Día 24: Hábitos

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》Hoy me he levantado como todos los días, abrí mis ojos dentro de un acto de completa naturalidad volviendo a respirar aunque mis singulares sueños sobre aquella tenue situación inmersa en agua me este abrumando cada noche impar.

》Y en ese primer instante postrado en aquella caja de cartón, reí del verso de Mafalda que viene en el reverso de todos los días que se le agotan al calendario como otro año incoloro y tan insignificante para el cosmos como la vida misma.

》Me he lavado los dientes los que de ahora en adelante estarán llenos de verdad. Luego de pasar dormitando por aquel pasillo que me sabía de memoria con cada baldosa por metro cuadrado, ese papel tapiz deteriorado por la erosión del tiempo y aquel pequeño cuadro colgado a mitad de transición con una nostálgica escena de la granja de mis abuelos donde me podría tirar al vacio y sabría el lugar exacto donde caeré.

》Arregle el esperpento desastre de mi habitación resultados de mis largas noches de insomnio en donde las luces rojas me asaltan carcomiendo mi alma petrificándome y sin duda alguna aislándome de lo demás. Que cuando se desvanecen con la llegada del amanecer desplego las cobijas como otra mañana más.

》Mi mamá ha lavado la loza en un ciclo constante y repetitivo. Donde todos los días amanecen trastes de las incursiones asaltantes de mi papá a la nevera como otra noche más.

》Han traído el periódico, lo han ojeado un par de veces escandalizándose por el precio de la lechuga, terminando en el tumulto de todo lo de ayer como indudablemente otro día más

》Donde mi padre ha visto las noticias matutinas en un ciclo constante de escepticismo sorbiendo su taza de café puro como otra mañana... más.

¿Rutinas?, RUTINAS, ¡rutinas!

¿Por qué nos vuelven seres tan... encadenados a un ritmo constante Como el goteo del grifo que mi papá nunca reparo?

¿Realmente estás viviendo o solo despertando cada mañana?

O más allá de ello.

Por qué a veces, nos sentimos únicos y especiales, haciendo cosas que otras personas que se sentían únicas y especiales ya lo habían hecho en un ciclo constante de imitar y agregar.

¿Nos hemos parado en algún momento de nuestra vida para poder respirar?

¿Por qué nunca hemos enmudecido las voces que nos corroen por dentro?

La humillación es nuestra adicción favorita. Indistintamente de lo que pienses o lo que llegues a pensar; realmente lo único que nos hace únicos es nuestra forma exhaustiva de ser, porque a pesar de que tu copies y pegues información del internet, la amnesia de poder comprender quien eres se ha plasmado en muchos libros a través de la historia, Dios nos hizo seres exploratorios, contextualizando nuestro código de barras en algo distinguible.

Éxtasis [COMPLETA] [Borrador Sin Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora