Un... Dos... Tres... Prejuicios

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Un... dos... tres... Revelé... un dos tres... Battement tendu... un dos... Arabesque.

Definitivamente algunos pasos se me resisten un poco. Ser bailarín de ballet es algo mucho más complicado de lo que yo pensé que sería, pero es mi pasión, amo la danza, así que me esforzaré tanto como haga falta.

—Christian cálmate, cuando lleguemos a clase la profesora te ayudará a perfeccionar esa posición, ya tenemos que irnos —me dice Elena, mi hermanastra, ella va a Ballet junto conmigo también.

—Joder, no me había fijado en la hora, ya vamos tarde —cojo mis cosas rápidamente, estaban allí mismo donde estaba practicando, en la sala de la casa—. Déjame avisarle a mamá que nos vamos.

—No te hagas la tonta, tú sabes que tu hijo es... —oigo decir a mi padrastro desde dentro del cuarto cuando me acerco, me quedo en silencio para seguir oyendo a través de la puerta—. Abre los ojos, si se nota de lejos que él es... tú sabes. Un chico normal lo que hace es jugar fútbol, pelearse con otros muchachos, correr por ahí... no bailar ballet.

Claramente está hablando de mí. Es que él tiene una mente tan simple que cree que puede decirnos a cada cual lo que debemos hacer y lo que no. Solo lo respeto porque es la actual pareja de mi madre y el padre de Elena, pero hay que decir que es un imbécil y un homófobo.

—Yo sé que Christian es diferente a los demás muchachos, ¿pero qué quieres que haga? —oigo decir a mi mamá—. Supongo que él mismo en algún momento se abrirá y hablará sobre lo que le pasa.

¿Por qué les importa tanto si soy gay o no? Yo soy como soy, y no pienso cambiar por lo que los demás piensen de mí. Me llevo muchas burlas y comentarios por eso, pero ya me da igual. No puedo dejar que la opinión de los demás me haga renegar de lo que me gusta.

—Vamos —le digo a Elena cuando llego a su lado, paso de largo caminando apresurado.

—Oye Oye, espera —me dice ella.

—¿Mañana me vas a ayudar a practicar en casa verdad? —dice ella después de caminar dos cuadras en silencio.

—Sí, está bien —le respondo yo, un poco cortante—. ¿No piensas hablar nunca más de lo que pasa entre nosotros?

—Por Dios Christian, somos hermanastros, no, no quiero hablar de eso.

—¿Entonces qué hago? ¿Me sigo metiendo en tu cuarto por las noches y no hablamos del tema? —la agarro por un brazo para que se detenga—. Tú me gustas desde antes de que nuestros padres empezaran... ¿qué culpa tenemos nosotros de que ellos se hayan juntado?

—Yo sé que no tenemos culpa de eso, pero sucedió, es lo que hay.

—A mí no me importa lo que piensen nuestros padres —la miré a sus bellos ojos café por un segundo y luego la besé, fue la primera vez que lo hice en plena calle.

—Dios, estás loco, cualquiera pudo habernos visto —dice ella un poco asustada, pero después de haber correspondido al beso, sus palabras no concordaban con sus acciones. Pero tenía razón, nos habían visto.

Era Sergio, mi otro hermanastro, hermano de Elena. Andaba en bicicleta, cuando nos vio besándonos fue a toda velocidad hacia nosotros. Al llegar lanzó la bicicleta a un lado y fue a enfrentarnos.

—¿Pero qué cojones está pasando aquí? —dice Sergio, con furia visible en el rostro—. ¿Pero ustedes han perdido la cabeza? ¿Se han vuelto locos?

Sergio es lo que mi padrastro diría que es un chico "normal". Bueno, normal según sus tontos conceptos, que básicamente es ser rudo, entrarse a piñazos con otro chico de vez en cuando y esas cosas.

—Ahora mismo se lo voy a contar a papá, prepárate —me dice después de empujarme por los hombros.

—Sergio por favor, nadie tiene que enterarse —dice Elena, se lleva una mano a la frente por un momento y luego continúa—. Christian y yo nos gustamos desde antes de que nuestros padres empezaran, luego con la convivencia.... pues pasó, pero lo vamos a dejar ok, no digas nada por favor.

—A mí no me importan tus excusas, ahora mismo se lo voy a contar todo, ¿cómo pueden andar haciendo esto a escondidas?

—Nosotros no somos los únicos que tenemos secretos —le dice Elena a Sergio después de cogerlo por un brazo—. ¿Tú también tienes los tuyos verdad?

—¿De qué hablas?

—¿Crees que no sé lo tuyo? —dice Elena mientras sonríe de una forma un poco malévola, luego acerca su rostro al de él y dice bien bajito algo que jamás en la vida me hubiera imaginado—. ¿Crees que no sé que ocultas cosas? ¿Crees que no sé lo que haces con Axel? Sí hermanito, sé lo tuyo con él, eres gay y lo sabes. Lo mantienes a escondidas porque tienes miedo de lo que pensaría papá... cobarde, eres un cobarde.

—¿Eh? —no puedo evitar sorprenderme—. ¿Axel nuestro compañero de ballet? ¿Él y Sergio?

—Cierra la boca —dice Sergio mientras me amenaza apuntándome con el dedo índice.

Sinceramente me dio un poco de tristeza cuando analicé bien la situación. Mi padrastro y sus malditos prejuicios. No tengo ni idea de cómo reaccionaría si se enterase de que yo me acuesto con hija y el hijo al que siempre había dado por muy "macho"... pues...

Sueños de PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora