⚜Día 4⚜

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Yo había sido muy feliz, con una vida simple y poco problemática, hasta que descubrí que mi novia, la mujer con la que había estado cinco años de esa vida, me engañaba, por lo menos se trataba de un desconocido, hubiera sido peor enterarme de que era alguno de mis mejores amigos.

–Esto apesta– Necesitaba hablar con alguien y para eso saqué a mi más cercano y a quien más le tenía confianza de mis amigos para ir a beber algo.

–Sí, sí, es una bruja, ya lo dijiste, pero... no creo que deberías beber tanto Sorrento–

–Quiero ahogarme en alcohol– Le conté mis planes futuros.

–Vamos no es para tanto, ¿por qué no intentas salir con otra chica?, un clavo saca otro clavo– Me sugirió.

–No sé– Miré pensativo el vaso de vidrio entre mis dedos –Estoy harto de las mujeres– Esperaba que fuera a contradecirme como en todo lo que decía, pero se quedó callado por un rato.

–Y...– Cuando volvió a hablar sonaba demasiado serio como para tomarlo como broma –... Si te cansaron las mujeres, ¿por qué no lo intentas con un hombre?– Era broma, ¿no?, me reí pensando en si debía de hacerlo.

–Sí, ¿por qué no?– Le seguí la corriente –No entiendo a las mujeres, sería fácil con un hombre– Ahora que lo pensaba se escuchaba como algo lógico, pero claro que no, un buen chiste.

–Ya no tomes– Iba por mí... no sé, siguiente trago con número desconocido.

–Uno más– Se lo rogué, cuidaba demasiado de mí, más que una madre sofocadora –Y te invito otro–

Bebimos y salimos del lugar, el suelo se movía un poco, pero todavía podía conducir, así que fuimos a mi apartamento que era el más cercano, donde tenía cervezas en el refrigerador, ahí podríamos continuar nuestra conversación.

...

La resaca era como un castigo bien merecido después de semejante borrachera, pero lo que no era justo era no recordar mucho de lo que había hecho durante la noche.

–¡Rayos!– Me dolía la cabeza como para pensar en detalles, sea lo que fuera, mi amigo dormido estaba en mi cama, conmigo desnudo y las sabanas igual que una bola de papel arrugado.

Me levanté al baño y de paso me miré en un espejo, casi lo rompo del susto que tuve, toda la espalda la tenía arañada y una de esas imágenes borrosas regresó a mi mente, cuando estuvo en la cama conmigo, yo entre sus piernas clavándolo en el colchón, ¡demonios!, eso había sido tan loco, tenía una maldita voz sexy que no ocultaba como estaba sintiéndose, de todas las mujeres con la que había estado podía estar seguro que parecía el más sincero, ¿o eso era porque lo conocía?

Y luego los chupetones, ¡un segundo!, ¡sí!, qué suerte, ¡sí!, podía usar eso para darle envidia a la maldita de mi ex, no era ningún dejado y podía alardearlo con las marcas en mi cuello, llegué a esa desagradable conclusión en muy poco tiempo.

Cuando salí del baño y lo vi despierto y sentado en la cama, mi sonrisa de triunfo se esfumó y me sentí avergonzado, no podía verlo al rostro.

–¿Quieres un café?– Pregunté para escapar de la situación incómoda, me miró y yo eludí esa mirada .

–Por favor– Fui a la cocina para preparar nuestro café, uno bien cargado para la cruda, de la que me había olvidado con semejante susto.

Con la cafetera era más rápido y cuando estuvo listo llegó para sentarse en una barra que había junto a la cocina esperando en silencio, no podía cargar con esa tranquilidad y por lo mismo fui así de precipitado.

30 Dias De Otp (Kanento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora