Diez

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Harry llega a la cocina, del lado de Zayn, y sonríe al grupo de personas que lo observan con curiosidad. Niall se acerca y se presenta al último chico al que no ha conocido todavía, y su mirada celeste delata la incomprensión de todo el caos que rodea a esas dos personas que apenas se han unido a la fiesta. La música ahí adentro no perturba los oídos como el castaño recordaba, de hecho, el volumen es decente y permite que la gente converse sin tener que estar gritando. A pesar de haber conversado por casi una hora, tanto Harry como Zayn sienten que no han dicho lo suficiente, no han expresado lo adecuado. Pero el castaño se compromete a hacerse notas para saber qué temas tocar y qué decir el domingo, cuando coman juntos.

—Me mudé por una beca de intercambio, pero desde el inicio la universidad ha sido más una piedra en el camino que una ayuda —Niall responde a la pregunta de Zayn. Harry se aleja del par y levanta su cajetilla de cigarrillos del mesón, agradecido de que nadie se la haya robado. Enciende uno y deja que el humo le arda, caliente, en la garganta, antes de exhalar. Un par de toquecitos en su hombro le avisan que alguien lo busca, y cuando voltea mira de frente la mirada castaña de Liam:

—Lamento tanto haberme alejado de ti, Harry —dice y este último solo puede sonreír conmovido antes de abrazarlo.

—No hay reclamos, Liam —responde con sinceridad, estirando su brazo para que la chispa del cigarro no le queme la ropa o el cabello a su amigo. Charlotte lo abraza delicadamente antes de abrirle paso a los brazos de Louise.

—Espero podamos retomar las cálidas reuniones en su piso —susurra, sonando esperanzada en lo que ella creía que había entre el par de amigos. Harry solo asiente al separarse y vocifera para que todos escuchen:

—Creo que empieza la temporada europea, ¿no? —Louis silba con afirmación antes de levantar su botella de cerveza y brindar a los gritos, provocando que varias personas ajenas, alrededor del grupo, los miren con curiosidad. Harry retoma su vaso y nota que casi no hay bebida en el mismo, y mientras inhala otra calada de humo se recuerda el límite que se ha marcado para no empezar a descontrolarse con la bebida. Incluso nota la rayita que ha dibujado con marcador en el interior del vaso. No va a servirse más. No puede servirse más.

Antes de aceptar la invitación de su amiga rubia para bailar en medio del salón, Zayn sonríe cuando nota que Harry ha sacado una lata de gaseosa del refrigerador y hace a un lado el vaso plástico que había estado sosteniendo por un largo rato. Niall se suma a la conversación que se ha armado entre Louis y Harry al mismo tiempo de Liam se une, de la mano de Charlie, a Zayn y Louise en la pista improvisada.

—¿Crees que las cosas puedan mejorar entre los dos? —dice la muchacha mientras intenta congeniar la música con sus pasos torpes. No sabe realmente bailar, pero le encanta. Zayn se acomoda la chaqueta e intenta seguir el ritmo de su amiga antes de responder:

—No sé si nada pueda ser como era antes.

—¿No? ¿Qué tanto hablaron si no fue sobre su relación?

—Dijimos tantas cosas que ahora empiezo a creer que no dijimos realmente nada —responde, saludando a un par de personas que cree conocer, pero no recuerda bien de dónde mientras pasan cerca de él por la pista.

—¿No lo extrañas?

—¿El qué? —Zayn responde con una pregunta, honestamente confundido.

—Todo. Lo que tenían —Louise observa hacia la cocina donde Harry los mira sin intentar ocultarlo, sostiene la bebida en la mano izquierda mientras un cigarro emana humo en su mano derecha.

—Sí —contesta el chico, tomando un sorbo del trago que se ha llevado con él a la pista de baile. De pronto su imaginación viaja en cámara lenta hacia la noche en la que la luz del refrigerador se había apagado y Harry maldecía, buscando el papel de la garantía que les aseguraba un funcionamiento optimo de por lo menos dos años.

Fingers [zarry au]✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora