Remus solía tener el sueño pesado luego de una luna llena. Ese día en la enfermería, no fue distinto alguno otro.
Durmió profundamente hasta las dos de la tarde (algo más temprano de lo usual, en esas ocasiones.)Hora dicha por sus amigos que, a no más, abrir sus ojos, se encontraban a su lado.
Todas las mañanas después de una transformación se habían vuelto así desde que ellos descubrieron, que cada vez que desaparecía terminaba en la enfermería.
Agradecía sinceramente que notarán la incomodidad que sentía cuando preguntaban el porque de ellas, y dejasen de cuestionar la razón.
Y porque al final ellos, se levantaban y al poco tiempo ya estaban a su lado.
Remus era realmente feliz con sus amigos en ese momento.Hablando como si nada pasará. Riendo y contando lo que se perdió en el desayuno y el almuerzo.
Cuyo último el estaba comiendo después de ser revisado por Poppy, quien dijo que en una hora podía irse.
Sabía bien desde que comenzó el colegio y tras la primer luna en él, lo protectora que se volvía la medimaga con sus pacientes. Fue por ello que no cuestionó nada, aún que ya se sentía lo suficientemente bien como para ir a la torre Gryffindor.
Y no era que odiarla del todo estar en la enfermería cuando tenía a sus amigos a su lado, no lo hacía, pero aún extrañaba la habitación que compartía con esos tres alborotadores.
Ya a las cuatro fue libre de irse, con la advertencia de descansar. Lo cual no discutió por ningún instante, después de todo seguramente terminaría la noche con un libro en sus manos.
•••
Realmente fue como terminó la noche, sentado en la mesa Gryffindor para la cena.
Su libro de transfiguración lo distrajo bastante de los platillos deliciosos, frente a él.
"De enserio, Remus ¿Apenas sales de la enfermería y lo que haces es volver a estudiar?"
Se quejó Sirius por tercera vez en la noche, sin contar la primera que fue cuando lo vio tomar el libro.
"A diferencia de ti, me gusta estar preparado para las próximas lecciones y no atrasarme. Después de todo el ensayo de Mcgonagall se entrega el martes."
Respondió calmado junto con una mirada de reproche sabiendo que el Black, no había ni se acercaba a terminar su ensayo, pedido en la clase anterior.
Las reacciones de sus tres amigos fueron, a pesar de ser diferentes, esperadas.
Estaba James quien tenía un talento nato para la materia.
"Ya la termine el jueves a la tarde. Era muy fácil."
Después Sirius, que no era malo ya que había crecido con tutores que lo preparaban para sus días en el colegio, pero que aún así no se ponía a hacer sus deberes hasta última hora.
"No puedo creer que lo hayas terminado sin mi. De enserio, James. Acabas de romper mi corazón. Sólo me faltaba treinta líneas."
"Siri, el ensayo era de cincuenta líneas."
Entonó el chico con ojos color miel, divertido por el dramatismo con el que le hablo el pelinegro.
Y por último estaba Peter.
Y bueno Peter...
"¿Había un ensayo?"
Pregunta con ojos bien abiertos, dejando de comer.
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El Escondite del Lobo
أدب الهواةSeverina Snape, animaga, descubre en su segundo año que su compañero de clase es nada menos que un hombre lobo. Tras estudiar sobre ellos, descubre lo peligroso que son para los magos y los muggels, pero no para los animagos. Llena de curiosidad en...