—¡Tú eres el perrito más bonito, sí, tú eres el perro más guapo! —acariñaba Mika al cachorro ya no tan cachorro, que se encontraba tumbado de panza, moviendo su cola en muestra de alegría.
El rubio había estado esperando a su novio para comer, inesperadamente el mismo todavía no llegaba a casa, cuando Yuu solía llegar antes que él debido a que como maestro de idiomas, solía demorar menos tiempo en el trabajo.
Pocos minutos después empezó a preocuparse de que el moreno no llegara, así que alejando su mano de la bola de pelos, sacó su teléfono dispuesto a llamar a su novio.
—¡Kuma! —rió por el impedimento de movilización en su diestra que sostenía su teléfono, ya que el perro había decidido que era preferible recargarse en la mano de Mika a que este llamara a Yuu—. ¡Basta, pequeña bestia! —rió tomando el teléfono con su otra mano.
Una vez logró incorporarse y alejarse del perro para llamar a Yuu, sintió alivio en cuanto su novio respondió en seguida.
—¿Hola? —fue la respuesta de Yuu ante la llamada. El rubio podía escuchar murmullos y música de fondo, por lo que se extrañó un poco.
—¿Yuu-chan? ¿Dónde estás?
—Oh Mika, lamento no habértelo dicho, olvidé comentarte que hoy me invitó Kimizuki a comer con él, estoy en el restaurante cerca del parque donde salimos a correr con Kuma. ¿Quieres venir?
El rubio frunció el ceño ante la información dada, en especial porque Yuu había salido a comer con Kimizuki precisamente. El de cabellos rosados y Mika mantenían muchos roces debido a que cuando adolescentes, siempre peleaban por atención de Yuu e incluso poco antes de que empezaran a ser novios, el más alto también le pidió a Yuu que saliera con él. Afortunadamente Yuu nunca dio a entender que había algo entre ellos, a diferencia de con su novio.
Mika podía decir que confiaba en Yuu, pero que no le haya dicho desde un principio no le había parecido justo. Aunado a ello, no era la primera vez que sucedía lo mismo, así que solo suspiró sonoramente.
—Está bien, disfruta. Regresa con cuidado, ¿Vale?
—Claro, gracias amor.
Mika carraspeó, no sentía muchas ganas de llamarle de ese modo cariñoso, pero tampoco quería hacer una tormenta en un vaso de agua cuando que Yuu hubiese salido con Kimizuki no significaba que le hubiera sido infiel.
—Sí, Yuu-chan. Te quiero, nos vemos más tarde.
No esperó respuesta de su novio y colgó el teléfono, admirando a Kuma que se había sentado con su lengua afuera admirando al rubio con suma atención.
Mika ante la vista sonrió y acarició al animalito peludo, y luego se dirigió a la cocina para prepararse algo sencillo por comer.
~
Cuando Yuu volvió no encontró a nadie en casa, y una vez recorrió toda, decidió llamar a su prometido para verificar que se encontraba bien. Para fortuna del azabache, en cuanto se escuchó el primer timbre, Mika entró a casa, incluso estuvo a punto de responder cuando vio a Yuu parado en el centro de la casa, por ende cerró la puerta tras de sí y quitó la correa de Kuma.
El rubio llevaba puesta ropa de deporte y venía levemente sudado. A su par, Oso se encontraba con la lengua fuera y muerto por beber un poco de agua cristalina y fresca, por ello en cuanto se encontró libre corrió a su tazón de agua para beber hasta saciarse.
—¿Saliste a correr? —cuestionó Yuu acercándose a Mika para besarlo.
—Así es —fue su respuesta una vez sus labios se separaron—. Perdona si no te esperé, estaba un poco aburrido —expresó a lo que Yuu asintió con la cabeza sintiendo la tensión en el ambiente por la seriedad que su pareja utilizaba con él.
—Está bien, creo que demoré bastante —aceptó con una pequeña risa nerviosa.
—Sí, en realidad. ¿Por qué saliste solo con Kimizuki? Sabes que él tiene sentimientos por ti.
Mika caminó a la cocina, y tras de si su novio le seguía.
—Nunca le he dado a entender que yo también lo hago y además no siento más que amistad por Kimizuki, como en este punto él por mí, así que... —Yuu carraspeó, y se distrajo un momento cuando sintió a Kuma pararse de patas llamando su atención—. No hicimos nada malo, ni algo así, Mika —fue su respuesta acariciando a su mascota.
El rubio no dijo nada por ello un rato, solo asintió con la cabeza bebiendo agua para también saciarse él mismo.
—Bien... Solo te pido que por lo menos me digas cuando sales, estaba un poco preocupado porque no me dejaste ni siquiera un mensaje.
—Lo lamento, lo haré la próxima vez que salga, ¿Si? No te molestes conmigo —pidió con la voz más tierna que pudo.
Mika en esa ocasión solo asintió, a diferencia de otras veces en las que lo abrazaba y llenaba de besos alegando que estaba bien.
Ciertamente Mika empezaba a cansarse de esa actitud egoísta en Yuu, y este empezaba a huir de sus problemas y de la tensión que creaba entre ellos sin percatarse de eso, y sin hacer nada para cambiarlo.
Yuu sintió un poco de miedo de repente, ¿En serio había hecho tanto mal en salir con su amigo, cuando jamás había hecho algo irrespetuoso hacia Mika con Kimizuki?
Tristemente el moreno no se dio cuenta de que no se trataba ni de celos, ni de Kimizuki y mucho menos de confianza, sino de sus actitudes y acciones que siempre anteponían cualquier cosa antes que a Mika.
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¿Con quién se queda el perro?
FanfictionSi tú te vas, y yo me voy, ¿con quién se queda el perro?