Capitulo 17: "La verdad"

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—¿Por qué me golpeaste?.— su expresión cambió a una absolutamente dolida y triste. No podía comprender el por qué de su actitud y no podía dejar de repetirme que no iba a poder perdonarlo y que no tenía que caer en sus encantos.

—Yo no quería hacerlo...

—Por favor, no vengas con eso.— le corté.

—Tienes que perdonarme. Por favor.— suplicó. No iba a dejar que me engañe.— Déjame demostrarte que no soy esta persona. Creí que me estabas engañando que querías que pensara si mis amigos me dicen que te vieron besándote con un chico. No sabía que hacer, sólo quería demostrarte que eres mía y que no voy a dejar que te apartes de mi lado.— sus palabras me dejaron impresionada pero no iba a permitir que demuestre que soy suya golpeándome.

—No era para que reacciones de esa manera. No voy a permitir que me vuelvas a poner una mano encima. Nunca más.— fue a hablar pero lo interrumpí.— Ryan me besó porque pensó que quería algo con él; pero yo lo alejé y le dije que estaba en una relación. Él me pidió disculpas y se marchó. Quizás si hubiéramos hablado antes de que actúes de esa manera nos habríamos ahorrado muchas cosas.

—¿Me perdonas?.— preguntó con una mueca esperanzadora.

—Sí. Pero ahora quiero que me tengas más confianza y llevar una relación mejor. Y ahora me tengo que ir, ya es tarde.

—No, quiero que hoy te quedes conmigo.— lo miré sin entender. No podía hacer eso.— Le envié un mensaje a tu hermano desde tu celular diciéndole que te quedarías a dormir con una amiga.— me miró con una sonrisa torcida y se la devolví.

—Está bien. ¿Podemos pedir pizza? Tengo mucha hambre.— le supliqué con la mirada.

—Ok. Pero antes...— se acercó a mí y empezó a dar besos suaves en mi mejilla lastimada.— Déjame echarte una crema.— yo solo asentí y me llevó de la mano al baño.

~*~

La pizza llegó y nos sentamos en el suelo frente al televisor para ver una pelicula de acción. Por el rabillo de mi ojo podía observar como Will se quedaba mirándome fijamente con una sonrisa torcida, se había devorado cinco trozos de pizza y ya iba por el sexto. No entendía cómo podía comer demasiado pero tenía un pensamiento que no dejaba de rondarme desde que me trajo aquí.

—Will, ¿Cómo es que tienes un departamento si tienes una casa en la que vives? ¿Acaso lo usas para traer chicas aquí?.— mi pregunta lo tomó por sorpresa pero supo manejar la situación.

—Quería independizarme. Hay muchas cosas de mí que aún no sabes que no podría hacerlas en la casa de mis padres y ...

—¿Qué cosas?.— lo corté.

—Todo a su tiempo. Quiero que estés preparada para cuando te lo diga. ¿Esta bien?.

—Sí, entiendo. Pero quisiera que me vayas adelantando algo. Por favor.— dije haciendo un puchero con mis labios.

—Créeme que te lo diría en este mismo momento pero siento que no lo vas a tomar como espero.

—Esta bien. Esperare un poco.— dije resignada.

—Bueno pues. Ahora a dormir.— dijo Will llevando los restos de pizza a la cocina.

No pensé que pudiera ser tan tarde. Ya eran las doce y media de la noche. Al parecer Will y yo estábamos tan sumidos en la conversación que no nos dimos ni cuenta de la hora. Sonreí para mis adentros y fuí a inspeccionar el departamento de Will. Las paredes eran de color gris claro y el piso negro. En la sala de estar habían tres sillones negros de cuero, de diferentes tamaños, una mesa de centro y al frente un televisor gigante. La cocina era gigante y los electrodomésticos eran de color negro combinadas con la encimera de color blanca. Habían tres habitaciones: Una la de Will y dos aparte. La primera era de paredes blancas y la segunda igual pero la tercera no se pudo abrir. Fue algo extraño pero no quería sonar tan curiosa al preguntarle a Will; así que lo dejé así.

Entré en su habitación y me metí al baño. Cada habitación tenía baño propio y contaba con una ducha y aparte una bañera. Me lavé las manos y la cara. Al salir me encontré con Will.

—Te traje ropa para que uses en la noche.— me tendió una camiseta blanca y unos bóxers suyos.

—Gracias.— dije metiéndome otra vez al baño. Decidí darme una eucha y salí al cabo de diez minutos.

Will estaba recostado en su cama sólo llevaba unos pantalones de pijama y nada más. Se veía tan sexy, sonrió cuando se dió cuenta de mi mirada y me sonrojé. Me acerqué a él y abrí las mantas y me metí recostándome en la cama a su lado. Will apagó la luz y yo le dí la espalda. Él se acercó y metió su cabeza en mi cuello aspirando mi olor y apretándome contra él. Al instante me quedé dormida.

Sumisa de mi Sexy VecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora