She is Special © (Parte uno- TERMINADA).

¡Ni se te ocurra!

Después de la comida más rara que jamás haya tenido -y con eso me refiero a mis padres, Joe y yo en la misma casa, compartiendo comida-fue una cosa completamente loca.

Mamá y yo, nos encargamos de limpiar la cocina, y recoger lo que quedó, mientras que Joe y papá hablaban y veían el dichoso juego de béisbol. Hasta acá podía escuchar el televisor encendido en un exagerado volúmen.

-Mamá ya me voy -dije cuando terminé mis obligaciones -Tomaré a Lucky y...

-No cariño, no puedes irte. -respondió mamá de inmediato.

-¿Por qué no? -rechisté. Tenía que ir a la institución y aquí no había mas que hacer.

-No puedes dejar a Joe aquí solo con tus viejos. Es tú amigo y es tú invitado.

-Mamá no puedo quedarme aunque, pensandolo bien. Ayer olvidé invitar a Joe la casa ¿es una casualidad que esté aquí?

-Tu padre lo invitó en tu nombre.

Resoplé.

¿Qué se supone que mis padres tenían en mente? ¿Hacer las pases con él nuevamente después de como le trataron tiempo atrás?

-Debí suponerlo. No es que yo no quisiera o que no lo quiera aquí, es...-largué un suspiro y negué con mk cabeza -da igual. Tengo que irme.

-Kim. -me regañó mi madre.

-Es una gran idea viniendo de su parte, enserio. Sobre todo la parte de que están viendo un juego el cual yo no puedo. Prefiero ir a la institución. Despide a Joe de mi parte.

-¿Cómo vas a dejarlo?

-¡Mamá! Ni si quiera se dará cuenta. Se lleva bastante bien con papá y están perdidos en ese juego.

Mamá sabía que tenía razón y por eso ni siquiera objetó algo y me dejó ir.

Si mis padres querían a Joe en casa e invitarlo, no tenía problema. Solo que tampoco es como si estuviera a mi cargo o fuera la sabelotodo de él. Joe es un gran amigo y ha sido verdaderamente genial conmigo

-¿Qué hice para merecerlo? No tengo remota idea ¿verdad Lucky?

Solté una carcajada cuando escuché su ladrido. Era como si me respondiera.

Eso espero y no que se haya encontrado otro perro o algo raro a que ladrarle. En todo caso ese "algo raro a ladrarle" sería a mí por ser ciega y hablar con perros.

Cuando llegué a la institución como siempre me esperaba Reggi que se encargaba de Lucky en lo que esperaba para poder comenzar con mi labor social solo que esta vez en años me sorprendió alguien con quien no he hablado en tiempo.

-Así que... fenómeno, el placer de molestarte crece en mi interior.

-Rudy tan simpático -dije de manera sarcástica.

-Si esta tarde te topas conmigo una vez más, voy a tener que darte una lección severa. -espetó con voz grave y seria.

-¿Sabes? Si tanto odias esto ¿qué haces? Es un lugar lleno de personas discapacitadas.

-Tengo que hacer labor social. No es un placer para mí, lo que sí lo será es ponerte en el salón solo y tener un poco de diversión contigo.

Sus palabras suenan amenazantes, siempre lo hacen. Es su estilo.

Si fuera el primer día que lo conociera, juro que estaría temblando pero sé que es su escudo, el ser rudo, hablar de esa manera.

-Hey Rudy -llamé una vez más.