Capítulo 47 - Guerra

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La rabia me inundaba por completo. Más que la vergüenza y la humillación, que también, sobre todo era la horrible sensación de que todo se desmoronaba a mi alrededor. No tenía control sobre nada. Ni sobre mis relaciones, ni sobre adónde llegaban mis amistades, ni tampoco sobre lo que sentía. No cuando todo era una puta mentira guionizada por unas manos a mi espalda.

Tuve claro cuál era mi primer destino aquella noche. Iba a soltarle toda la furia que sentía hasta desahogarme por completo. Lana.

Me dirigí a su habitación y empecé a golpearla bruscamente hasta que no le quedó más remedio que abrirme todavía medio dormida.

-¿Se puede saber qué haces? Son las cinco y media, Eve.

Un vistazo a mi expresión le dio a entender que no estaba de broma. Pasé a su habitación golpeándole el hombro al pasar con violencia.

-¿Qué te pasa? -me dijo desconcertada.

-Será mejor que cierres la puerta si no quieres que se entere todo el mundo de las cuatro cosas que voy a decirte -dije con frialdad.

El tono de voz calmado pero lleno de furia sin duda le hicieron intuir por dónde iban los tiros. Se llevó las manos a la cabeza apartándose el pelo, ya estaba cogiendo aliento para soltarme su versión dispuesta a convencerme. No caería, no como todos. No me dejaría convencer por su maestría manipulando las emociones de los demás.

-Cállate. No digas una puta palabra -dije avanzando hacia ella como una pantera-. No quiero escuchar ni una mierda de disculpa ni de excusa. No puedo entender cómo has tenido los santos ovarios de jugar conmigo. Con tu mejor amiga, joder, que nos conocemos desde siempre. No soy una marioneta más como los demás. No puedes jugar con mis sentimientos poniendo gente en mi vida a tu antojo, haciendo y deshaciendo. Eres una puta cabrona. Has jugado conmigo.

Escupí esto e inmediatamente me sentí mejor. Cuanto más crueles eran mis palabras y más daño le hacía mejor me sentía. La rabia y la humillación se iban sustituyendo por satisfacción. Aquel sentimiento era mucho mejor.

-Eve, para. No digas esas cosas. Sé que ha sido una cagada, pero fue por ti.

-Vete a la mierda. ¡A la mierda! Al final eres como todos creen que eres, una superficial que juega con la gente. Has pasado la puta línea y ya no hay vuelta atrás, ¿me oyes?

-¡Eh! -gritó rabiosa-. Para ya de soltar toda esa rabia contra mí. Ha estado mal, pero míralo desde mi perspectiva. Estabas toda dolida por Alex y confundida, así que viendo lo bien que te llevabas con Corps, le ofrecí un dinerillo si te prestaba toda la atención que requieras. Necesitabas perspectiva con otro tío para poder elegir lo que querías.

-Me has comprado atención masculina. ¿Entiendes que eso no esta bien? O se da o no se da, pero no lo compras, joder. No sabes la vergüenza que siento al ver que todo lo sucedido con Corps fue una mentira. Le he dejado llegar tan lejos que solo de pensarlo me quiero morir -dije con la mano en la zona izquierda del pecho.

Lana avanzó hacia mí y me encerró en un abrazo. Aquello no era afectuoso, era una prisión de sus brazos sobre mis hombros y mi cuerpo impidiendo que me moviera.

-Ahora lo entiendo, pero solo fue algo inicial. Nunca llegó a efectuarse, lo hablamos una vez y luego nunca le pagué. Él nunca quiso el dinero, estaba verdaderamente interesado en ti. Así que perdona a esta amiga estúpida y descerebrada que te quiere tanto que haría lo que fuera porque te sintieras bien.

-Al final todos sois iguales. Tú, Kevin, Corps y hasta Alex. Ponéis por delante lo que os interesa y a la mierda todo lo demás.

-Sabes que no. Yo mataría por ti, y está mal, sí, pero lo haría. Haría lo que fuera por tí. ¡¿Lo entiendes?! -dijo zarandeándome.

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