—Ha querido rellenar, constantemente, los vacíos que han ido apareciendo en su vida con cualquier cosa que le hiciera distraerse de esa falta, Harry.
La voz del hombre barbudo parece sonar muy lejos, a pesar de que lo observa sentado en la silla de cuero falso, al frente del sillón blanco en que se ha sentado. Hay un pequeño escritorio más atrás, luce impecable, pero a Harry le incomoda un poco la falta de objetos familiares que le quiten al lugar ese aire tan profesional y pulcro bajo el que pretenden camuflarse los terapeutas. Sabe que debe decir algo. O eso cree. Solo asiente a la vez que un suspiro empapado de tristeza abandona su garganta. ¿De qué estaban hablando?
—No es un adicto, Harry, por una necesidad convaleciente de consumir sustancias; es un adicto porque se encuentra en un confuso estado que le inhibe de pensar con claridad por encima de una necesidad hambrienta por llenar una falta.
—No creo que sea un adicto de ninguna manera —responde a la defensiva, intentando no sonar grosero.
—Harry, no estoy aquí para juzgarle por sus decisiones, solo quiero hacerle tomar consciencia de sus acciones y las consecuencias de estas. La negación es un paso en el proceso de aceptación. Está bien si hoy no quiere admitirlo, éste no es un proceso corto.
—¿Podrá esto hacerme sentir menos miserable haciendo las cosas que antes me gustaban?
—La pregunta es si usted quiere dejar de sentirse miserable.
Anne produce un eco constante en los pasillos vacíos del hospital: son las dos de la tarde y a esa hora no se permiten visitas, pero ella no está ahí para eso. Más temprano esa mañana recibió la llamada que le avisó sobre la salida de su hijo. Acaba de firmar el papel que le han proporcionado en la recepción luego de mencionar el nombre de su hijo. Más adelante, cuando se encuentra de cara con la puerta correspondiente, suspira y se abre paso: Harry está sentado al borde de la camilla con los ojos cerrados, y no puede evitar emocionarse al mirar su rostro. Él la mira con ternura. Se abrazan por varios segundos antes de que ella tome la mochila del muchacho y le proponga, con un movimiento de cabeza, salir de ahí. El camino al auto es silencioso, solo perturbado por los pasos de ambos y algunas voces ocasionales de enfermeros en sus andanzas. Se acomoda en el asiento del pequeño Ford antes de cerrar la puerta y espera escuchar la puerta del piloto cerrarse.
—Voy a respetar cualquiera sea la opción que decidas, Harry —dice ella al arrancar el vehículo.
—Espero que no sientas que no aprecio lo que haces por mí, mamá —contesta, volteando a mirarla. Ella acerca su mano a su cabello y lo acaricia con cariño:
—Jamás pensaría una cosa así —responde —. Solo quiero lo mejor para ti. Lo que sea que haga que no recurras a este tipo de extremos —agrega, ingresando a la avenida principal que va a desembocar en su barrio.
—Todavía quiero mi independencia —murmura, como pidiendo permiso. Anne asiente.
—Lo sé, Harry.
—Voy a estar bien.
Louise lo observa apagar el cigarrillo en el barandal de las escaleras exteriores antes de ingresar a su lado. El rostro de Zayn denota noches terribles, los oscuros círculos debajo de sus ojos así lo exponen. Caminan sin decirse nada, suben las escaleras hasta el primer piso y él espera, pacientemente, a que ella encuentre las llaves de su piso y abra la puerta. Dos vueltas a la izquierda. Tal cual su antigua cerradura.
—¿Le dan el alta hoy? —pregunta ella, colgando su abrigo en el perchero de la entrada. Él la imita, dejando su chamarra a un costado.
—Sí. Anne me dijo que lo llevaría a su casa para darle algo de comer y conversar un poco.
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Fingers [zarry au]✅
FanfictionZayn Malik y Harry Styles tuvieron una buena relación de amigos. Y algo más. Evidentemente. ~~~ Segunda parte de Rear View