Éxtasis [COMPLETA] [Borrador Sin Editar]

Día 57: Va____________cío

Respiro profundamente exhalando una bocanada de frio en medio de mi desesperación. Abro mis ojos en un parpadear, me encuentro empapado postrado en esta superficie presa de una charca que toquetea toda la superficie que no existe, la nada, donde no hay un principio ni final, inocuo e enmudecido, mis poros absorbían ese espacio tan ahogado, como si interactuamos la materia y el existir.

No siento dolor alguno, ni gusto como si estuviera perdido en un lugar un poco alejado del nirvana. Reviso mi pecho y no tengo ni un solo rastro de mi antiguo ser.

Un leve empujón partió del vacío hacia mi pecho me tumba a lo que denominare como suelo ese peldaño inexistente que me mantiene a flote en la nada. Comencé a mirar hacia los lados buscándole una respuesta lógica a algo que no tiene ni principio de origen me convertí en un prisionero del desconcierto en una buscada eterna por sobrevivir, tomado por alguna sensación que no parte de ningún tipo de sentimiento existe allí invadido por el desespero. Noto diminutas luces blancas entre aquella penumbra negra y árida que flotaban lívidamente en el espacio, pequeñas partículas que se acercaban a mi totalmente invasivas creando un vació asfixiante en el alma pero a la vez calurosa y protectora como si su propia aura hubiera estado dentro de mí por años.

Dentro de esa lluvia de estrellas que caían encima de mi describiendo un suave zigzag en su camino del cual me intento aparte sin mucho éxito alguno ya que por instantes mi cuerpo había sido invadido por esa luz que me llamaba, esa estrella expectante, esa protección sin ser concebida arrastrándome a su espectro en aquella charca que daba hacia la nada.

El medallón quien guinda siempre celosamente en mi pecho comenzó a brillar en un tono tan saturado como aquel haz de luz desprendiendo lazos que se unían entre si y en su encuentro provocaron pequeño chispazo que recorrió todo mi cuerpo como si mi corazón volviera a palpitar una vez más. Personificándose en una suave voz femenina dentro de mi subconsciente.

—Tranquilo, todo estará bien cariño —dijo mientras progresivamente se apagaba en mi mente formando ecos de su voz.

Un pequeño espasmo me saco del subconsciente a otro espacio semántico aquel vil espacio en negro donde se encontraba lo que podría denominar como el resto de materia que quedaba de mi, comencé a derramar lagrimas en medio de mi desesperación por que no entendía que sucedía. Este último lo acompaño otro más pero con una mayor contundencia arrastrando esos restos de mi a otro espacio pareció pero donde todo se reflejaba veía mi alma dividida en mil versiones de mi, copias exactas con cada pestañeo y movimiento posible a lo que en mi confundido afán consideraba como el paciente cero.

Todo comenzó a temblar, aquellos espejos de mi alma reventaron en mil pedazos hasta que de las copias, se redujeron a un factor original era yo el centro de este micro universo navegando entre las constelaciones. No existía valentía posible que pudiera enfrentar este cruce de espacios alternos que ni la misma vida comprende quizás estemos presentes de la propia existencia o quizás sean simples alucinaciones fervientes de lo que hay mas allá.

En cualquiera de los casos he sido destruido por mi propia materia que pausaba el espacio como momentos efímeros que pasaban ante mis ojos como flashes de lo no vivido o que quizás vivirás convirtiéndose en centellas que se transforman en la nada absoluta tragándose todo lo existente en ese espacio de fantasía incomprensible para nuestros sentidos.

Aterrice en el esperpento que conocemos como realidad en medio de una súbita caída atrapado por aquella camilla, volviendo a aquel cascaron herido que había dejado atrás, seco, adolorido, sintiendo, viviendo, con signos estables, enteramente vivo con dos marcas marca equidistantes entre sí justo por encima de mi herida originada por esos aparatos de reanimación que ahora se encontraban postrados ante mis febriles ojos, rodeado de médicos por doquier que celebraban la vida.

Lo que me deja una lesión aprendida si aun pertenezco a este espacio que me correo de afuera hacia dentro como parte de sus consecuencias, trágico en boca de algo que no conocemos. Entonces no puedo ser partícipe de mi propia destrucción, debo dejar de hacer las cosas azules y vibrarlas en un lindo tono naranja que libere el intensó clímax de vivir aquí en este plano terrenal donde todas las líneas conflictuales imploran en un solo ser.

Pero sobre todas las cosas nunca debo volver a quitarme la mascarilla del oxigeno.

Paz a todos.