Sintió los brazos de su amigo como los mejores brazos en lo que caer cuando tropiezas, y desde entonces habían formulado un pacto sin palabras sobre las situaciones complejas de la vida, y todas esas otras no tan complejas, siendo conversadas al borde de la acera mientras el sol se ocultaba detrás de las casas para darle cabida al anochecer londinense. Zayn estaba acostumbrado a escuchar, mientras veía los verdes ojos brillosos, emocionantes historias sobre los novios de Harry hasta que llegaban las fatídicas ocasiones en las que lo veía destruido por una relación fallida, apostando al cielo que no escucharía de ningún amor nuevo por mucho tiempo, solo para ser golpeado con la sorpresa de un nuevo pretendiente poco tiempo después. Harry no le había cerrado, nunca, las puertas al romance. Y aquello era algo que Zayn se cuestionaba continuamente. Incomprensible para él.
Luego de la primera vez que se aproximó de manera decidida a sus sentimientos, supo, enseguida, que no había sido honesto de ningún modo consigo mismo, y, por ende, no había sido honesto con lo que describió a las personas a las que acudió por consejos. Ahora se encontraba en la puerta del apartamento de una muy embarazada Adrienne que lo deja pasar con una sonrisa enorme en los labios.
—¿Cómo está todo en la tienda? —le escucha decir mientras se encamina a la cocina. La memoria le trae recuerdos que ahora le parecen innecesarios: besos insulsos en los rincones inesperados de aquel lugar que observa con curiosidad.
—¿Redecoraste? —pregunta, ignorando la cuestión de hace apenas segundos.
—Se ha mudado conmigo, creí que lo correcto era dejarle poner algunas de sus cosas en la casa —responde ella.
—Te ha sentado la mano esto de la maternidad —bromea Zayn mientras se aproxima a ella hacia lo que reconoce como una cocina decente que delata una vida en pareja. Vasos desiguales, amontonados a un rincón del lavaplatos.
—¿Si recuerdas que no íbamos a hablar de la conversación de aquella vez en la parte trasera de la tienda? —cuestiona ella, pero no le deja responder antes de continuar: —Estaba aterrada de dar mi brazo a torcer en cuanto a una relación que no me di cuenta de lo torpemente increíble que puede ser intentarlo realmente, Zayn. Creo que estoy enamorada y asustada, y tan contenta, y tan preocupada. Pero todo tiene sentido cuando lo miro a los ojos en la cita con el medico que nos muestra la ecografía.
—Estoy feliz por ti, Adri —dice con la voz honesta. Luego suspira con peso antes de buscar la mirada obvia de su amiga.
—Emanas alegría —dice ella en tono burlesco, chocando su hombro con el del moreno.
—¿Crees que alguna vez podamos ser amigos de nuevo?
—¿Harry y tú? Sí.
—¿Honestamente?
—Se tienen más cariño que nadie más que haya conocido, Zayn. Si lo que sea que pasó entre ustedes puede romper aquello, entonces no queda esperanza para nadie —comenta Adrienne, sirviendo la comida. Luego los temas se hacen menos relevantes, aunque cada tanto Adrienne deja caer sobre la mesa un comentario poco discreto sobre la empatía que siente con Zayn por el miedo que este emana.
Mientras levanta la cabeza para mirar a la misma mancha que ha notado hace un par de semanas en la pared se pregunta, con el sonido de más de una voz dentro de su cabeza, si su madre sentiría vergüenza de saber en lo que se había convertido su pequeño hijo. ¿Sentiría el ardor de la decepción casi tan fuerte como el ardor en sus fosas nasales luego de inhalar aquel polvo blanco que tanto estaba dándole y quitándole en la vida? Harry se ha sacado las botas y, luego de limpiar la mesita de noche, tropieza, y cae al piso, lugar donde se queda mirando al techo a oscuras para sentirse menos insignificante en un mundo tan poblado y tan poco preocupado por él.
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Fingers [zarry au]✅
FanfictionZayn Malik y Harry Styles tuvieron una buena relación de amigos. Y algo más. Evidentemente. ~~~ Segunda parte de Rear View