de traerla a casa, es muy grande pero lo que ella necesita es estar sola un poco, después de todo lo que pasó.

Antes de vivir en la actual casa, la anterior era una modesta casa de un solo piso, casi al estilo de una cabaña y estaba justo detrás de la actual casa; atravesando el sendero quedando oculta. Ahí llevé a Kim y le mentí porque mis padres si estaban y le dije lo contrario pero quería evitar toda una charla con mis padres y mis hermanos.

Kim permaneció en silencio durante todo el camino. A veces dudaba si estuviera despierta pero sus intentos de reprimir el llanto me comprobaba lo contrario.

Cuando entramos en mi antigua casa, me sentí bien, tenía buenos recuerdos. La casa continuaba limpia y se le daba mantenimiento. Llevé a Kim a mi antigua habitación y le expliqué lo que había en ella esperando que lo poco que estuviera reconociera el lugar en caso de necesitarlo.

Apenas, se recostó en la cama y se quedó dormida, me aseguré de ello. La arropé y le quité las gafas. Me tomé unos segundos para contemplarla así dormida y tranquila. Sus pestañas están húmedas, su nariz pequeña y sus mejillas están rojas por tanto llorar; a pesar de que está dormida una lágrima se le escapa y la limpio.

Puede sonar extraño pero, no me gusta verla sufrir, no soporto verla llorar.

No puedo quedarme aquí y dudo que ella se levante esta noche.

Voy a casa, ceno en familia pero sinceramente no tengo ánimos de hablar con nadie. Amo eso en mi familia, si no quieres hablar en el momento de los problemas y quieres tu espacio, lo tienes pero si necesitas hablarlo también pueden escucharte y ahora opto por la primera opción.

Pensé que darme una ducha me ayudaría a despejar la mente y relajarme pero no puedo ni conciliar el sueño y me remuerde la conciencia haber dejado a Kim sola en la casa. No tengo que dudar si ir allá o no, simplemente muevo mis pies y salgo con cuidado para ir a mi antigua casa.

Como deseo que acabe este día pero mientras no duerma la noche se me hará eterna. El problema es que no tengo sueño.

Camino a la habitación en que dejé a Kim y aún estando afuera cierro los ojos y trago solo de escucharla llorar. No le ha durado por mucho dormir, no sé si es correcto entrar o dejarla sacar todo lo que lleva dentro así sola.

Con cuidado de no hacer ruido abro un poco la puerta y la veo aferrada a una almohada llorando y diciendo mil veces en voz baja "¿Por qué nadie me quiere? ¿Por qué soy un ser despreciable?". Lo dice una y otra vez sin parar.

Repito, no soporto verla así.

-Kim -entro sin pedirle permiso y ella rápidamente se cubre el rostro con la almohada.

-Lo siento. -logro entender lo que dice a pesar de sonar ahogada por la almohada.

-¿Por qué te disculpas? -ella baja la almohada con el rostro oculto en esa cortina de cabello largo y negro que tiene. Su cabeza hacia abajo y parpados cerrados.

-Por todo. Seguro te desperté con mis tonterías. Solo estorbo. -dijo con desprecio apretando los puños.

-No digas eso, no es así. No podía dormir y quise ver que estuvieras bien. -lo pienso mejor y me corrijo. -Que estuvieras cómoda dormida, a eso me refiero.

-Eres bueno entendiendo ¿sabes? -alzó un poco su rostro asegurándose de tener los párpados cerrados. -Eres la única persona sensata que conozco-logro ver un fantasma de su sonrisa.

-Soy bueno en muchas cosas -Tomo los lentes y se los pongo. Sé que ella no se sentirá a gusto sin ellos.

-Como ser un buen hermano. El hermano que no he tenido, ser un buen mejor amigo, eres más que bueno Joe.

-Me alegro haber logrado puntos para mí y que de ser un "desconocido", pasé a mejor amigo en tu ranking y... estoy más que bueno te faltó agregar. -logro mi objetivo y ríe de verdad lo que me hace sonreír a mí también. -¿Quieres comer algo? ¿Algo de beber?

-No Joe gracias o-se queda pensativa unos segundos mordiendo su labio inferior. Sonrío porque parece una niña pequeña -¿Es malo que quiera comer helado ahora?

-De hecho esperaba que lo pidieras.

-El problema es que dejé el mío en casa.

-¿Qué clase de amigo sería si no guardara reservas?

-Entonces no serías mi amigo porque no lo harías si no me conocieras.

-Eso es un buen punto. ¿Vamos a la cocina o quieres comerlo aquí?

Guíe a Kim hasta la cocina. Tomé el bote de helado que había guardado y le pasé una cuchara y otra para mí. Le dije a Kim que "cavara" en el bote pero era desconocido para ella así que fue doblemente divertido enseñarle a comer desde el bote.

Comer helado en la madrugada no es una gran idea pero en este caso lo aprobaba porque terminamos como si hubiéramos bebido alcohol. Pusimos música, cantamos, hice a Kim bailar y lo más importante; dejó de llorar y en su lugar había enormes sonrisas. Lo que fuera por ella.

Más tarde la noche nos empezó a cobrar factura y terminamos en el sofá. Yo vería una serie mientras Kim la escucharía; ella estaba recostada a lo largo del sofá utilizando mis piernas como su almohada, no me molestaba y no me encontraba incómodo. Este sofá era delicioso, tanto que me estaba durmiendo.

-Kim -estar acariciando sus brazos también era para mí relajante y me arrullaba.

-Mmmm... -murmuró adormilada.

-Vamos a la habitación.

-Eso es una propuesta indecorosa pervertido. -escuché algo de burla en su voz.

-Sabes que no quise decir eso -sonreí.

-Estoy bromeando Joseph, relájate.

Ya no dije nada, mis ojos se cerraban involuntariamente. No me moví, solo me relajé, permanecí con Kim en la misma forma y me perdí en mis sueños

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She is Special © (Parte uno- TERMINADA).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora