Capítulo 32

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La mañana no trajo nada más que tristeza para Yong Sun cuando se despertó sola. El lugar cálido de su cama, donde Byul había estado hacía solo unas horas, se estaba enfriando. Sabía que la guerrera tenía que irse, ya se había quedado demasiado tiempo. Aun así, no pudo evitar sentir una punzada de dolor al encontrarse sola cuando sus ojos se abrieron al amanecer.

Sus manos se dirigieron a un trozo de pergamino delicadamente doblado sobre su cama.

Y así, el sol y la luna finalmente se unieron para crear el eclipse más hermoso de la historia.

Yong Sun quiso poner los ojos en blanco ante la grasosa cursilería de las palabras, pero no pudo evitar la sonrisa que se apoderó de ella. Las palabras de su pareja. No creía que pudiera acostumbrarse a esas palabras. Esa guerrera tímida y fuerte que conoció hace todos esos meses ahora era su novia y mucho más.

La puerta se abrió y rápidamente escondió la nota debajo de la almohada. Yoo Jin llevaba una bandeja llena de alimentos y los colocó en la mesa de noche. "¿Qué hace aun en la cama?" Sonaba como si estuviera regañando a Yong Sun. La cara de la joven se puso un poco roja. "¿Por qué está sin su ropa?"

El rostro de Yong Sun se calentó al recordar cómo había perdió su ropa de noche. "Hacía demasiado calor anoche". Dijo, asegurándose de que su manta la cubriera. Envolvió su cuerpo con la sabana mientras se deslizaba fuera de la cama. "Me mantuvo despierta la mayor parte de la noche, por eso me estoy despertando ahora". Las mentiras rodaban fácilmente de su lengua.

Yoo Jin asintió, todavía luciendo un poco avergonzada. "Bueno, comenzaré a vestirla su alteza." Dijo corriendo hacia el armario mientras Yong Sun se ponía una bata e iba por el té y la comida servida.

"¿Qué hay en la agenda para hoy?" Preguntó, con la boca llena de pan caliente.

Yoo Jin regresó con un vestido sencillo. "Un almuerzo en el jardín con las damas de la corte". Yong Sun quería volver a meterse en la cama.

En cambio, se metió el pan en la boca. "No las hagamos esperar". Forzó una sonrisa en su rostro, los ojos destellaron hacia su cama vacía. Vería a Byul pronto, tan pronto como terminara esta misión. Con suerte, sería antes de que ella caminara hacía el altar.

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Las tres chicas llegaron al claro bastante rápido. Byul, muy agotada, apareció justo antes del amanecer y les dio las instrucciones sobre dónde encontrar este lugar. Era una choza en ruinas en medio de la nada, la misma que Tae Oh había seguido a Jong Kook. Se acercaron con precaución, Whee In le indicó a Luna que diera la vuelta y se posicionara por la parte trasera, Hye Jin tomó el frente y Whee In cubrió los otros dos lados de la choza para asegurarse de que nadie entrara o saliera mientras estaban ahí.

Después de unos minutos, Luna y Whee In se unieron a Hye Jin en la puerta principal, armas en mano. Hye Jin pateó la puerta principal y entraron corriendo... solo para encontrarla vacía. Miraron a su alrededor para asegurarse de que no hubiera alguien escondiéndose. Luego comenzaron a rebuscar. "Todo es una pista", les dijo Whee In mientras miraba en su sección de la pequeña casa.

Lo que realmente necesitaba era un mapa muy grande que dijera "los niños están aquí" con un gran círculo rojo marcando el lugar, pero todo lo que logró encontrar fue un fragmento de paja.

Después de una búsqueda exhaustiva, no encontraron algo que pudiera ser de ayuda, solo otro callejón sin salida.

"Así que esta era la gran pista que se supone que encontráramos". Luna se burló de las palabras que Byul les había dicho esa mañana cuando regresó a la posada en la que se alojaban. Whee In tuvo la sensación de que la pelirroja estaba molesta porque Byul claramente había ido a visitar, no solo a Tae Oh, sino también a Yong Sun. La pequeña marca en el cuello de Byul lo demostró.

KNIGHT: TRAVESÍA HACIA UN NUEVO DESTINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora