No sabe porqué la garganta le arde tanto pero no tiene fuerzas para levantarse por un vaso de agua. No recuerda haberse emborrachado en un largo periodo de tiempo, y seguramente esto no tiene que ver con haber vaciado el contenido de su estómago, por la boca, en algún baño de cuestionable nivel de mantenimiento en un bar cualquiera de Londres. Abrir los ojos parece la idea más adecuada incluso si los ojos le pesan como si sus parpados cargaran ocho kilos cada uno. Intenta alargar la mano para frotarse el rostro, pero pronto siente un ardor en el brazo derecho, a la altura del antebrazo. Luego, un pitido que estremece sus oídos. Abre los ojos de repente, asustado, y nota un entretecho tan blanco como la nieve, casi enceguecedor; cierra los ojos un instante para acostumbrarse a la luz y los abre de nuevo: escucha el pitido, pero ahora no es alarmante. Una, dos, y tres veces intenta forzar la mirada, al ritmo del sonido que parecen latidos mecánicos, hasta que puede observar mejor, acomodando la cabeza para ver si sus piernas siguen unidas a él, porque no es capaz de sentirlas.
Harry se levanta un poco, lo limitado que su cuerpo adormecido le permite, y nota la camilla de hospital en la que se encuentra: ve sus piernas tapadas con una sabana blanca de hospital, y su nariz recibe el aroma del desinfectante para pisos y los sedantes. Su brazo tiene una aguja que lo conecta al suero que se ubica a su lado. De pronto, las memorias de lo que él considera que fue la noche anterior se amontonan en su mente; como si se viese desde una pantalla de cine, nota su cuerpo lánguido caído en el piso, poseído de temblores y nauseas.
—¡Doctor! Tenemos un paciente despertando —escucha una voz femenina gritar, y sabe que se refieren a él. En instantes tiene un par de médicos rodeando su camilla, mientras una enfermera levanta el colchón hasta dejarlo en una posición sentada. O casi.
—Las pupilas responden a la luz —dice uno de los señores con bata.
—¿Y Zayn? —murmura, pero no está seguro de que le hayan escuchado.
—Los mandamos a casa, Harry —dice la enfermera con tono delicado —. Llegaste en estado crítico ayer y no se permite que los familiares se queden a dormir en el hospital.
—¿Mi madre... lo sabe?
—Sí. Estuvo hasta tarde anoche. Despertaste dos veces, pero volviste a la inconsciencia casi de inmediato —responde ella con calma, controlando sus signos vitales y dosificando el suero.
—Tengo mucha sed —dice él luego de tomarse unos segundos para adaptarse a lo que le informa la mujer.
La muchacha asiente y sale de la habitación solo para retornar un poco después con un vaso de agua con sorbete. Luego de beberlo casi todo, se apoya en las almohadas y siente su cuerpo rendirse ante el agotamiento, quedando dormido en poco. Su mente, sin embargo, no descansa, y las imágenes que proyecta son poco agradables: drogas, pocas horas de sueño, nauseas y frío. Puede sentirlo todo.
La mujer camina con pasos firmes a través del pasillo hasta que llega a recepción y comunica que su hijo ha sido trasladado a un cuarto compartido y que le han llamado para avisarle que puede recibir visitas. El joven que luce cansado solo asiente y le indica un número, el de la habitación del muchacho, y le da un par de indicaciones para llegar. Anne intenta no apresurar mucho el paso para no hacer tanto ruido con los zapatos que tiene puestos, pero no puede evitar sentir ansias de estar con Harry. Cuando mira atrás, no sabe por qué, reconoce el rostro de Zayn cruzando la entrada, pero opta por no esperarlo y se adentra hacia el pasillo de las habitaciones, tal como se le ha indicado: el cuarto 103 está girando una media esquina. La puerta abierta le permite ver a su hijo con los ojos cerrados y los brazos cruzados sobre el pecho.
—¿Harry? —vocifera, intentado no incomodar al otro chico, en la otra esquina del dormitorio, que parece dormido.
—¿Mamá? —el ojiverde abre los ojos y reconoce la figura de Anne reposada en el umbral de la puerta, con el gesto inundado de preocupación. Ella se acerca, conteniendo lagrimas en sus ojos —Mamá... lo siento tanto —dice, pero ella susurra que todo está bien y lo abraza, intentando no interferir con el delgado tubo que el muchacho tiene en el brazo.
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Fingers [zarry au]✅
FanfictionZayn Malik y Harry Styles tuvieron una buena relación de amigos. Y algo más. Evidentemente. ~~~ Segunda parte de Rear View