Capítulo 4

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—Voy a salir con los chicos —avisó Yuu, quien encontró a su novio mirando la televisión—. Vamos a comer pizza, ¿Quieres que te traiga algo? —preguntó sentándose en el sofá en el que el rubio se encontraba, quien negó en respuesta, sonriéndole a Yuu.

Aquel día había sido bastante tranquilo, así que ambos se encontraban aparentemente normales. Afortunadamente para los dos, el pequeño no tan pequeño Kuma no había hecho desastres graves en su hogar además de sus heces.

—Diviértete, Yuu-chan —murmuró besando a su novio.

Tras un pequeño piquito dado, ambos compartieron unos cuantos más sonriendo. Ciertamente habían extrañado esos momentos donde los conflictos eran nulos y solo disfrutaban de caricias y chistes malos o guerras de cosquillas.

Kuma, por supuesto, se interpuso entre ambos haciéndolos reír. Cuando no mordía y destruía cualquier cosa podían llegar a divertirse muchísimo junto al cachorro, como en ese momento.

—Eres un pequeño imprudente, Kuma —rió enternecido Yuu, rascando la barriga de su mascota—. Voy tarde, así que me retiro ya —expresó a Mika, quien se acercó para robar más besitos de su novio.

—Ve con cuidado, me llamas si ocurre cualquier cosa.

—Claro.

Se levantó del sofá y una vez en la entrada, Kuma se encontró gruñendo y lloriqueando porque no deseaba que Yuu se fuera, así que no tuvo más remedio que pedirle ayuda a Mika quien llamó al cachorro para jugar con él mientras su prometido se encontraba fuera de casa, Yuu odiaba que su mascota llorase, y a su pareja le parecía adorable.

Mika no quería admitirlo aún, pero ciertamente se empezaba a enamorar de Kuma. Ya no podía imaginarse sus mañanas sin la húmeda y babosa lengua del cachorro lamiendo su mejilla, incluso no podía evitar llegar a casa y desear sentir las patas del perro en sus piernas como saludo del can. Al final siempre sería imposible no amar a tus mascotas, así que no tuvo más remedio que aquella tarde sin su pareja divertirse con la mascota de este. No se sentiría mal incluso llamarlo su perro también a estas alturas.

Además de que, Yuu se había tomado muy en serio el entrenamiento con Kuma. Todavía había desastres, pero comparado a los primeros días ya no eran ni tan graves ni tan concurrentes, así que podía cerrar los ojos un momento a la vez que se recostaba en el perro para dormir un momento.

~

Yuu llevaba consigo un par de rebanadas de pizza por si es que Mika aún no había comido. Al ingresar a su hogar lo primero de lo que pudo percatarse fue de su novio acostado en el sofá usando a Kuma como almohada. El perro también dormía y no pudo evitar sentir su corazón sumamente cálido ante la vista, así que se acercó sigiloso dejando el alimento en la mesita de centro en la sala; una vez finalizada su acción admiró el rostro tranquilo del rubio, sintiendo cómo sus labios formaban una sonrisa sin siquiera percatarse de ello. Acarició con cuidado la mejilla del mayor, quien gruñó ante el toque dando indicios de que despertaría, pero se acercó a la mano de Yuu, así que extendió su palma para que Mika se acurrucara adecuadamente.

Pocos segundos pasaron cuando el azabache se dio cuenta de los zafiros preciosos del mayor observándolo adormilado.

—Buen día, bello durmiente —rió suavemente el menor, a lo que su contrario le sonrió moviendo su rostro para besar la palma de Yuu.

—Hola, Yuu-chan —ronroneó acercándose más a la mano de su novio, quien no pudo evitarlo y se acercó para besar su frente.

—¿Descansaste, Mika? —preguntó sintiendo los repetidos besos de Yuu que descendían por su mano y brazo, hasta llegar a su rostro y robarle muchos más besos antes de responder.

Después de un par de risitas y de Kuma despertando y jugueteando con ambos, Mika al fin se dignó a responder la pregunta de su novio.

—Sí, Yuu-chan. Descansé —comentó—. ¿Te la pasaste bien?

Yuu asintió sin dejar de sonreírle al contrario, y empezó a contarle sobre su día con ilusión. Yuu adoraba salir a pasear y más salir a pasear si sus paseos tenían de objetivo llegar a un local de comida, así que Mika escuchaba con atención a su precioso novio conversando.

Adoraban esos momentos, los habían echado de menos con todo el conflicto que pasaron por la adopción de Kuma. Solo esperaban que las cosas siguieran siendo así, como en aquel día.

Por lo pronto siguieron disfrutando de su día junto al cachorro, riendo, besándose, e incluso al anochecer, haciendo el amor, diciéndose lo importantes que eran el uno para el otro.





Kajajsjs entré a la uni ya y mi tiempo murió JAJA debido a que este fic ya está casi terminado pensé que no sería difícil de actualizar, pero me equivoqué unu así que intentaré actualizar una o dos veces por semana cada uno de mis fics unu

¿Con quién se queda el perro?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora