Diablo. || Libro #1 "BEAST" TERMINADA

Capítulo 25: Lugar seguro

PDV Diablo

-Todo esto es culpa tuya.- Demon me señala con molestia.

Ahora los 3 estamos en mi habitación, con una Devil llorando a moco tendido, un Demon queriendo matarme y a mi, un Diablo que está sintiendo morir.

-Yo no lo sabía.- repito en voz baja, con la mirada en el piso. No tengo energías para responderle.

-¡Claro que no lo sabías, tú nunca sabes nada!- me grita.

Yo no le respondo.

-¡Por tu maldita culpa vamos a perder a la única chica que nos conoce de pies a cabeza y nos aceptaba tal cuál éramos! ¡La única que nos escuchaba!- continúa y yo siento mis ojos aguados.

-Lo sé...- susurro sin voz.

-¡Si no fueras un maldito cobarde, ella no se tendría que ir! ¡Si hubieras hablado con la verdad desde el principio, ella seguiría queriendonos! ¡Seguiría cuidandonos! ¿¡Porque siempre arruinas todo lo que nos importa!?

Yo suelto un sollozo, cubriendo mi rostro. Ya no me siento poderoso, no me siento peligroso, no me siento intimidante ni superior. Siento que me arrancan el corazón.

-Lo siento.- sollozo. -Lo lamento...

Demon baja su enojo y talla su rostro con frustración, sentándose en la cama al lado de nuestra hermana.

-Nos odia...- Devil sigue llorando. -Nos aborrece...

No necesito que lo repita, lo sé, lo sé porque me duele. Adentro, donde está el corazón. El que creía no tener hasta que la conocí, por primera vez se estaba destrozando.

Algunos lo llaman justicia divina, otros karma, yo lo llamo "Eso te mereces por ser un hijo de puta".

Mi corazón arde al recordarla. Sus ojos, sus labios, sus manos acariciando mis mejillas, sus gemidos y suspiros que liberaba cada que le hacía el amor. Todo viene como cientos de flashbacks, golpeando mi cara sin descanso.

Mi mente no tiene cabida para nada más que para ella. Aún no logro procesar... Que ella ya no estará nunca más conmigo.

-Debemos hacer algo.- murmuro. -No podemos dejarla ir así como así.

-¿"Así como así"? Diablo ella nos detesta y con pasión, y nos lo tenemos merecido, le ocultamos la cosa más importante para ella.- Demon me responde.

-No voy a perder a la única chica que he amado.- respondo seco. -No voy a resignarme a que ya no está. No sin pelear.

-¿Cómo vas a hacer eso?- susurra Devil.

-No lo sé, ¿de acuerdo? Pero pelearé. Pelearé porque la amo más de lo que me amo a mi mismo y sé que es recíproco. Porque el que arruinó todo fui yo y el que debe enmendarlo también soy yo.

-¿Estás ecuchandote?- Demon me mira, incrédulo. -Ella no va a perdonarte a menos que puedas traer a sus padres de vuelta a la vida o en todo caso, sacarla de la familia Beast.

-Si en lugar de criticar cada plan que estoy haciendo me ayudaras a idear alguno, avanzaríamos más rápido, ¿no crees?

-Estoy siendo realista, Diablo. La cagamos. Caput. Finito. Está en todo su derecho de odiarnos. Toda la vida hemos sido porquería, era cuestión de tiempo para que destruyeramos a un ángel también.

-Callate.- Devil le dice.

-¿Vamos a actuar como si fuéramos las malditas víctimas?- nos mira. -No, jamás hemos sido jodidas víctimas aquí, somos victimarios.

-Demon, ya.

-Destruimos todo a nuestro paso, somos los Beast, destruir es nuestro trabajo. Destruimos vidas, familias, lo que arrasamos es mortal para la mayoría y quieren actuar como si no supieran que ésto iba a pasar tarde o temprano.

-Ya cállate.- digo ahora yo.

-Si no es así entonces dime ¿porque jodidos nunca le has dicho a esa chica que la amas?- yo me quedo callado. -Porque sabes que nunca has sido bueno para ella, porque apenas se lo digas, sabes que no hay vuelta atrás y va a terminar hundida como todos los que se acercan a nosotros. Porque aunque digas que no le tienes miedo a nada... ¡Te aterra pensar en volverla la misma mierda que eres tú!

Y, con eso, rebasó mi copa, ganándose que le dé un puñetazo en la cara.

Devil suelta un grito ahogado, cubriéndose la boca. Entiendo su sorpresa, Demon y yo nunca nos hemos peleado a golpes, o bueno, hasta ahora.

El se toma de la mandíbula y me mira con los ojos encendidos en rabia. -Eres un monstruo.- escupe. -Y solo era cuestión de tiempo para que ella se diera cuenta.

Con eso me lanzo encima de él. Lo golpeo y recibo sus golpes con fuerza, escuchando los gritos de Devil hacia mis padres. Ella no podría meterse, la bolita de amor sigue en su interior y no queremos que algo les pase.

No otra vez.

Escucho los pasos apresurados y luego siento a mi padre separarme de Demon con fuerza, conteniendome.

-¿Qué demonios les pasa a ustedes 2?- grita mi madre, conteniendo a Demon contra una pared. -¡Son hermanos, no animales enjaulados!

-Lo de animal le queda perfecto.- escupe y yo me renuevo con intención de golpearlo de nuevo.

-¡Es suficiente!- vuelve a gritar. -Vamonos.- jala a mi hermano de la camisa, sacándolo de la habitación con rapidez. Sabía que si se quedaba demasiado tiempo, iba a terminar muy mal toda la situación.

-¿Qué demonios te pasa?- papá me suelta. -Estuviste al borde de entrar en modo Bestia con él.

-Tocó una llaga que no debió.- digo apretando los dientes.

-¿Esa es justificación por querer matar a tu hermano a golpes?

-No...- suspiro.

-Se que estamos entrando a un cambio muy fuerte en la familia.- susurra. -Se que les duele que Donaire se vaya pero es lo mejor.

-Lo dices porque nunca la has querido, nunca la has tratado bien, ni siquiera una vez.- gruño.

-Sea cuál sea el caso, estar aquí le hace daño. Su cabeza y su corazón están masacrados y es tiempo de que lo repare... Y si realmente la amas... La dejarás ir para hacerlo.

Palmea mis hombros y sale de la habitación, dejándome con mi hermana en la cama, sobando su vientre.

-Tal vez tienen razón...- susurra.

Pero no, yo no quería que la tuvieran. Porque mi lugar seguro era ella y no me lo iban a arrebatar.