Día 89: Jueves (I)

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Advertencia: El siguiente capítulo contiene escenas de violencia, sangre y manipulación de objetos punzocortantes. Así como armas de fuego, por si es susceptible a dichos temas.

—Bien, creo que todo está en orden. La operación será en las próximas horas —comento el doctor revisando todos mis signos vitales que aunque eran un tanto débiles eran estables.

—Supongo entonces que ahora solo queda esperar la desconexión —dijo papá

—Así es —dijo el doctor muy puntual retirándose del lugar.

—Ah y... doctor—dijo mi madre interrumpiéndose su paso.

El doctor se devolvió en dirección de sus pasos, la miro esperando saber en qué servirle.

—Sí, dígame.

—No... nada, solo... Muchas gracias —continuo mamá como sobándose su brazo.

Mis padres salieron de la habitación casi justo detrás del especialista para encontrarse dos caras familiares en el área de la sala de espera. Ambas se acercaron a mis padres con el objetivo de saber el veredicto del doctor.

—Todo está en orden —dijo mi madre llena de esperanza mientras aquellas chicas victoreaban aquella buena noticia.

—Iremos un momento a buscar la orden al auto. Las dejamos a cargo de mi hijo, pequeñas.

—Para nosotras, es todo un placer —dijo Teddy casi que respondiendo por las dos.

Mis padres bajaron a la primera planta desde el piso donde estaba mi habitación. Por la escalera justo casi al final, se toparon con un hombre de aspecto hostil que se le quedo viendo fijamente a mamá. Su mirada, ese porte y el incesante quiebre de la reglas del hospital de no fumar en áreas públicas sobre un pasillo vacio, hizo sentir a mi mamá escalofríos.

—Buenas noches señora jajajaja —dijo él acompañado de una risa llena de sadismo.

Mi papá aparto a mamá clavando una mirada de amenaza ante aquel hombre que fumaba como chimenea.

—Todo bien, amigo —dijo él como ocultando su despotismo.

—Eso espero, salgamos de aquí —dijo papá.

Había caras heridas, caras que esperan en aquella recepción pero sin duda había extrañas que transitaban en total cautela por toda el área.

Cuando llegaron a la recepción el pasillo volvía a estar más iluminado, habían personas entrando y saliendo. Pero sin embargo y a pesar de que la noche era la total presidiaria del terror, la agonía de que algo los perseguía no cesaba en ningún momento.

La Dra. Angeli venia entrando al lugar haciéndole un gesto de saludo inclinado su cabeza. Se paro en la recepción dejándole indicaciones a unos empleados y luego se dirigió hacia ellos.

—La desconexión del paciente será dentro de poco e inmediatamente comenzaremos la cirugía del trasplante de corazón.

Mis padres asintieron con su cabeza.

—Si me permiten tengo que ir a corroborar que todo se encuentre en orden —continuo la Dra retirándose hacia los ascensores junto con dos personas más.

En el asenso en aquel elevador Angeli noto la extraña presencia de aquellos hombres pero ya era muy tarde para salir. Intento pulsar el botón para quedarse unos pisos más abajo pero la tensión en el ambiente hacia que se sintieran todo más lento.

La luz del elevador comenzó a fallar. El parpadeo anunciaba desconcierto hasta que un grito sollozo acabo con la tensión del lugar capturando una rehén.

Mis padres salieron de aquel lugar en dirección del carro sin dar caso alguno al breve fallo eléctrico.

—Iré por unos café, mientras buscas el documento en el carro.

—Está bien, cariño te veo en un momento —le contesto mamá.

Elizabeth siguió su camino distraída sin mirar hacia el frente ubicando la llave correcta apara abrir el vehículo, haciendo caso omiso a su entorno. Justo al llegar al auto se tropezó con un hombre de apariencia extraña que tenía una máscara de ojos cercenados en patineta.

Se asusto tanto que se pego hacia el vehículo tratando de abrir la puerta. Aquel hombre no le dirigió la palabra solo mantuvo su mirada fija en ella a medida que seguía avanzando hacia la entrada del hospital donde parecían reunirse una serie de persona en motos.

En el estacionamiento había unos policías trayendo a una señora mayor. Al parecer había tenido un incidente en su cocina y la ayudaban a bajar hacia el hospital para chequearla de que no se hubiera roto algo.

—Ve con ella le dice un oficial al otro.

Uno de ellos se acerco a mamá mientras el otro ingresaba al hospital con aquella señora por la sala de emergencia.

—Se encuentra bien señora.

—No debería andar sola por aquí. Últimamente hay muchos vándalos —dijo el oficial mirando hacia aquella pila de gente en la entrada que para ese momento estaban siendo interrogados por el oficial de guardia del hospital.

La conversación con el oficial del hospital y aquellos chicos parecía exaltarse. Rápidamente uno de ellos saca un arma de su chaqueta y le dispara en la frente.

Un tiroteo comenzó a formase como turba dentro del hospital aquellos hombres habían ingresado al centro hospitalario con un objetivo no muy claro, ni aparente.

—AGACHESE —dijo el oficial lanzándose al piso junto a mi mama.

El enmascarado había sacado un arma también. Fijando la mirada en el oficial fallando el tiro en el reborde del auto.

—OFICIAL DE SEGURIDAD REPORTANDO A LA CENTRAL, TIROTEO EN CURSO, REPITO TIROTEO EN CURSO EN EL HOSPITAL CENTRAL —se escuchaba por la radio del oficial.

—NECESITAMOS REFUERZOS —dijo el oficial gritando por la radio mientras se tapaban de disparos que llegaban desde sitios inhóspitos

El policía quien acompañaba a mi madre enseguida agarro su radio y respondió.

—Oficial ¿Qué está sucediendo ahí adentro?

Un extraño silencio se escucho desde el otro lado de la radio.

Las miradas del oficial y de mi madre. Se encontraron en completo silencio como si se respondieran. Simples palabras salieron de su boca desde el otro lado de la chispeante interferencia de la radio.

—No lo sé, solo hay miedo.

— ¿Y cuántas víctimas hay? —Le volvió a preguntar el oficial.

—Muchas...

Un estruendoso sonido como un disparo se escucho por la radio que solo fue acompañado por más chispas.

Fue lo suficiente para entender que incluso la vida es tan efímera que la puedes perder en un solo parpadear.

Fue lo suficiente para entender que incluso la vida es tan efímera que la puedes perder en un solo parpadear

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Éxtasis [COMPLETA] [Borrador Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora