Numb

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Era casi hora de irme. Apenas faltaban unos minutos y no llegaba ningún otro paciente, así que me puse a recoger mis cosas para marcharme, cuando sientí que tocaron en la puerta. Sabía que seguramente sería alguien más que atender.

—Pase por favor —digo amablemente.

Entra un hombre de pelo muy largo. Estaba usando una camisa negra que claramente le quedaba grande. Me llamó la atención que traía consigo una patineta, a pesar de que parecía de unos treinta y cinco años más o menos.

—Buenas tardes doctor, ¿puedo pasar? —me dijo él.

—Sí, por supuesto, entre y siéntese. Dígame en qué puedo ayudarle.

—Verá... es que me caí haciendo skate, y este brazo no deja de dolerme por aquí —me señaló la parte que le dolía, pude ver que lo tenía un poco rígido e hinchado—. Fui a la consulta de este hospital y el médico me dijo que me hiciera una placa de rayos x y que luego viniera aquí con usted, que es el ortopédico.

Me entrega los exámenes que le hicieron y no tardo mucho en darme cuenta de lo que tenía. No era nada grave.

—Tienes una luxación, el tratamiento será vendarte el brazo por dos semanas, pero después de eso tendrás que estar otra más sin hacer skate —le digo después de observar la placa de rayos x.

—¡Qué mala suerte! Doctor, tengo la competencia más importante de mi vida en diecisiete días, necesito recuperarme un poco antes... por favor, ¿no se podría hacer algo? —me dijo él, parecía bastante preocupado.

—Bueno... podrías sanar un poco antes, pero tendrías que cuidarte muchísimo. Tienes que estar en reposo total para lograr eso, y luego hacer ejercicios de recuperación. Si veo que estás bien, podría permitir que vuelvas a montar patineta unos días antes de las tres semanas.

—Menos mal... gracias doctor, voy a hacer todo lo que usted me diga para recuperarme a tiempo.

—No te ilusiones tanto, ya te dije que es solo si veo que estás bien —le respodí yo. Luego, mientras preparaba lo necesario para vendarle el brazo, quise conversar un poco con él, para no estar tan callados—. ¿Entonces eres skater profesional?

—Pues sí, desde niño me ha encantado. No había día en que no fuera a practicar en cuanto llegaba de la escuela. Iba tarde tras tarde al parque que quedaba a dos cuadras de mi casa.

—Vaya, llevas toda la vida en eso entonces.

—Toda la vida no —hizo una pausa—. Esto te va a sonar raro, pero yo tengo un máster en administración de empresas.

—¿En serio? —pregunté sorprendido al saber que a pesar de ser graduado en algo de tanto prestigio, se dedica a ser skater.

—Sí —respondió sonriendo—. Y no solo eso, mi padre tiene suficiente dinero como para comprar diez hospitales como este si quisiera, es uno de los empresarios más grandes del país.

—Pero... joder... ¿y por qué no te quedaste trabajando con él?

—Lo hice, hasta hace seis años, cuando me di cuenta de que estaba rodeado de cosas que no eran lo que yo necesitaba. Mira... no hay mansión, ni auto de lujo, que de la felicidad que se siente al hacer lo que te gusta. Recordé que yo era mucho más feliz con mi patineta, cuando era un joven que hacía lo que su corazón le pedía. Cuando la dejé a un lado para ir a la universidad, todo fueron días de angustia y estrés. Todos me decían que ese esfuerzo era para conseguir un futuro. Luego descubrí que era un futuro que a mí no me llenaba. No me hacía realmente feliz ir a hoteles de lujo, ni la ropa de marca, ni los autos con una exagerada cantidad de caballos de fuerza. Lo que yo quería de verdad era mi patineta, eso era lo que yo necesitaba.

—¿Y dejaste todo eso para hacer lo que te gusta?

—Pues sí, y aquello fue a mis 31 años. Todos me criticaron, casi me dijeron que estaba loco. Pero les he callado la boca. Primero que nada he sido muchísimo más feliz que en la universidad o que en mi vida como empresario amargado que estaba encerrado en aquella maldita oficina todo el santo día. Además, he conseguido llegar mucho más lejos de lo que todos pensaban, a pesar de mi edad. Nadie creía que yo iba a lograr algo, pero han quedado retratados. Si gano esa competencia que tengo ahora, habré demostrado que nunca es tarde para ir a cumplir tus sueños.

Hacía muchísimo tiempo que yo no pensaba en lo que realmente quería. Desde que era prácticamente un niño, mis padres tenían en mente que yo iba a ser el estudiante perfecto, y que iba a ser médico.

Cuando fui creciendo se fueron asegurando de meterme en la cabeza que tenía que serlo. Desde la secundaria pasé horas y horas estudiando las matemáticas con sus funciones y derivadas, física con sus ecuaciones, y así todas las asignaturas que todos conocemos perfectamente, y que sabemos que sirven para poco en la vida real.

Luego en la universidad tuve que estudiar todo lo relacionado con la medicina, que tampoco me gustaba para nada, pero era lo que mis padres siempre habían querido para mí, que su hijo fuera médico. Eso sonaba a "hijo perfecto" tener ese título como si fuera un premio, una medalla... pero es que a mí no me interesaba esa medalla.

Con 15 o 16 años, lo que a mí me apasionaba era la música. Yo amaba el rock. El poco tiempo que tenía libre lo dedicaba a escucharlo a todo volumen y mover las manos como si estuviera tocando la batería. Una vez le pedí a mis padres que me compraran una, pero me pusieron excusas para que no la tuviera. En realidad lo que pasaba era que pensaban que eso iba a distraerme de los estudios.

Yo nunca tuve la posibilidad de elegir lo que quería. Ahora estoy aquí, ahí tengo el dichoso título de medicina... sí... pero siento que es algo que no me sirve para nada. La mayoría de la gente quiere cosas así solo por una cuestión de estatus. Para que cuando sepan que lo tienes piensen que eres un "triunfador" o sea... es para que sientan algo así como envidia de ti. Yo me pregunto, ¿hay que hacer las cosas por lo que los demás piensen de ti, o por lo que tú quieres?

Luego de terminar de atender a aquel hombre, en mi cabeza seguía sonando aquello de... nunca es tarde para ir a cumplir tus sueños. Ese chico había hecho que me acordase de los míos.

Tomé mi celular y descargué la canción Numb, de Linkin Park. Lo hice porque recordé que yo la amaba, la escuchaba casi todos los días. Me puse los audífonos y me dejé llevar por la música mientras salía del hospital, hubieron partes de la canción que me hicieron acordarme de mi juventud, de lo que yo sentía en aquellos tiempos.

I'm tired of being what you want me to be Feeling so faithless, lost under the surface
I don't know what you're expecting of me Put under de pressure of walking in your shoes
Every step that I take is another mistake to you
I've become so numb
I can't feel you there
I've become so tired, so much more aware By becoming this, all I want to do Is be more like me, and be less like you

Una vez. Solo me hizo falta escuchar la canción una vez para saber lo que iba a hacer. No volvería a trabajar de médico nunca más. Estaba harto de vivir una vida que yo nunca había elegido, una vida que no me satisfacía. Nunca es tarde para ir a por tus sueños, y yo iba a ir a por el mío.

Sueños de PapelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora