Narra Matt
Me nervaba verlo cerca, encima ver a Lois sonriendo como si yo no estuviera aquí, ok…después delo que pasó pretende que piense que me lo merezco, ¿Cómo quiere que lo tome si yo no recuerdo mi vida pasada? Como sea, ese marica no iba a quitarme a mi familia, por suerte Mateo se quedaba conmigo en cada instante.
Entramos al parque y me puse a mi pequeño sobre los hombros, él se tomaba de mi gorra y me indicada en cada instante que mirara a los juegos que a él le parecían atractivos, nos detuvimos en uno y él quería subirse a un carrusel…pagamos entradas completas para subirnos a todos los juegos, sin más Mateo y yo nos formamos, había bastantes niños y sin más era el turno de subir a mi pequeño.
— Bien señor, el niño no puede entrar sin un adulto
Miré el puto carrusel y luego miré al puto que estaba ahí parado
— Dime ¿Cómo pretendes que entre ahí? Apenas cabría mi pierna
— Son reglas del parque, señor
Miré atrás, Johnny sería perfecto…pero no, tenía que subir con mi hijo y cueste lo que me cueste entraría en esa mierda. Sin más Mateo entró y yo tomé aire para poder entrar. Era increíble que te pidan meterte cuando mides más de un metro y medio, escuchaba las risas de todos, James, Johnny…malditos, pero ya serán padres y entenderán esta situación tan embarazosa.
Al entrar por fin, Mateo me sonrió emocionado porque papá entró, me abrazó y yo sonreí ampliamente, espero que no durara más de 5 minutos si no las piernas se me iban a acalambrar y las perdería, de eso estaba seguro.
Mientras estábamos allá arriba, miraba la ciudad y trataba de recordar algo, me costaba bastante pero quería hacer las cosas bien, al menos con ellos dos…pronto nos iríamos de gira y no quería irme sin antes no dejar en claro que ellos ahora eran mi prioridad, no podía forzarla a que me perdone, pero si al menos a que tratemos de compartir como antes.
— ¿papi?
— ¿Qué pasa, campeón?
— Te amo
Ok…en este momento comenzaría a llorar como un pequeño niño de 2 años, que tu hijo te diga algo tan hermoso como eso me hacía sentir peor que la madre. Más sentimental y lleno de lágrimas por soltar. Lo acerqué a mí al besar su frente y apretujarlo entre mis brazos.
— Yo también te amo, bollo relleno
Él rió y por fin el martirio de mis piernas terminó, fue completamente un show de 2 minutos lograr sacarme de esa canasta del carrusel, entre James y Zacky me ayudaron a salir con las piernas rojas y dobladas, no paraban de reír y yo estaba con unos bochornos infernales. Tomé de la mano a mi pequeño y seguimos nuestra caminata, Lois me miraba con media sonrisa, esa sonrisa que me deslumbraba apenas me caía a la cuenta de que la tuve tan cerca. Tenía cara de niña y un cuerpo excepcional a pesar de ser madre ya. Y al lado de ella un idiota que la tomaba de la mano como si…quisiera robármela, ese si lo hace por joderme…y lo hace bastante bien.
Nos detuvimos en un lugar con césped, luego de habernos subido todos a la montaña rusa de Superman estábamos casi vomitando y con los cabellos locos por todos lados, lo mejor de esto es que James grita como niña cuando bajamos a gran velocidad por la pista acantilada, es tan hermoso que me dan ganas de grabarlo pero…mi celular saldría volando por los aires y sería en vano.