El roce con su piel aumentaba mi ritmo cardiaco, las palpitaciones se aceleraban queriendo romper la barrera de huesos que protegían mi pecho, él siempre sabía cómo hacerme sentir bien, sabía el lugar indicado…incluso sabía de zonas que ni siquiera yo me conocía.
Sus labios acariciaban cada poro de mi piel haciendo que las sensaciones se noten y una sonrisa florezca de su boca. Sus dedos y grandes manos me tomaban como si no fuera nada…como si no pesara absolutamente nada, y es que me tomaba por toda la cama, sin lastimarme, como una muñeca sin peso alguno. Me encantaba que me maneje…aunque a él le gusta de vez en cuando ser manejado, y por mí…pues no hay ningún problema.
— Alguna vez pensaste en que podríamos intentarlo de nuevo
— ¿Tener un bebé? – asentí suave acariciando su pecho algo transpirado, ahí…entre sus hermosos pectorales — pues…me gustaría mucho…me agrada que hayas sacado el tema
— Sería lindo volver a intentarlo
— Pero si lo acabamos de hacer como 3 veces – rió agotado
— Y bueno…entonces yo ya comencé a intentarlo
— ¿Oh si?
— Sip
— Ya veremos que sale entonces
Sonreímos ambos. Acaricié su mejilla despacio mirando fijamente sus hermosos ojos verdes, estaban tan llenos de vida…no sé si por tenerme aquí o porque realmente se sentía pleno ahora.
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Matt salió a organizarse con los chicos para la grabación de “Nightmare” así que me puse manos a la obra. Unos shorts pequeños, camiseta blanca de tirantes entallada, mi cabello atado en un rodete algo despeinado, dejando caer algunos mechones castaños que acariciaban mis hombros. Pies desnudos sobre el suelo tibio, hacía un calor del infierno y tuve que abrir las ventanas y la puerta corrediza de la parte de atrás para que el aire entrara. Preparé algo de limonada y me dirigí corriendo al estéreo para poner mi motivación que es el motor para que mis manos se muevan sobre la hoja.
La voz de Gerdad Way hizo retumbar las ventanas de nuestra casa, sonreí cantando cada parte de “I’m not Okay” movía mis manos como simulando la guitarra, movía mi cuerpo y sonreía sintiendo el aire entrar en toda la casa haciéndome sentir más ligera. Tomé de mi enorme vaso con unos gatitos dibujados y saqué mi material. No usaba cualquier lápiz, cualquier hoja, tenía que ser especial para yo sentirme segura. Estaba bien y de buenas…así que me puse en marcha.
James me dejó bien en claro lo que quería…pero yo le puse algo de mi propia calaña. Y comencé a dibujar una chica acostada en una cama, con algo de miedo dando la espalda a su peor pesadilla, abrazando un peluche y sintiendo la oscuridad arribar en su habitación. Quizá eso sentía yo cuando abrí los ojos estando en aquel hospital. Fue algo abrumador darme cuenta de que el sueño que estaba viviendo no era real…por una parte quería que lo fuera…pero por otra no.
El dibujo comenzaba a tomar forma, me estaba gustando bastante, creo que cumplí con los objetivos que tenía James para esto, quizá le guste…así que hice un par más de dibujos diferentes pero con la misma temática.
Me concentraba tanto que no me di cuenta en qué momento comenzó “Mamá” sonreí al seguir dibujando y un estruendoso sonido me hizo caer de la silla y dar un grito de niña pequeña.