C15. Psicología inversa.

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—Oye pa…—Joel aparta su mano de la de Danna y se limpia la cara rápidamente antes de llevar sus ojos al frente. Ellery detiene sus pasos de inmediato y sus pequeñas y finas cejas se fruncen en el momento en el que detecta la humedad en el rostro de su padre.—¿Estás llorando, Joey…?

—No.—responde de inmediato.

—¿Dan…?—murmura pero ella no la mira.

—¿Sí, cariño…?

—¿Estás llorando…?—vuelve a preguntar.

—Sí.—susurra.—Es que estaba recordando algo triste pero no te preocupes.—Entonces la mira.—¿Qué pasa? Pensé que estabas jugando con tus nuevas amigas…

—Se llaman Charlie y Leyre…—anuncia encogiéndose de hombros.—Pero sus papis dicen que es momento de irse…

—Entiendo…

—Creo que también es momento de irnos, amor.—responde Joel envolviendo sus brazos alrededor de su cuerpo para atraerla hacia sí mismo.—Cierta señorita todavía tiene deberes que hacer…

Ellery lo mira un segundo antes de acercarse a ambos y abrazarlos.—Mi abuelita Yenny la mamá de mi tío Chris siempre dice que cuando las personas lloramos nuestro ángel de la guarda se pone triste…y yo no quiero que el ángel de la guarda de ustedes esté triste…

Danna  la mira un momento antes de besar su mejilla.—Es imposible estar triste si existe tú, Ellery…—hace una pausa.—Ahora vamos, papá tiene razón tienes deberes pendientes…

—¿Vas a venir a visitarnos pronto a casa, Danna?—pregunta.

—Eh…

—En nuestra casa siempre eres bienvenida…—murmura Joel ofreciéndole una pequeña sonrisa.

—Gracias.—articula casi en silencio.

—¿Entonces si vendrás…?—cuestiona de nueva cuenta.

—Claro que sí.—asiente.—Te veré pronto, Ellery…

Esa misma tarde mientras Ellery permanece sentada en el comedor  haciendo su tarea, Joel Pimentel no puede sacarse de la cabeza la manera en la que lucía Danna mientras hablaban. No puede sacarse de la cabeza sus palabras llenas de dolor y mucho menos puede sacarse de la cabeza su confesión porque aunque no quiera aceptarlo escucharla decir que Ellery y él son lo que más ama en el mundo lo descolocó. Y lo hizo de una manera tan potente y sorpresiva que ni siquiera tuvo la oportunidad de decir nada al respecto cuando en realidad quiso decir mucho.

—Oye pa…—la voz de Ellery lo saca de sus pensamientos una vez más.—¿Danna es bonita, verdad?—cuestiona en voz baja.

Joel se aclara la garganta y vuelve su atención a la pantalla de su ordenador portátil.—No lo sé.

—Vamos, papi…ella te gusta.—añade elevando sus cejas.

—¿Discúlpame?—se ríe él.—¿En qué momento creciste tanto tú como para saber de este tipo de cosas…?—Ella se ríe.

—¿Entonces significa que sí…?

—Entonces significa que eso no te incumbe, señorita.—responde señalando sus libros.—Eso es lo que en verdad te incumbe y ciertamente no te veo haciéndolo…—hace una pausa.

—Pero Danna sigue siendo bonita.—inquiere encogiéndose de hombros.—A mí me gusta, papá…y tú nunca has tenido una novia…

—Eso es porque no necesito una.—anuncia sin más.—Yo soy muy feliz contigo, Ellery. No necesito a nadie más ¿sabes?

CHANCE|Joel Pimentel. (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora