7. Risas por la mañana y la Reina del silencio.

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El despertar de Severina, se vio ocasionado por los ruidosos movimientos de sus compañeras, en la habitación.

Decir que la azabache detestaba el escándalo que solían armar Mulciber y Avery, era quedarse corto.

Cuando había entrado a Hogwarts estaba tan emocionada que ni siquiera pensó lo que era compartir habitación con otra persona, ni imaginar dos.

Al comienzo todo estaba bien. Ninguna de ellas se conocía, más que alguna que otra mirada en una fiesta de sangre pura, y ella que era totalmente ajena a todo ello, ya que su madre hace bastante había dejado de hablar de esa vida.

Eso llevo a que ninguna se mostrará completamente cómoda para interferir en la parte de la habitación, de la otra.

Severina jamás dio muchas palabras para cambiar eso. Después de todo a ella le encantaba la tranquilidad que había en el lugar. Tras haber pasado casi todo el día rodeada de los gritos y ruidos fuera de ahí, era un paraíso el poder leer sus libros de pociones en paz.

Pero como todo lo bueno, eso llego a su fin, cuando las dos niñas entraron en confianza.

Habían comenzado a quedarse hasta tarde hablando o mejor dicho repartiéndose chiste de cualquier persona que estuviera en boca de los rumores en Hogwarts.

Sinceramente, Severina tenía y conocía muchos más de los que se decían ellas, hasta estuvo apuntó de decirles que con sólo una idea a la biblioteca y permanecer en silencio por unos momentos, les conseguiría miles más y mucho más interesantes.

Pero descartó la idea inmediatamente, siendo consciente de que ni Arlene Mulciber, ni Clarice Avery, poseían la capacidad se permanecer calladas por más de 5 minutos.
En fin, era la realidad que tenía que vivir.
Con aún el sueño en la cara, se levantó asentándose al borde de la cama mientras abría sus cortinas.

"¡Oh, bueno! Bonita pinta la que traes para dormir."

Habló Arlene, con tono burlón desde el otro lado del la habitación, sentada en la cama de Clarice, quien sonríe después de una pequeña risa.

La azabache da un resoplido, mientras se para y notaba el barro secó que obtuvo por ayudar a Lupin.

"Bonita caída la de anoche."

Dice continuación con una media sonrisa cruel, provocando que Clarice estalle a carcajadas.

"¿Tu también la oiste?"

Pregunta la castaña aún riendo.

"¡Sabía que te había escuchado reír!"

Exclama su amiga indignada.

"¡No fue mi culpa! Fue tremendo el golpe que hiciste al caer."

Se defendió Avery, provocando que la otra se mostrase aún más ofendida.

"¡Eso no es cierto!"

La azabache tras agarrar un cambió de ropa y su tolla, da la vuelta en dirección de ellas y la puerta.

"No, ella tiene razón. Por un momento creí que un troll había entrado en la habitación.".

Habla con su característico tono serio y profundo, mientras comienza a caminar a la salida, recibiendo una mirada molesta de Mulciber y otra risa escapara de la castaña.

"Voy a ducharme. Recuerda que hoy tenemos tutoría de pociones a las cuatro."

Le dice a la muchacha ignorando su expresión de molestia. Estando apuntó de salir de la habitación se detiene en el umbral de la puerta.

El Escondite del Lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora