Prólogo

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—Ya, ¡En serio! —rió el azabache, golpeando el pecho desnudo de su pareja, que reía junto a él mientras besaba su mejilla.

—¡No he dicho nada gracioso, Yuu-chan! —admitió, aún así, seguían riendo como si se encontraran en un circo.

No se trataba más que de un momento especial de alegría infinita. Los dos solamente hablaban y de repente un pequeño ataque de risa les invadió. Ese tipo de momentos siempre serían los más importantes y hermosos que podrían tener.

—Mika, te amo —rió Yuu de repente, besando a su contrario. Este en seguida sonrió correspondiendo el beso, incluso profundizando el mismo.

—También te amo —fue su sincera respuesta.

La noche les inundaba, y la alegría llenaba sus corazones. No sabían cuántas veces habían reído así, besándose y diciéndose lo mucho que se amaban.

Yuu dejó escapar un suspiro de repente, fijó sus profundas esmeraldas en los zafiros de su contrario, para sonreírle con ternura. Mika en seguida supo que el menor deseaba algo, siempre que ponía esa carita tierna signidicaba manipulación.

—¿Y si adoptamos un cachorro? —cuestionó—. Se siente muy solo aquí si no estás, ¿Sabes?

—Yuu-chan, solamente demoro dos horas más que tú en llegar a casa—rió el rubio.

—¿Y eso qué importa? —pidió saber, pasando sus piernas por encima de Mika para sentarse en su abdomen—. Siempre te extraño, así pasen cinco minutos —contestó.

—¿No es suficiente con diez años de amistad, cinco de noviazgo y tres meses de compromiso? —bromeó el mayor, aún si en realidad le sucedía lo mismo, e incluso solía ser el primero en llamar a Yuu si pasaban mucho tiempo sin comunicación.

—Jamás es suficiente de ti —depositó un beso rápido en sus labios—. ¿Entonces? ¿Qué te parece?

Mika acariciaba las piernas de su novio, mirándolo con su pucherito, y sus ojitos verdes de borreguito. Al final, suspiró asintiendo con la cabeza, amando cómo el rostro de Yuu se iluminaba de alegría pura.

—Está bien, Yuu-chan, adoptemos un cachorro. Pero será tu responsabilidad. 

—¡Genial! —fue la contestación del otro, abrazando con fuerza a su pareja—. Mañana puedo buscar uno, ¿Si?

—Bien, bien —dio palmaditas en la espalda del más bajo, riendo por su ternura—. Mañana busca un pequeño amigo.

El resto de la noche siguieron charlando, riendo, besándose, planeando futuros escenarios que deseaban experimentar juntos, imaginando cómo sería su boda, su luna de miel, su vida como viejitos. Mirando la luna y comparando su belleza con la de su contrario, pensando que ni el sol, la luna y las estrellas eran suficientemente preciosas para el inefable ser que representaba su contrario en su vida propia.

No podían imaginarse una vida sin el otro. Siempre habían estado juntos y esperaban que las cosas siguieran siendo así. Con su amor inquebrantable, y su sincero cariño.

Quizá el perrito que llegaría a sus vidas, incluso haría de estas algo mucho más hermoso y divertido.




Snsksks no he actualizado mis fics en edición y emisión, pero traigo este porque literalmente ya casi lo termino y en realidad es muy cortito

Como dice el título del libro, este fic está inspirado en la canción de Jesse y Joy Con quién se queda el perro, dejo la canción en multimedia para que puedan escucharla si lo desean^^

¿Con quién se queda el perro?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora