Capitulo 6

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El sonido era tan escalofriante que quité aquella maldita gotera con un golpe de mi zapato, hace días que les dije que vinieran a revisar y ni siquiera se han parado en la habitación. El doctor me ha dicho que los de mantenimiento son algo “flojos” si claro…eso no tiene que decírmelo, ahora lo veo.

Los días comenzaban a hacerse bastante largos, no podía traer a Mateo y dejarlo cerca, aunque a veces lloraba y se que extrañaba a su padre. Matthew, en este corto tiempo, ha sido un padre ejemplar, pero sus ojos no se abrían, sus dedos apenas se movían y teníamos que darle de comer por sondas. Su cuerpo comenzaba a perder masa muscular por el nulo movimiento, yo lo bañaba diario, pues a él nunca le ha gustado sentirse sucio, así que mi esponja y el agua con jabón son mis aliados de todos los días. Recibo apoyo de los demás chicos, por las noches se queda uno de ellos turnándose para no dejarlo solo, pues aún tenemos la esperanza de que abra los ojos un día de estos…no muy lejano.

—     Hoy Mateo dijo papá, ¿No te parece fabuloso?

Pasaba la esponja por uno de sus brazos y lo limpiaba bien, su piel era tan blanca y suave que me daba miedo lastimarlo mucho, ya que se le marcaba apenas pasabas la uña.

—     Me gustaría que abrieras los ojos, que me miraras de nuevo y me cantaras las nuevas canciones para escuchar tu risa de cómo te equivocas

Sonreía al seguir limpiándolo…pero mis lágrimas se derramaban por la mejilla haciéndome daño. Odiaba llorar pues se acartonaba la piel y por más que no tuviera maquillaje se quedaba impregnado en cada poro haciéndose difícil de quitar. Odiaba llorar por sentir este dolor de verlo conectado, verlo con sondas para que hiciera del baño y darle de comer…odiaba el estado en el que estaba…pero yo no podía hacer nada.

Lavé su pecho, sus brazos, su espalda, caderas…absolutamente todo, tenía un cuerpo maravilloso a pesar de estar un poco más delgado.

++++

—     ¿Has dormido un poco?

—     Si, James no te preocupes…anoche me fui algo tarde porque Johnny tenía algunas cosas que hacer…pero llegó y yo me fui por Mateo, no me gusta dejarlo tanto tiempo con esa señora…sé que es de confianza, pero…no es de la familia

—     Lo sé…podrías hablar con Victoria…ella ama a Mateo

—     Pero ella está con lo de su boda, no puedo interferir en eso

—     ¿Tu crees que Brian piense en casarse ahora como está Matt? – agaché la cabeza y negué — ella me ha dicho que si necesitas ayuda puedes pedírsela…

—     Bueno…hablaré con ella después…

—     Te dejo dormir…iré a comprar unas cosas

—     De acuerdo

Besó mi frente y con un “Te quiero” se marchó de casa. Las cortinas de mis ojos pesaban tanto que me quedaría muerta en el sofá, Mateo dormía tan plácido en su cuna que a veces no me escuchaba llorar, necesitaba a mi madre pero ella estaba muy lejos, sabía de la situación y aún así ellos no podían hacer nada por venir y a poyarme un poco. Me dejé caer en mi cama vacía, Matt abarcaba la mitad de la cama casi siempre, abrazándome, haciéndome sentir querida cada noche con sus enormes brazos y su nariz que se sumergía en mi cabello ocasionándome cosquillas por su respiración. Extrañaba sus palabras incompletas cuando hablaba dormido, sus gestos y sus risas mientras soñaba, extrañaba su voz en la mañana y sus pequeños mordiscos en mis orejas, extrañaba su aroma varonil y sus miradas perfectas poniéndome atención a cada cosa que hacía. Extrañaba su forma de lavarse los dientes y mirarse al espejo mientras movía sus caderas escuchando algo de Judas Priest.

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