9. Quejas en pasillos de libros y nunca hagas enojar a una mamá dragón.

1K 134 73
                                    

En el camino tanto la azabache como el primer año, llevaban sus brazos cargados de libros, deteniendose entre pocos pasos dejando algunos.

Severina sabía muy bien lo exigente que era la señorita Pince con el orden de sus libros. Hubo una vez en que la estuvo regañando por lo que pareció una eternidad, sólo por haber dejado unos libros en su escondite.

La mujer le repitió mil veces que alguien más podía necesitarlos y que si ella no los estaba usando debía devolverlos a su lugar correspondiente en la gran biblioteca.

Sin querer pasar otra vez por algo parecido, la Slytherin se encargaba de dejar en su lugar cada libro que utilizaba.

Claro que habían veces como estas que no lo hacía sola, porque después de todo si el niño se enseñará en seguiría, que por lo menos sirviera para algo más que regañarla por no desayunar.

"Pociones básicas y filtros mágicos."

Se volteó a ver a el pelinegro leyendo el título del poner libro en la pila que venía cargando.

"¿No es un libro de primer año? Creo haberlo visto en los que nos pidió leer Slughorn ¿Vas a darle tutoria a otro de primero?"

"No, es para Arlene Mulciber."

Respondió volviendo la vista a los estantes frente a ella, dejando uno de los cinco libros que llevaba.

"Enseñarle es como enseñar a un chimpancé, así que prefiero comenzar del principio."

Con una risa de el Black siguieron volvieron a caminar por los pasillos más alejados de la biblioteca.

"¿Sabes? Debería tratarme con más respeto, después de todo, yo soy quien te dio la idea de las tutorías."

Habló el Slytherin tras volteandose y comenzar a caminar hacía atrás, mostrando una sonrisa segura.

Las palabras del chico eran ciertas. La azabache había empezado su pequeño negocio haciendo tareas a algunos pocos de sus compañeros. Pero fue en el momento, en que el niño le dijo que le pagaría, si lo ayudaba con su tarea, cuando comenzó a dar sus tutorías.

Regulus le consiguió algunos de sus primeros estudiantes, pero realmente no veía a donde estaba llevando la conversación, a sacar eso de la nada.

Severina dio un suspiro, le ponía algo nerviosa cuando el mocoso, caminaba así, ya que en una de esas había terminado en el suelo por no prestar atención.

" Regulus, eres de las personas a la que mejor trato y tu lo sabes. Así que no se de que hablas."

Dijo deteniendose a dejar otro libro.

"Oh, no lo sé. Tal vez sea el hecho que aún me llamas 'Niño mimado'."

Recriminó después de recargarse en el costado del estante, mirandola con ofensa.

Severina no pudo aguantar la risa que brotó al instante de darse cuenta, que el chico todavía seguía molesto por haberlo llamado así hace unos momentos.

Pasando a su lado hablo con burla.

"Oh, disculpa. Por favor no vayas a decirle a tu madre que te he llamado así. No quisiera que se enfadada conmigo."

Al terminar de hablar, tuvo a un pequeño, Regulus Black, rojo, de lo que no podía decir si era furia o vergüenza.

Después de todo el niño era conocido por si dichosa frase, que llevo a algunas burlas, paradas inmediatamente tras, ella haber lanzado un maleficio a Evan Rosier. Nadie más quiso hacer algún comentario más después de ello, ya que a pesar de ser una segundo, todo Slytherin había visto como la niña podía darle batalla a cuatro Gryffindor, en el segundo mes de el comienzo de las clases, donde se había armado un pequeño duelo tras que la azabache lograr bloquear y devolver un ataque a el tonto hermano de Regulus.

El Escondite del Lobo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora