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La relación entre Blanca y Nina se siguió dando de manera casual: Nina la llevaba a alguna que otra fiesta que su círculo social, presentaba a Bianca, estaban juntas toda la noche tomándose de la mano, hablaban cada vez más. Nina podía considerarla una amiga, aunque no sabía bien que eran; sólo estaba al tanto de que ya no le caía mal.

También se comentaban muchísimo las historias o publicaciones en Instagram. Nina generalmente le contestaba con emojis de llamas de fuego mientras le repetía lo atractiva que era. Blanca hacía lo mismo, aunque era más sutil. Cualquiera pensaría que estaban coqueteando públicamente en redes sociales y Nina quería creer eso, aunque se repetía que todo era parte de su relación falsa.

Aunque, ¿cómo podían explicarse los chats que tenían?

Nina: esa foto que subiste 😍

Blanca: y la foto que pusiste en tus historias ayer?? Si fueras mi novia real, estaría YENDO a darte unos besos 😏

Nina: tenés que ser tan lesbiana todo el tiempo??

Blanca: así que ahora eso es un crimen?

Nina: no, sólo me va gustando la idea 😏

Nina: mi novia falsa es la mejor novia 😍🤩

Cada vez que tenía una conversación así con Blanca, sus mejillas inevitablemente se tornaban rojas. Podían pasar horas chateando y mandándose notas de voz; era como si el resto del mundo no existiera. Nina estaba todo el tiempo revisando las notificaciones de su celular para ver si Blanca le había contestado. Cada segundo que pasaba parecía eterno y pensaba en lo que le había dicho. ¿Había sido demasiado? ¿Fue correcto? ¿Le cayó bien? ¿Blanca la evitaba? ¿Y si se cansaba de la dinámica que estaban teniendo?

Aquello hacía que su relación se tornara cada vez más real, aunque Nina no sabía si Blanca lo hacía porque de verdad lo sentía o porque era parte de la actuación. Descubrió que era muy buena actriz y no quería decepcionarse al darse cuenta que quizás nada de eso era real. Por eso nunca se animó a preguntarle.

También se ruborizaba al pensar que, más de una vez, se habían saludado con un beso en la boca aun cuando no había nadie mirando. Era como una acción que tenían naturalizada y simplemente les nacía hacerlo. Al principio, Nina estaba confundida, pero luego se fue acomodando ante esa idea. Más de una vez lo había hecho a propósito, sólo para ver las reacciones de Blanca.

Estaban a una semana del cumpleaños de Nina. Ella se había encargado de organizar todo en un salón que estaba cerca de su casa. Lo había alquilado para el sábado a la noche. Había invitado a su grupo de amigas, como también otros amigos y conocidos que tenía. Como era de esperarse, Blanca no podía faltar. Aquella vez, Nina no tuvo que insistirle para que asista a la fiesta, sino que ella aceptó con gusto y, de hecho, se ofreció a ir temprano para ayudar a Nina con las cosas que tenía que acomodar.

Estuvieron hablando mucho al mismo tiempo que ordenaban el salón. Sin que Blanca se diera cuenta, Nina la observaba. Era como contemplar una obra de arte.

—¿Qué vas a hacer con la música? —le preguntó Blanca—. No dijiste nada de haber contratado a un DJ.

—Se va a armar una lista de reproducción en esa computadora —la señaló con el dedo—. La idea es que lo manejemos entre nosotros, así es más cómodo. Puse algunas canciones.

Blanca la miró con excitación y fue hacia donde estaba la computadora.

—Vamos a ver qué agregaste —le dijo mientras utilizaba el ratón para ver lo que había en su lista—. (I've had) the time of my life. ¿Qué es esto? ¿Tu entrada en tu cumpleaños de quince?

Nina dio una risotada.

—La puse entre las primeras canciones porque la idea es que se reproduzca mientras la gente va llegando —explicó.

Blanca seleccionó la canción y empezó a sonar. Se acercó hacia donde estaba Nina y extendió su mano. Ella aceptó y comenzaron a bailar juntas.

Al principio, fingieron que era un baile romántico: Blanca tomó por la cintura a Nina y ella rodeó el cuello de Blanca con sus brazos. Cuando la canción empezó a ponerse más movida empezaron a girar y realizar movimientos sólo para reírse. Estaban bromeando entre ellas.

Nina quería seguir, pero oyó que habían tocado el timbre del salón.

—El primer invitado —le dijo a Blanca. Apagó las luces y en su lugar puso las de colores para la ocasión.

Cuando le abrió la puerta, deseó decirle que se vaya porque la fiesta de había cancelado. La tentaba la idea de mandar un mensaje a todos sus invitados diciéndoles que no asistieran porque había problemas técnicos con la música. Quería cerrar el lugar para que sólo ella y Blanca lo usaran libremente, sin nadie que las viera y las molestara.

A la media hora, el salón estaba lleno. Nina estuvo hablando con cada invitado y apenas pudo estar con Blanca.

—¿Puedo ser honesta con vos? —le preguntó Victoria. Tenía una lata de cerveza en su mano. Nina asintió—. Perdón, pero se me hace difícil creerte con tu nueva relación. Ni siquiera estás con ella ahora y está muy sola, no parece que te importe demasiado.

—Sí que me importa —dijo Nina de forma defensiva. Se sorprendió al darse cuenta que no estaba mintiendo.

Vio que Blanca estaba saliendo del baño y Nina caminó hacia ella. Impulsivamente, la tomó de la cintura, la acercó rápidamente a ella y la besó como si no hubiera nadie alrededor de ellas.

Su beso se fue intensificando cada vez más y se dio cuenta que no podía despegarse de Blanca. Al final, fue ella quien se despegó de Nina dado que, si seguían, montarían una escena un tanto inapropiada para la situación. Entre la oscuridad, observó que las mejillas de Blanca estaban rojísimas.

Victoria se acercó a Nina.

—No tenías que pasarle la lengua por toda la cara para que te creamos —le dijo.

Blanca pasó sus manos por su cara y entró bruscamente al baño. Nina la siguió dado que se había preocupado. Blanca se metió en un cubículo e intentó que Nina no entrara, pero no lo logró.

—¿Qué te pasa? —le preguntó Nina. Sus caras estaban enfrentadas.

—¿Qué hiciste? ¡¿En qué estabas pensando?!

—Pensé que sería bueno besar a mi novia...

—¡No soy tu novia! ¡Y no había necesidad de que se volviera tan... obsceno!

—Dale, ni siquiera fue tan así. Estás exagerando.

—Me estoy muriendo de la vergüenza. ¿Qué van a pensar todos tus amigos de mí ahora?

—Probablemente que sos la mejor pareja que alguna vez tuve.

—Creo que me voy a morir de un ataque cardíaco.

—Está todo bien —Nina tomó su mano—. Perdón si crucé la línea y te molestó.

—No es solamente eso... es que... yo... no sé cómo decir esto ahora. No creo que pueda, aunque lo voy a intentar. La verdad es...

Blanca dejó de hablar ya que alguien tocó la puerta del baño bruscamente.

—¿Están bien? —preguntó Victoria del otro lado—. Están ahí hace bastante y Blanca parecía que le bajaría la presión en cualquier momento.

—¡NO ENTRES! —exclamó Nina—. Estamos... —miró a Blanca en forma de ayuda— ¡garchando!

Victoria no dijo más nada y se fue.

La cara de Blanca se puso más roja.

—¿En serio? —le dijo indignada—. Casi me desmayo de la vergüenza ¡y decís eso!

—Para aclarar, si alguien pregunta yo soy la activa de la relación.

Blanca puso los ojosen blanco, pero al mismo tiempo se rio. Nina sintió algo dentro de ellaal ver que se reía. Le generó un increíble bienestar saber que ella había sidola razón de eso y tenía ganas de serlo para siempre.

Cómo ellas se conocieronDonde viven las historias. Descúbrelo ahora