(M) Moon Byul

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Tae Oh la estaba sacudiendo para despertarla. Byul abrió un ojo, la luz de la mañana no le hizo bien. La salida de anoche había dejado a Byul con un dolor de cabeza mortal. "Levántate o llegarás tarde". Tae Oh le siseó mientras caminaba hacia la puerta. "No puedo ser tan condescendiente, así que vístete rápido". Él salió por la puerta antes de que ella pudiera responder.

Byul se levantó de la cama, sintiendo sus músculos rígidos. Se estiró mientras alcanzaba su banda de tela, colocándola rápidamente alrededor de su pecho. Había dejado su peluca en el otro lado de la habitación, recordó haberla tirado allí cuando llegaron anoche, demasiado borracha para importarle. En cuestión de minutos, se transformó de Byul a Yul, como lo hacía todos los días.

Byul se dirigió al área de entrenamiento. Tae Oh la esperó frente a la línea de hombres, caminando y diciéndoles lo que necesitaban arreglar para el comienzo de sus turnos. Byul se aseguró de que todos los botones estuvieran en su lugar, de que su uniforme estuviera bien apretado y de que estuviera en guardia cuando él apareciera frente a ella. Tae Oh la miró. "Tarde. Hoy escoltarás a princesa todo el día". Byul emitió un quejido audible, lo que le valió una mirada de Tae Oh. Cuando la miró todo lo que hizo Byul fue un saludo. Seguir a la princesa heredera de Kedoeron era el trabajo más agotador del castillo, tenía un sinfín de eventos, cenas y almuerzos a los que asistir. Había que estar de pie y caminar demasiado.

Byul se apresuró a ir al castillo, no quería hacer esperar a la princesa. Normalmente, la princesa heredera tenía un guardia asignado, al igual que todos los demás miembros de la familia real, pero ningún guardia parecía durar más de dos días sin rogarle a Tae Oh que los relevara del turno. Byul terminaba asignada a este puesto más veces de las que puede contar, principalmente porque Tae Oh no quería mostrar favoritismo hacia Byul, así que le daba los peores castigos cada vez que se equivocaba. Es gracioso considerando que, ir a beber anoche, fue idea del capitán.

La Princesa Solar llegó al castillo hace poco más de ocho meses, justo cuando el ejército marchaba para proteger las murallas de Thaiston y las fuerzas navales que esperaban a lo largo de la costa por las órdenes del rey Henry. Por tal razón, se casó en suelo Thaiston y fue traída aquí como señal de paz entre los dos reinos.

Era una mujer hermosa. Byul aún recuerda como casi hizo un charco de baba en el suelo la primera vez que vio a la princesa, pero nada más. Ahora estaba casada con el príncipe heredero Eric. La princesa salió de sus aposentos vestida con un elegante vestido lila que le llegaba hasta los tobillos, su largo cabello castaño le caía por la espalda y una sonrisa tan brillante como el sol iluminaba su rostro. "Yul, me alegra verte esta mañana".

Byul no pudo evitar que el rubor le subiera al rostro ante las palabras de la princesa. "Su Alteza." Byul se inclinó ante ella. "Por aquí, por favor." Hizo un gesto a la princesa para que tomara la delantera mientras caminaba justo detrás de ella, con los ojos moviéndose en busca de peligro, como siempre. Caminaron por el castillo por un tiempo, Byul se aseguró de que no hubiera nadie antes de hablar. "¿Qué hay en los planes para hoy, princesa?"

Una lenta sonrisa se extendió por el rostro de Solar. "Solo otro largo día de fiestas y reuniones sin sentido". Ella puso los ojos en blanco. "¿Crees que puedo fingir estar enferma y quedarme en la cama por el resto del día?" Había una mirada traviesa mientras lo decía. Sus manos se dirigieron a su estómago. "Tengo una excusa".

Byul sintió que sus labios se apretaban un poco, recordando el día en que Yong Sun le confesó que estaba esperando al heredero de Kedoeron, era uno de sus deberes después de todo.

"¿Quizás pueda decir que tuvo un retraso de camino a los eventos de la mañana?" Byul sugirió.

"Creo poder inventar una excusa". Yong Sun agarró la mano de Byul y la condujo hacia las sombras. Habían logrado encontrar rincones oscuros para esconderse juntas desde que Byul le reveló todo sobre sí misma a Yong Sun. No hubo un momento en el que temiera que la princesa revelara sus secretos al rey o al príncipe, confiaba plenamente en ella.

Tan pronto se ocultaron en el pequeño armario de las escobas, nada romántico, Yong Sun puso sus manos sobre Byul, pasándolas por su camisa y sobre su pecho oculto. Byul cubrió los labios de Yong Sun con los suyos, necesitando sentirla. No siempre podían encontrarse y a veces, como ahora, habían estado días separadas. En las primeras semanas había sido más fácil, Byul podía subir los tres pisos fuera de la ventana de la princesa para encontrarse con ella en la noche, pero no hace mucho, el príncipe Eric la tenía compartiendo sus habitaciones. Byul sintió una punzada de celos, mordió el labio de Yong Sun en una demostración de reclamo, odiaba pensar que Eric compartiera la misma mujer que ella. Odiaba que sus manos recorrieran este cuerpo, besara estos labios y alcanzar otros lugares que Byul no quería compartir. La evidencia ahora se iba mostrando a medida que el vientre de Yong Sun crecía. Cómo deseaba que el bebé que llevaba Yong Sun le perteneciera de alguna manera, pero eso era imposible. Sin embargo, sabía que el corazón de Yong Sun le pertenecía y eso es lo que realmente importaba.

Byul presionó a Yong Sun contra la pared, levantando su vestido y presionando su pierna entre las piernas de la princesa. Yong Sun automáticamente comenzó a moverse, buscando fricción, hasta que suaves gemidos escaparon de sus labios. Byul respiraba con dificultad, esos sonidos la volvían loca. Yong Sun la recompensó adentrando una mano en los pantalones de Byul, sus dedos coincidiendo con el movimiento que estaba haciendo en la pierna de la guerrera. Byul hizo un sonido gutural mientras los dedos de Yong Sun continuaban jugando con ella. "Me encanta cuando haces ese sonido". Dijo Yong Sun, su voz tan áspera como la de Byul.

Byul se inclinó y mordió una sección de piel en el cuello de Yong Sun, no lo suficientemente fuerte como para dejar una marca, pero lo suficiente para obtener otro gemido de Yong Sun. Byul extrañaba los días en que podían hacer esto en una cama y no en un pequeño armario, había más espacio para explorar el cuerpo celestial de Yong Sun, más espacio para el contacto, pero esto tendría que ser suficiente hasta que Yong Sun pudiera convencer a Eric de que la dejara volver a su antigua habitación.

Yong Sun aumentó sus movimientos, meciéndose más fuerte contra Byul. Byul intentó presionar su pierna con más fuerza para Yong Sun, pero no era fácil cuando se estaba perdiendo en el éxtasis. Queriendo que Yong Sun la acompañara en su máxima sensación de placer, Byul removió su pierna para que sus dedos hicieran contacto con el área más sensible de la princesa. Sus cuerpos se comenzaron a mover a su propio ritmo hasta que, momentos después, ambas se sintieron liberadas. Byul prácticamente se derrumbó sobre Yong Sun, quien sostenía a ambas en la pared. "Él nunca te hará sentir así". Resopló, sin dudar que Eric nunca había ayudado a Yong Sun alcanzar nada. Esos momentos solo le fueron concedidos por Byul en los momentos robados. Byul se inclinó y besó profundamente a Yong Sun. "¿Estas lista para reunirte con las damas o todavía no te sientes bien?"

Las piernas de Yong Sun se tensaron alrededor de las de Byul en respuesta. Parece que el almuerzo iba a tener que esperar. Byul se inclinó para morder el cuello de su amante, comenzando el proceso nuevamente cuando, de repente, escuchó el cantar de las aves a distancia. El sonido se fue intensificando hasta que Byul sintió el calor de la mañana cubrirla mientras abría sus ojos. Se quedó inmóvil por un momento, su mirada perdida ante el hecho de que todo había sido un sueño. Dio un gran suspiro intentando suprimir su escalofrio. "Yong..." susurró mientras miraba el espacio vacío que había en su cama.

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NA: 2/4 Capítulos especiales. Creo que ya imaginan de quienes son los otros dos capítulos restantes. 😄

KNIGHT: TRAVESÍA HACIA UN NUEVO DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora