La abuela solía decir que tu nombre dejará una huella en la historia de muchas personas, que te identifica y te da un sentido de identidad desde tu nacimiento hasta tu último aliento.
El mío es Donaire, Donaire Warfire, gracioso si buscamos el s...
Una de las cosas más importantes en esta casa son los desayunos. No lo digo porque ellos los hagan, no, tienen 2 cocineras que los preparan. (Aquí entre nos, nunca he visto a la señora Beast mover un solo sartén para cocinar algo).
Lo digo porque es la única comida en la que están todos juntos. Los primeros en llegar siempre son los señores Beast, el señor Demontre le arregla el asiento a su esposa antes de el sentarse, ambos a las cabezas de la mesa rectangular de mármol.
Luego se escuchan los pasos descalzos de Devil, quien se acerca para besar las mejillas de sus padres y ponerse en su asiento, al lado de su mamá mientras esperan a los integrantes faltantes.
-Descalza.- La señora Beast regaña. -Sabes que te puedes resfriar, tus pulmones...
-Son frágiles y delicados. Lo sé mamá, solo es hoy.- falso.
Devil Beast siempre anda descalza por la casa sin que sus padres la vean pero es un secreto que debo guardar.
Otros pasos hacen acto de presencia. Demon se acerca y se sienta entre su hermana y su padre. Mira todo unos segundos antes de soltar un largo y profundo bostezo.
-Espero sean Waffles.- el murmura, tallando sus ojos. Si se nota que odia levantarse temprano. -Los pedí ayer al llegar.
-Nop. Mamá pidió panqueques con chocolate.- Devil le saca la lengua. Demon voltea a ver a su madre, hastiado. Nunca, y repito, nunca te metas con un Demon Beast recién levantado.
Ambos eran tan distintos~ y pensar que solo se llevan 2 años, ambos eran roles opuestos al 100%. Devil era algo inmadura, Demon odiaba la inmadurez. Devil era una persona mañanera, Demon una persona nocturna.
-Yo no entré ni salí de la misma vagina que ella.- es un golpe del señor Demontre lo que lo hace disculparse. -Perdona pero es verdad.
-No se habla sobre vaginas en la mesa y mucho menos la de tu madre.- a este punto la señora solo podía verlos a ambos con ojos asesinos, sonrojada. No tiene más que negar con la cabeza y seguir esperando.
El último en aparecer siempre es Diablo. ¿Porque tarda tanto? Ni idea. A veces me pregunto si tarda demasiado en arreglar su cabello o en ponerse "presentable". No puedo evitar soltar una risa.
Ambos hermanos en el comedor con sus pijamas, aún tienen rastros de la almohada en sus mejillas y todo. Mientras tanto, Diablo se prepara como si fuera a trabajar en una empresa internacional que visitará la reina de Inglaterra.
Cuando escucho sus pasos cerca retrocedo unos segundos, pegada a la pared mientras lo veo entrar. Imponente y con ese aura de poder que carga a todos lados.
-Disculpen la demora.- sonríe, sentándose. Ahora el se sienta en el centro del otro lado de la mesa.
-Papi, haré una huelga. ¡Soy la única chica, yo debería tener el lado libre!
-¿Para mimarte más? Por favor, papá, soy el de en medio, ¡merezco aunque sea algo de privilegio de parte de ustedes!
-Basta ustedes 2.- es la voz de la señora Beast lo que los hace callar. -Diablo tiene el lado libre porque es el mayor y el capitán del escuadrón. Merece un privilegio. Devil, no puedes quejarte de nada, papá te tiene bastante mimada.
-Y no olvides cuantas veces mamá ha hecho de todo por ti, Demon.- el señor Demontre aclara. -Diablo está en el lado libre y no hay más.
Ambos hicieron un gesto de frustración y se cruzaron de brazos mientras la comida hace acto de presencia en el comedor. El desayuno servido a los ojos de todos con una sonrisa.
-Desayunen bien, pollitos.- la señora Beast sonríe. -Papá y yo les daremos lecciones de tiro y necesitan mucha energía para ello.
Los 3 primogénitos asienten mientras comen, demasiado concentrados en llenar sus bocas como para responder decentemente. Devil es la primera en poner sus ojos en mi.
-¿Porque estás aquí?- pregunta, haciendo que me sonroje.
-El señor Beast me ha encargado ser una de las que les ayude durante sus comidas.
-Además ella no es solo una sirvienta, es parte de nuestra familia.- Faith salvando mi poca dignidad como siempre.
-Primero me cambio el nombre a Santo Cristo antes que compartir aunque sea un rastro de amor o sangre con esa niñata.- Demontre es quien la tira al piso de nuevo, haciéndome bajar la mirada con una mueca triste.
-Demontre.- la señora amenaza con la voz, mirándolo. -No seas un maldito con ella, no viene al caso.- regaña, suspirando. -Mejor termina de comer, anda.
-Si, mujer.- susurra, negando con la cabeza mientras comienza a comer de nuevo. Yo solo atino a quedarme parada al lado de la mesa con la mirada baja.
Nunca he podido entender porque el señor Beast me odia tanto, siempre lo obedezco, siempre hago lo que me pide, soy sumisa y nunca respondo, ¿porque me odia tanto?
-Ya he terminado.- Devil dice, con aún un poco de panqueques en la boca. -Mamá, ¿tengo misiones hoy?
-Creo que eso deberías saberlo tú, cielo. Pero creo que no.- al instante Devil hace una mueca de tristeza. Huh.
-Mierda, quería salir de aquí.- vuelve a sentarse con los brazos cruzados.
-Nosotros si tenemos misión, el escuadrón debe ir a solicitar los pagos con el jefe.- es ahora Demon el que toma la palabra. -Y debemos irnos desde ahora o el idiota de Murk cobrará antes y nos quedaremos sin nada hasta dentro de 5 días.
Luzbel Murk. El "amigo" de la infancia de los Beast, líder del escuadrón Murk y de la familia con el mismo nombre. Era odiado por ambos mayores debido a que su escuadrón estaba un escalón arriba del escuadrón Beast.
Si, aunque no lo crean, hay gente más sanguinaria y atroz que los Beast.
-Entonces vayan ahora.- el señor habla, viendo a ambos subir corriendo las escaleras para tomar lo necesario. Salieron de la casa despidiéndose con un grito y todo quedó en silencio.
Apenas terminaron de desayunar, me puse a recoger los platos y llevarlos a la cocina para que los lavaran. Yo tengo que volver a mis trabajos en el jardín.
Y eso hago, quito malezas y bichos de las plantas porque a la señora Beast le gusta que estén bien cuidadas las flores. Las palabras del desayuno me dejaron pensando.
"Cobrar un pago". Había escuchado esas palabras desde siempre pero desde el incidente me pongo temblorosa al hacerlo. Basta basta.
Los malos recuerdos me desconcentran, así que mejor enfoquemos la energía en quitar malezas. Si, así estará bien...
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