Cinco

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La primera noche en el apartamento con el nuevo compañero de piso se parece demasiado a la primera noche que pasó allí tras abandonar su casa: las cosas se sienten demasiado nuevas y no sabe si lo que hace es lo correcto, pero, una vez ahí, no puede hacer mucho para cambiarlas. Las luces están encendidas hasta bien entrada la noche y el ruido de los cajones son lo único que puede escuchar. No le molesta, claro, porque no es como si sus otras noches hubiesen sido decentes desde la partida de Zayn. Por lo menos hoy, y ya hacen cuatro o cinco días, no está consumiendo cantidades obscenas de alcohol y obligándose a reaccionar de la borrachera con un par de líneas.

Niall es bastante callado y Harry no parece muy interesado en sacar conversación, al contrario, está sentado en el sofá de tres, mirando la televisión muteada, leyendo los titulares de las noticias con una copa de vino en la mano, intentando, con toda la poca fuerza de voluntad que le queda en el cuerpo, no beber la botella entera.

—Puedo ocuparme del resto mañana, creo que las dos de la mañana es una buena hora para descansar —comenta el irlandés. Harry sonríe por su acento antes de negar con la cabeza y voltear a mirarlo, parado en el umbral de la puerta de su habitación.

—Si quieres dejarlo para mañana está bien, un amigo mío puede ayudarnos con las cosas que tienes en el depósito.

—¿En serio? ¡Eso es genial!

—Sí, es una gran persona —alega —. Pero no creas que me molestan las luces o el ruido, últimamente he tenido problemas para dormir —comenta. El inquilino asiente y camina hasta sentarse a lado del ojiverde, en un rincón del sillón, precavido de no molestar el espacio personal.

—¿Insomnio o es que algo especifico te mantiene despierto? —pregunta, intentando conversar un poco.

Harry no sabe si responder con honestidad o no; no por miedo a ser exponerse de más, sino porque no quiere ser una carga con las estupideces que piensa mientras la noche se le pasa.

—Creo que ambos —dice, dejando la copa de vino, ahora vacía, sobre la mesita de café. Todavía la mira, en medio de la sala, con sorpresa, es peculiar el hecho de que Zayn no haya vuelto a llevarse las cosas que ha conseguido, aunque sospecha que Zayn tampoco quiere preocupar a sus padres diciendo la verdad: que se separa de su amigo de años.

—¿Ni bebiendo? —Niall señala el vino con la cabeza.

—Ni bebiendo —afirma Harry. Niall susurra un "ya veo" antes de quedarse en silencio que el rizado no siente incómodo.

—¿Trabajas mañana?

—Sí, solo hasta las cinco; luego puedo ayudarte con tus cosas —dice con amabilidad, Niall asiente con agradecimiento y se levanta.

—Voy a dormir, mañana tengo que arreglar unas cosas en la universidad y sé que lo mejor es ir temprano para no perder todo el día con los documentos —comenta, caminando despacio hacia su dormitorio. Harry sonríe al ver lo pasitos inseguros que da su nuevo compañero de piso antes de cerrar la puerta de la habitación; entonces se levanta y deja la copa de vino en el lavaplatos, guarda la botella que milagrosamente no se ha tomado entera, y se encierra en su propio cuarto. Al mudar su ropa de un rincón a otro ha notado la ausencia de muchas de las prendas de Zayn, y sabe que no son las que pudo llevarse cuando se marchó, sospecha con una certeza que casi le confirma que Zayn estuvo en el apartamento hace poco.

Que horrible se siente no saber de Zayn.

Esa noche, Harry duerme con las puertas del armario abiertas, imaginando que Zayn está jugando a las escondidas y yace allí, y por eso el perfume que inunda la habitación es tan fuerte y se siente tan presente. Y esa noche Harry sueña, luego de tantas semanas sin obtener nada más que agobio, con que las cosas son diferentes y la mudanza de Niall significa que Zayn y él han dado el paso oficial y comparten la cama, como lo habían estado haciendo sin decir nada.

Fingers [zarry au]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora