Capítulo once

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Capítulo once: Brujas

Era difícil entablar una conversación con Lily que durara más de quince segundos

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Era difícil entablar una conversación con Lily que durara más de quince segundos. Antes de responder cualquier pregunta de Newt, ella miraba de reojo la maleta y contestaba escudriñando la gente que cruzaba frente a ellos.

Sabía que esos catorce años vacíos eran falsos, agradables, pero falsos. Era falso que venía de Pequeño Hangleton, era falso que creció en un orfanato donde curiosamente solo la cuidaba un abuelo (según le contaron, nadie quería adoptarla) y era falso, por las demás cosas, que fue educada en casa.

Ella venía de Ottery St Catchpole, creció en la casa en decadencia de su abuelo y asistió al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Todo errado, y todo mentira para que Lily creyera que vivió la desafortunada vida de una niña abandonada. Aunque ella lo contará de la manera más cómoda y neutral posible, sabía que una parte de su memoria pedía a gritos juntar todos esos pedazos que quedaron sueltos.

Caminaban por una calle transcurrida y bulliciosa, con gente caminando de aca para allá. Andando entre los autos y los animales que se hacían llamar humanos. De toda la vestimenta tenue, destacaba el saco azul de Newt y la bufanda amarilla y roja de Lily.

—¿Y que la trae a Nueva York? —preguntó Newt por tercera vez. Lily se olvidaba de su presencia mirando los edificios.

—Trabajo —al ver que Newt se daba por vencido, explayó su respuesta—. Me dedico a la esgrima, dicen que soy buena duelista —los ojos de Lily se iluminaron y olvidó el tema de la maleta. Newt escuchaba nostálgico—. Y oí que Nueva York tiene el cuarto mejor equipo de esgrima en todo América.

—Eso es excelente.

Se acordó de aquella vez que mandó a volar por los aires a Lily y ella se lo devolvió. Ambos quedaron a mano ese día.

—Pero las pruebas son dentro de dos meses —explicó con un hilo de voz—. Así que tengo que conseguir un empleo de medio tiempo para encontrar donde vivir.

Podría ofrecerle vivir con él, explicarle que en realidad era una bruja y quizás retomar lo que alguna vez fue una breve historia de amor.

—¿Acaso dijo el cuarto mejor equipo? —él sabía que Lily se merecía lo mejor. Tal vez, con un poco de práctica, domine el duelo de varitas mágicas.

—Me rechazaron tres veces —se apresuró a decir, riendo con la cabeza agachada—. Decidí recorrer Latinoamérica en primer lugar.

—¿Y ahí fue donde la rechazaron? —dijo Newt, riendo al igual que ella. Era maravilloso, era como si fueran viejos amigos que se conocían de toda la vida.

—Colombia, Brasil y Perú. —Lily no parecía avergonzada, más bien alegre.

Ambos se miraron por una fracción de segundos. La idea de que ella pudiera abrir una maleta con la mente se esfumó.

eunoia ; newt scamander  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora