Capítulo 15

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Sin emitir palabras, ambos sabían que deseaban unir sus labios, y por ende, sus bocas se juntaron en seguida. Movían sus labios con lentitud, sus ojos cerrados y sus manos se entrelazaron, el mayor llevó de hecho estas mismas a la puerta del hogar que habían compartido por tanto tiempo.

La correa de Kuma había caído, así que no tuvieron tiempo de seguir con sus caricias cuando se percataron de la ausencia del cachorro.

Un tenue sonrojo por la falta de aire coloreó sus rostros, y el susto que les sacó el perro disminuyó considerablemente cuando notaron que perseguía una mariposa cerca de su hogar. Ambos soltaron una tenue carcajada y fueron por el perrito que parecía sumamente adorable en ese momento.

—Yuu-chan, ¿Podemos pasar?

Ante la petición, el moreno admiró horrorizado a su contrario, más asintió casi con obligación. Aquello a Mika le pareció curioso, más se imaginó que se trataba de que había un enorme desastre en la casa.

Por otro lado, Yuu no podía poner ninguna excusa porque al final la casa era de ambos, así que se adentraron a la vivienda en silencio.

Honestamente, Mika quería hablar con Yuu, y también besarlo.

Y morderlo, para simplificar, hacer el amor con él.

Una sonrisa apareció en los labios del rubio cuando miró cuidadosamente el aspecto de la casa. Había trastos sucios en el lavadero, y un par de heces de Kuma en el suelo, aunque podía notar que estaba trapeado, de una manera inadecuada, más trapeado a fin de cuentas. Le mortificaba dirigirse al patio o a los cuartos pensando que si en la entrada de la sala y la cocina no había tanto desastre como pensó, quizá en esos lugares todo estaba peor. En efecto, la cama no estaba hecha y el armario era un desastre, sin embargo Por lo menos cada cosa se encontraba donde debía de estar, mal acomodada tristemente.

—Sé que está mal aseado, lo siento, no pensé que me acompañarías a nuestro hogar —carraspeó el moreno.

Mika dejó escapar una carcajada por ello, y negó con la cabeza divertido.

—A decir verdad, pensé que se encontraría en peores condiciones.

Yuu sintió que sus esfuerzos no habían sido en vano con esa respuesta, y no se sintió tan inútil como los últimos días se había sentido. Esa era una de las razones por las que amaba a Mika, siempre lo hacía sentir mucho mejor cuando pensaba de manera negativa.

—Me acostumbré a ver la casa en condiciones perfectas por tu culpa, naturalmente no quería arruinar el ambiente que se vive contigo incluso si ya no estás aquí...

Yuu se acercó al más alto, con inocencia y sinceridad genuina.

—Eres lo más maravilloso que podría pasarle a cualquier persona, así que lamento mucho haber arruinado todo esto... Solo quiero que sepas que siempre serás el amor de mi vida, y... Que... Está bien si decides que nos debemos separar.

Antes de que Mika pudiera decir algo al respecto, pequeñas lágrimas se deslizaron por las mejillas del menor, rompiendo el corazón del rubio por aquella vista.

—Por favor, solo, deja de pensar en los demás y céntrate en ti, ¿Si? Perdón por esto, no quería llorar frente a ti en esta situación —murmuró con voz temblorosa—, eres el amor de mi vida y jamás dejarás de serlo, me he estado cuestionando mucho todas las veces que hice las cosas mal y no voy a pedirte que vuelvas conmigo ni quiero que terminemos, lo dejo en tus manos porque si nos separamos o no, quiero que en esta ocasión sea porque es lo mejor para ti, no para los dos, ni para mí. Es por esta razón por la que no insisto.

No jipiaba, ni mentía. Quiso guardarse eso dentro de su corazón, seguir como si nada y esperar respuesta de Mika, sin embargo había comprendido que muchas veces se guardaba las cosas que le molestaban, como el rubio mencionó (a pesar de que rara vez Mikaela hacía algo que le molestara), y tomaba muy a la ligera la opinión de su ex pareja.

—Yuu-chan... Por favor, no llores —le pidió sintiendo mucho arrepentimiento por haber llevado las cosas de esa manera, y atrajo al moreno resguardándolo entre sus brazos, aún si todavía las cosas entre ambos eran tan incómodas.

El factor Kuma lograba quitar un poco de la tensión entre ambos, siempre en esos momentos emotivos, el perro se acercaba deseando apoyarlos, y es por eso que ambos terminaron enamorándose de su mascota.

Yuu rió tenuemente cuando las patitas de aquella bola de pelos gigante se posó en sus costados, así que acarició la cabeza de Kuma con ternura.

—Eres un chismoso, Kuma —expresó Mikaela—, pero debo admitir que te ganaste una gran parte de mi corazón, bola de pelos.

Yuu sonrió abiertamente ante ese comentario, sin despegar sus ojos verdes del rostro blanco de su contrario, lleno de amor hacia el animalito.

Mika por otro lado, tomó cierta distancia entre el moreno sin saber qué decir, e incluso decidir ante la situación.

—Mika, ¿Prefieres que hablemos después?

El mencionado asintió con la cabeza, pero, luego negó, seguía confundido, aquella actitud de Yuu parecía tan empática, y sin embargo temía que fuera una situación de un día o dos para después volver a lo mismo.

—Por cierto... Cuando salía mucho con Kimizuki, había una razón para ello, y... Quise evitar decírtelo porque sé que no te agrada, así que pensé que sería mejor si no te contaba sobre él.

—Ciertamente considero que fue mucho peor, ¿Sabes? Pero está bien, supongo que tus razones tuviste —desvió su mirada con cierto enfado. El de cabellos rosados jamás podría agradarle siquiera un poco, y mucho menos acercándose a Yuu.

—Tienes razón, y me disculpo por ello, solo quiero que sepas que fue para acercarlo a su novio actual —susurró, en un intento por evitar que las lágrimas volvieran a fluir por su rostro—, en general, me vuelvo a disculpar por todo, y, creo que lo haré incontables veces —rió sin gracia, secando una traviesa gotita rodando por su mejilla.

En esa situación el silencio les carcomía a ambos, en especial a Yuu, que de vez en cuando, mirando a Mika podía percatarse de la profunda tristeza en los mares azules dentro de sus ojos. Desviaba la mirada cada tanto, y la tensión seguía tan densa que incluso Kuma había estado sumamente tranquilo, acostado en el sofá como si también estuviera así de triste, solo admirando las acciones de sus amos.

¿Con quién se queda el perro?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora