No tengo dudas de que ella era el amor de mi vida.
Conocía cada una de mis fortalezas y mis debilidades, cada uno de mis gustos y mis disgustos. Me besaba como ninguna, eran besos que hablaban, decían: te amo.
Se anticipaba a cada una de mis meteduras de pata y me avisaba para que yo no sufriera, porque había una conexión especial entre nosotros, si algo me dolía, a ella le dolía incluso más.
Tengo que admitir que a veces no demostré todo el amor que sentía por ella; pero a pesar de eso ella jamás se cansó ni se marchó. Era un amor incondicional.
Se llamaba Lily,
pero yo le decía:
Mamá.
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Sueños de Papel
RandomSueños que salen volando como avioncillos... se alejan, algunos se rompen... los hay que cambian de forma, a veces las líneas que están escritas en ellos cambian a medio vuelo, algunos se quedan dando vueltas para siempre alrededor de tu cabeza, otr...