Capitulo 5: "Y-yo era virgen"

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Empezó a besarme pero yo no le seguí el beso por lo que bajo a mi cuello. Dejaba húmedos besos por todo mi cuello, sus besos eran bruscos y desesperados volvió a mi boca y me mordió mi labio inferior para hacerme abrir la boca y meter su lengua, comienza a recorrer su lengua por toda mi cavidad bucal y yo no puedo dejar de llorar. Su cuerpo me inmoviliza totalmente, sus manos aferran las mias sosteniéndolas encima de mi cabeza.

En un instante muerdo sus labio inferior para así aflojar su agarre, aprovecho ese momento para soltar mis manos y tirarle un rodillazo en su entrepierna. Me levanto y voy corriendo a la puerta para abrirla, cuando estoy a punto de abrirla unas fuertes manos la cierran de nuevo y un musculoso cuerpo me acorrala contra la puerta.

Me giro lentamente y lo observo fijamente. Él me mira con sus ojos entrecerrados y su ceño fruncido, su cuerpo irradia enojo, furia, rabia y no sé que es lo que va a hacer ahora.

—ERES UNA MALDITA ZORRA.— dijo mientras me daba una bofetada , me cargó en su hombro y me tiró a la cama. Yo no tenía fuerzas para moverme. Me dejó ahi tirada y él se levantó para empezar a quitarse su sudadera y desabrochar su cinturón.¿ Qué me va a hacer? No, no puede forzarme a hacer nada. No lo creo capaz de hacer eso ¿o sí?.

Se acercó a mí y empezó a quitarme mi crop top mientras tocaba mis pechos encima del sujetador. Comenzó dejando besos hasta llegar a mis piernas y metió sus manos debajo de mi falda hasta llegar a mis bragas. Las cogió bruscamente y las arrancó dejandome totalmente desnuda salvo mi sujetador. Se desabrochó los pantalones y se los quitó junto con sus boxers dejando a la vista un miembro grande, grueso y largo. Me asusté mucho era muy grande cómo podía eso entrar en mí.

—P-por favor, no lo hagas.— supliqué esperando que no lo haga.— Soy v-virgen.

—No voy a hacerte caso, así como tú no me lo hiciste a mí.— me dijo mientras se acercaba a mí. Lágrimas calientes caían de.mis ojos y no podía detenerlas. No podía detener lo que estaba a punto de hacer.

Me jaló de las piernas hasta que quedaron al filo de la cama. Me quitó el sujetador y me atreví a mirarle a los ojos, se habían oscurecido. Se acercó a mis labios para besarlos pero volteé mi rostro haciendo que bese mi mejilla.

—Pensaba hacer esto menos doloroso para ti; pero así tu lo quisiste.— masculló en mi oido, con sólo escuchar eso me aterrorizé completamente.

—Por favor, no lo hagas de esta for…— no me dejó terminar ya que sentí la entrada de su miembro. Sabía que iba ocurrir y no podía evitar que pasara. Me sentía débil, vulnerable, frágil y no iba a poder evitar que Él abusara de mí.

Entró fuertemente en mí haciéndome gritar del dolor, no podía contener mis lágrimas. Bombeaba fuertemente en mi interior, y no podía sentir mis piernas. Nunca llegué a pensar que él iba a quitarme lo que más apreciaba y de la peor forma. Lamía y mordía mis pechos, succionándolos y dejándome chupetones en ellos. Trataba de defenderme rasguñándole los brazos pero parecá como si a él no le importara. Estaba concentrado en su trabajo. Cerré los ojos esperando que esto termine de una vez por todas.

Sus embestidas eran rápidas y bruscas y yo no dejaba de suplicar que pare de una vez y se vaya. Me cogió tan fuerte de las caderas que estaba segura que me saldrían moretones. Gemía de placer y yo por el contrario de dolor. No le importaban los rasguños que le hacía en sus brazos, él sólo seguía moviéndose en mi interior.

Lanzó un gruñido fuerte cuando llegó al orgasmo y cayó sobre mí. Sentía todo su peso y no pude evitar empujarlo lejos de mí. No quería verlo más. Me había arruinado la vida.

En este momento solo quería que él se vaya de mi casa y de mi vida.

Lo odiaba con todas mis fuerzas y nada va a cambiar eso.

Sumisa de mi Sexy VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora