Su boca sobre mi cuello bajo el agua antes de empujarme contra la pared y follarme desde atrás. La excitación de mis propios gemidos mientras él me cogía las caderas y susurrándome guarradas me hacía correrme en un espectacular orgasmo. Y luego él no quiso darme tregua y siguió follándome hasta que volví a correrme, esta vez con una pierna abrazando su cadera y el agua cayendo sobre nosotros. Todo tan sucio y jodidamente sexy que casi volvía a estar excitada de solo recordarlo.
Todas esas imágenes de la pasada noche acudían mientras me dirigía al punto de encuentro con Alex. Me había abrigado con un montón de capas, incluyendo una gruesa bufanda para tapar aquellas marcas que Corps había dejado en mi cuello.
Lo encontré esperándome en recepción con dos cafés en la mano y varios bultos en el suelo. Me recibió con una leve sonrisa antes de ofrecerme el café.
-Café doble con mucha leche, espuma y polvo de cacao, como te gusta.
-Gracias... -dije aceptándolo un poco confundida por tanta amabilidad.
-Bien, tenemos quince minutos para organizarnos. He ido antes a por el papeleo y lo tengo aquí conmigo, aunque la comida y el material lo hemos de recoger ahora. Ferrath me ha dicho que nuestro grupo al ser el más grande es el último en subir, así que haremos más tiempo comiendo en los miradores antes del planetario -dijo señalando el punto en el mapa.
-De acuerdo. Ya sabes que... digo, no soy muy buena leyendo mapas ni con los caminos así que guía tú, por favor.
Alex cerró el plano y me miró contemplativo.
-Claro, no te preocupes, confía en mí.
Una punzada en mi pecho. Había confiado en que le gustaba tanto como él a mí y eso me había explotado en la cara. Iba a contestarle cuando la Meretriz apareció en mi campo de visión. Se acercó a nosotros con sus ojos de pantera clavados en Alex.
-Por fin te veo. No quería irme sin despedirme de ti... -dijo cautivadora.
-He estado toda la mañana de aquí para allá con Ferrath. Ahora en breve nos iremos Evelyn y yo para allá -dijo él.
-Querido, te compadezco.
-No digas eso -respondió secamente.
Ella no se dignó a reconocer mi presencia y continuó hablándole e ignorándome como si yo no estuviese ahí junto a ellos. Siguió conversando en voz lo suficientemente baja para que yo no pudiese distinguir más que un par de palabras. Apreté la mandíbula molesta por su actitud, pues si de las dos ella era la adulta, sin duda dejaba mucho que desear. Le dio un apretón a Alex en el brazo tras despedirse y luego salió de allí llamando a su grupo.
Se me pusieron los ojos en blanco de forma casi involuntaria y Alex me pilló de lleno en plena expresión. Soltó una carcajada.
-Así que poniéndole los ojos en blanco a tu profesora.
Me mordí el labio y puse cara de pillada.
-Lo... ¿lo siento?
-No lo sientes, pero está bien. Si me los hubieras puesto a mi te castigaría, a no ser que fueran causados por un orgasmo -dijo antes de ir hacia la salida y dejarme allí con cara de idiota.
Le alcancé en la cabaña de material junto a nuestros dos grupos de estudiantes. A mis amigos les había tocado con otros profesores así que no tenía a nadie allí con quien pudiera hablar más que con Alex, por lo que tuve que meterme por entero en mi rol de organizadora.
Yo leía la lista de estudiantes y los iba llamando uno a uno mientras Alex repartía las provisiones de comida a cada uno junto con los palos y las raquetas. Explicó la forma de engancharse las raquetas a los zapatos para gente torpe como yo y, una vez todos estuvimos listos, nos dirigimos al punto de salida de nuestro itinerario y comenzamos la marcha.
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Poemas Carnales
Roman d'amour"Ambos sabemos que está mal, que esto que hacemos no es correcto pero... Nunca antes había sido tan consciente de mi propio cuerpo y el placer que dos almas destinadas pueden proporcionarse la una a la otra, ¿hasta dónde pueden llegar las enseñanzas...