Epílogo

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10 años después

PDV Donaire

Respiro el aire fresco del jardín con una sonrisa. Todo esta en calma y eso me gusta, me gusta sentir que la paz inunda mi vida.

En una década todo ha cambiado para bien.

Después de ese beso de despedida bajo la tormenta, me fui a la casa de la isla.

Pasé 2 años descubriendome en completa soledad y autonomía. Comencé a trabajar en una pequeña tienda de víveres en la isla y así comencé a pagar mis cursos universitarios en línea.

¡Oh si! Ahora soy enfermera, especializada en salud mental. Y me alegro de contarles que ahora soy la enfermera en jefe de toda la siguiente generación de equipos.

El jefe, después de saber mi historia en conjunto a la de Devil Beast, decidió que la salud mental debía tener más importancia en el grupo. Así logramos abrir una clínica pequeña en el pueblo cerca de los terrenos para uso exclusivo de los escuadrones.

Y ustedes no lo saben, pero muchos chicos siguen con vida gracias a nosotros.

Hice amigos, muchos, tuve un novio pero no funcionó. Aún después de casi 2 años sin verlo, mi corazón le seguía perteneciendo a una sola persona, a quien ahora puedo llamar:

Mi esposo.

-Ángel.- me llama y yo lo miro desde mi silla. -Ven aquí.- palmea su regazo.

Sus ojos rojos brillan con picardía, viéndome desde el césped. Llevaba una camisa blanca y un pantalón de dormir gris, además de estar despeinado. Recién despertaba de su siesta bajo el cielo nublado.

Diablo Beast, con 32 años, era el hombre más sexy que había conocido jamás.

Yo ni corta ni perezosa me levanto y corro a su encuentro, subiendo a su regazo antes de recostarme en su pecho, besando sus labios.

-Hola, amor mío.- le susurro.

-Hola, amor de mi vida.- y él no lo sabe pero sus palabras aún me provocan esas mariposas en el estómago. Y estoy segura de que nunca se detendrán. -Te ves muy hermosa con tu cabello suelto.

-Lo dejaré así más a menudo entonces.- vuelvo a besarlo con una gran sonrisa, sintiendo sus manos en mis caderas, apresando con fuerza.

Oh cuánto amo mi vida, señor Dios.

A casi 3 años de estar sola, sin saber nada de los Beast, él apareció de nuevo. Estaba igual físicamente, solo con una pequeña barba de 2 días. Apenas nos vimos, fue cuestión de tiempo enredarnos de nuevo en ese espiral de emociones y sentimientos.

A los 2 años de relación, me pidió matrimonio de la manera más perfecta posible... Pero esa es una historia para otro día.

Lo único que se escucha en el patio es el sonido que hacen nuestros besos. Fogosos, dulces, llenos de amor y deseo, con una chispa que jamas podría apagarse.

Toda nuestra vida es un paraíso...

-¡Papi!- escucho la voz de mi pequeño hijo de 5 años y me separo del beso antes de sentir el peso sobre mi espalda.

-¡Mami!- y ahí están las voces de mis gemelas de 2 años, quienes también suben a mi espalda, aplastando mi cuerpo y el de Diablo a la par.

Tengo que removerme para poder bajar del mayor y recibir a mis pequeñas princesitas en brazos, viendo cómo él recibe a nuestro pequeño en los suyos.

Hace 5 años, poco después de casarnos, di a luz a nuestro primer hijo: Angelo Dian Beast. Para sorpresa de muchos, él es el primer y único varón Beast que no tiene los ojos rojos que caracterizan tanto a la familia.

Diablo. || Libro #1 "BEAST" TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora